Minería en Brasil: a la sombra de un desastre ambiental

11 octubre, 2017

(Foto: WWF Brasil)

No cabe duda que la mayor catástrofe minera en Brasil, ocurrida en 2015, marca un antes y un después para la industria en ese país. Este hecho cala hondo al punto de que el gobierno y el poder judicial se han enfrentado por el desarrollo de la actividad en áreas claves para la biodiversidad de la flora y fauna.

Por Camila Morales
Revista Nueva Minería y Energía

Hace casi dos años el mundo centró la atención en Brasil por una catástrofe ambiental en el estado de Minas Gerais. La ruptura de un dique de contención de residuos minerales perteneciente a la compañía minera Samarco marcó un precedente para el sector minero mundial al transformarse en el mayor desastre ambiental relacionado a la gestión de relaves de los últimos 100 años.

Fue precisamente el cinco de noviembre de 2015 cuando el lodo con residuos peligrosos de la empresa -controlada por Vale y BHP- azotó varias ciudades del estado de Minas Gerais, provocando la muerte de personas y animales, para luego desembocar en el océano Atlántico, en el estado de
Espíritu Santo, tras recorrer unos 650 kilómetros desde el lugar de la tragedia.

Pese a que han transcurrido casi dos años, las repercusiones de este hecho continúan. ¿La razón? La polémica llegada de Michel Temer a la presidencia con el firme objetivo de potenciar las inversiones de industrias claves como la minera, y la mayor preocupación de la ciudadanía por el medioambiente, genera discrepancias.

Disputa en el amazonas

A fines de agosto, el presidente de Brasil, Michel Temer, decretó la anulación de la calidad de Reserva Nacional a una superficie de casi cuatro millones de hectáreas, en la que estaba prohibida la actividad minera desde el año 1984
por su gran valor natural.

Un documento elaborado por el ministro de Minería y Energía de Brasil meses previos a la firma del decreto, señalaba que la disolución de esta reserva “haría viable el acceso al potencial minero existente en la región”, al abrir espacio para la obtención de títulos de explotación a
privados interesados en cobre, oro y níquel.

Con la promulgación de este decreto, el gobierno abría la posibilidad de concretar explotaciones mineras en la llamada Reserva Nacional de Cobre y sus asociados (Renca), sector de la cuenca del Amazonas que incluye nueve áreas protegidas que se caracterizan por mantener una amplia biodiversidad de flora y fauna.

Sin embargo, las repercusiones no se hicieron esperar. Diversos actores criticaron la medida por considerarla como “el peor ataque a la Amazonía en casi medio siglo”. Incluso, expertos internacionales afirman que si se destruye la flora en aquella región, se interrumpe “el curso natural que lleva humedad del Atlántico para el interior de la región amazónica”, lo que tendría graves consecuencias a largo plazo.

Es por eso que el poder judicial decidió actuar. Pese a la firma del decreto por parte del gobierno, la justicia federal de Brasil ordenó la inmediata suspensión de la normativa. “La decisión vale para cualquier acto administrativo que tuvo o tenga por finalidad extinguir la Renca sin previa deliberación del Congreso Nacional”, confirmó el juez Rolando Valcir.

Tras esta decisión, el Ejecutivo paralizó los procedimientos para ceder derechos de explotación minera en la reserva amazónica. Las innumerables críticas por parte de la sociedad, la comunidad científica y opositores, obligó al Ministerio de Minas y Energía a abrir “un debate con la sociedad sobre las alternativas para proteger la región”.

Potenciar inversiones

Pese a la negativa del ingreso de la minería en la reserva amazónica, el gobierno de Michel Temer buscará abrir nuevas zonas de exploración en otras zonas del país, con el fin de potenciar las inversiones de la industria para revertir
el déficit fiscal que atraviesa el país.

Tomando en cuenta que durante el primer semestre de 2017 este país registró un déficit fiscal de US$ 17.800 millones, lo que equivale a la peor cifra en 21 años, el gobierno busca ampliar las posibilidades de explotación de las empresas mineras.

Pero no todo son malas noticias para este país. A fines de abril la empresa brasileña Vale informó las cifras azules de su producción. Con 86,2 millones de toneladas de hierro registradas durante el primer trimestre de 2017, la compañía celebró esta “marca histórica” que equivale a un 11,2% más que en igual periodo del año pasado.

Con estos resultados, Vale aseguró que mantiene su meta para este año, la cual consiste en producir entre 360 y 380 millones de toneladas de hierro; cifras auspiciosas a nivel de crecimiento de la mayor compañía minera de Brasil, pese al complejo contexto que atraviesa el país a nivel político y financiero.

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