SGO en pleno avance

27 enero, 2019
Spence - BHP

En los primeros 10 años de operaciones, la expansión de la mina Spence, que a inicios de 2019 presentaba un 34% de avance, permitirá incrementar la producción en 185.000 toneladas anuales (ktpa) de concentrado de cobre y en 4.000 toneladas anuales (ktpa) de molibdeno.

Por Daniela Tapia

Revista Nueva Minería y Energía

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Hizo su estreno oficial en 2007, acaparando portadas y aplausos al tratarse de la primera mina de cobre “greenfield” que se construía en Chile en un quinquenio. Una nueva mina de cobre que prometía sumar más producción cuprífera al país por un período de 19 años, según lo que proyectaba por esos días BHP, su controlador.

Eso, hasta ese momento, porque en agosto del 2017, la compañía confirmó un proyecto de ampliación que le permitirá a Spence extender su vida útil en 50 años. Se trata de Spence Growth Option (SGO), proyecto que a comienzos de 2019 presentaba un 34% de avance, gracias a una inversión de US$2.460 millones.

Sin duda, esta obra representa un gran hito para esta mina de cobre a cielo abierto ubicada en la comuna de Sierra Gorda, a 1.750 metros sobre el nivel del mar, al interior de la Región de Antofagasta.

“Esta idea se venía gestando hace muchos años y el 2017 el directorio de BHP aprobó los recursos. Partir con el proyecto no fue fácil porque estaba compitiendo con otras iniciativas de inversión en Australia y Canadá, pero afortunadamente los números, el equipo y el país, dieron una visión positiva y el proyecto partió”, recordó Jorge Cortés, presidente de la división Pampa Norte de BHP -que además agrupa a Cerro Colorado-, sobre el origen de esta millonaria iniciativa.

De acuerdo a la compañía, SGO contempla el diseño, ingeniería y construcción de una planta concentradora de sulfuros convencional, de gran escala, tanto para cobre como molibdeno, con una capacidad nominal de 95.000 toneladas por día (tpd).

En los primeros 10 años de operaciones el plan permitirá incrementar la producción de Spence en 185.000 toneladas anuales (ktpa) de concentrado de cobre y en 4.000 toneladas anuales (ktpa) de molibdeno, cuya primera producción se espera para fines de 2020.

En relación a la dotación de recursos humanos que requerirá el proyecto, el 50% del personal de SGO estará compuesto por mujeres, además de trabajadores provenientes de las comunidades cercanas. Se espera que en el peak el proyecto genere 5.000 empleos.

Planta desaladora

Entre las principales infraestructuras de SGO se cuentan los molinos SAG, “que son los equipos más grandes que tiene este proyecto y uno de los más grandes del mundo en cuanto a su potencia, del orden de 20 MW, y eso hace que sean equipos de alta tecnología, de primera línea”, dijo en una oportunidad el director del proyecto SGO, Pedro Pereira.

El ejecutivo agregó que “estos molinos están en su etapa final de fabricación y en los próximos meses serán transportados por vía marítima hasta Antofagasta y desde ahí por tierra hasta Spence”.

Cabe destacar que SGO también considera la utilización de agua desalada para el 100% de sus procesos, para lo que se construye una planta desaladora en la bahía de Mejillones. Ésta tendrá una capacidad de diseño de aproximadamente 1.000 l/s de agua de calidad industrial, además requerirá de 154 km de tubería de agua desde la planta a la operación de Spence.

La planta es construida y será operada por un tercero, bajo un contrato BOOT (Build Own, Operate and Transfer) que transferirá su propiedad a Spence luego de 20 años.

“La planta desaladora es un negocio aparte. Lo que nosotros haremos será comprar el agua puesta en obra. Una empresa internacional está financiando, construyendo y va a operar la planta y nosotros vamos a garantizar la compra de ese recurso por un período largo”, aseguró el director del proyecto SGO.

Dentro de las innovaciones tecnológicas que contempla el proyecto destacan el uso de celdas de flotación con lay out más pequeño y de menor consumo de energía, estimándose un ahorro respecto de flotación convencional por este concepto, de 54% para la flotación colectiva y de 64% para la Moly. A esto se suma el uso de molinos con menor consumo de energía, es decir, con una disminución esperada del orden de 10% a 15%.

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