Revista Nueva Minería

La rápida propagación del covid-19 provocó la peor crisis sanitaria del último siglo a nivel mundial, haciendo temblar a los sectores industriales. En este escenario, la minería es testigo de las consecuencias de esta pandemia en la actividad. ¿Cómo se proyectan los próximos meses para el sector?

Por Camila Morales
Revista Nueva Minería y Energía
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El crecimiento económico a nivel mundial era tenue, pero se estaba estabilizando, cuando se dieron a conocer peculiares casos de neumonía en una desconocida Wuhan, capital de la provincia de Hubei, ubicada en el centro de China. El 31 de diciembre se reporta a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la detección de estos extraños casos a causa de un virus desconocido.

No pasarían muchos días para que las autoridades del país asiático confirmaran que habían identificado aquel virus como un nuevo coronavirus, llamado covid-19. Para ese entonces, la propagación iba en aumento, y se reportaban casos de enfermos y fallecidos en otras naciones. El resto del mundo comenzaba a tomar atención de los contagios.

Las restricciones sobre los movimientos de personas, bienes y servicios, y las medidas de contención aplicadas, como el cierre de fábricas, hicieron retroceder al sector industrial y recortó la demanda interna en China. En este contexto, el impacto sobre el resto del planeta, a través de los viajes de negocios, las cadenas de suministro, las materias primas y la caída de la confianza, se agravaron.

La situación llegó a tal punto, que el 11 de marzo la OMS declaró como pandemia el brote del covid-19. Para ese entonces, el gobierno de Chile ya informaba sobre el primer caso de coronavirus, y aumentaba sus registros de contagiados. El país ya comenzaba a ser testigo de los efectos de la emergencia sanitaria.

En este escenario, la industria minera, el principal pilar económico de Chile, se ha visto afectada por la pandemia, con efectos que aún se encuentran en pleno desarrollo. La desaceleración de la economía china, el vaivén del precio del cobre en las bolsas de valores mundiales, y las medidas de aislamiento social, entre otras razones, han repercutido en la actividad.

¿Cuáles podrían ser las principales consecuencias del covid-19 en la industria minera en Chile?, ¿qué medidas debiesen adoptar las empresas del rubro ante el complejo escenario?

Los efectos en el sector

Tomando en cuenta el impacto que ha tenido la propagación del covid-19 en la economía global, el presidente de la Sonami, Diego Hernández, comenta que los efectos del coronavirus han golpeado los mercados, generando incertidumbre respecto del comportamiento futuro de la economía del planeta.

En la minería del cobre, “su efecto se ha sentido en forma nítida en la cotización del metal, pues entre el 16 y el 31 de enero el precio del cobre descendió 11,6%”. Además, Diego Hernández argumenta que esta situación “afecta significativamente en los ingresos y márgenes operacionales”, recalcando que es “difícil proyectar los efectos en el mediano y largo plazo, pero, sin duda, que se está afectando la cotización de las materias primas”.

Debido a esta baja en el precio del metal rojo, Luis Felipe Orellana, académico del Departamento de Ingeniería de Minas de la Universidad de Chile, pone en duda la viabilidad de algunos de los proyectos que están hoy en carpeta. “Creo que muchos de ellos serán detenidos y aplazados, o directamente congelados dependiendo del grado de avance que tengan”.

Ejemplo de ello es la decisión de Teck, compañía que decidió paralizar temporalmente las obras de construcción del proyecto Quebrada Blanca Fase 2 (QB2), el mayor proyecto de inversión que se desarrolla actualmente en el país. Sumado a este efecto, Orellana agrega que también “observaremos una baja importante de los servicios de ingeniería para la minería, además de restricciones y complejidades mayores en la logística de bienes y productos. Es una crisis compleja”, indica.

En la visión de Roberto Parada, académico de la Escuela de Ingeniería Química de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (Pucv), sumado a estas consecuencias, a nivel de operación, “derivado del manejo nacional de control sanitario, cada día habrá mayor presión cuantitativa y cualitativa para reducir y, finalmente, detener el ritmo operacional, asunto que ya ha sido manifestado por las compañías y organizaciones sindicales”.

Además, advierte, “producto de la focalización en mantener la urgencia de la gestión operacional, se está tendiendo a detener o aplazar cualquier actividad no asociada a lo anterior. Aquello es entendible en el corto plazo, pero requiere una mirada más profunda respecto a la evolución del negocio en el mediano plazo”.

Todas esas consecuencias se plantean en el contexto del “aislamiento sanitario” de los centros productivos y administrativos, lo que podría repercutir también en su rol social, explica Roberto Parada.

Priorizando objetivos

Tomando en cuenta el complejo desarrollo que tendrá la minería este año, Pablo Arancibia, senior manager de la industria minera de PwC Chile, recalca que, en lo inmediato, “el desafío principal para todas las compañías es velar por la salud de sus trabajadores, y al mismo tiempo, asegurar que la disrupción en los planes de producción sea mitigada de manera prudente”.

En este sentido, ¿qué medidas inmediatas o a mediano plazo debiesen incorporar las empresas mineras? El experto de PwC Chile propone “programas de turnos que aseguren un ratio razonable entre exposición y productividad, junto a una estrecha y constante comunicación con todos los stakeholders y miembros de la cadena productiva”.

Para el presidente de la Sonami, las empresas mineras están monitoreando minuto a minuto lo que está pasando, destacando que “hoy la prioridad es precisamente la protección de sus colaboradores y sus familias (…). Todas las compañías, cualquiera sea su tamaño, han adoptado las medidas y protocolos que la situación amerita”.

Sumado al control sanitario que están implementando las compañìas del rubro, Roberto Parada enfatiza que lo inmediato no debe sesgar la visión de mediano y largo plazo para la gestión de la industria.

Citando la premisa “toda crisis genera una oportunidad”, el académico de la Pucv señala que “este quiebre genera las condiciones de sobrevivencia que hacen evidente la necesidad de utilizar acciones de innovación, centradas en su implementación, que impulsen a repensar la forma de producir y no solo sean una declaración”.

Por ejemplo, explica Parada, la nueva tecnología digital impacta la interfaz humano-trabajo, “lo que ha quedado en evidencia en estos días. Esto se traduce en superar el concepto de que el trabajo consiste en ir presencialmente a trabajar”.

“Adicionalmente, la industria tiene el potencial de rediseñar sus objetivos técnicos de proceso, para readecuar su estructura de costos de manera de evolucionar y enfrentar exitosamente esta crisis. Es el momento para que la industria reenfoque y fortalezca su mirada en la eficiencia hídrica y energética”, comenta el académico.

Políticas económicas

En las últimas semanas los gobiernos de los países afectados por la crisis sanitaria, han ideado medidas para aminorar los efectos económicos del coronavirus. ¿Qué se puede hacer en el caso de la minería?

Para el experto de PwC, los paquetes de medidas que se han anunciado casi a diario, están “más bien orientadas a apoyar a los trabajadores y a eventuales rescates de aerolíneas, pero en el caso de la minería es en extremo desafiante poder diseñar políticas predictivas sobre precios de commodities y comportamiento de los tipos de cambio”.

Acotando el análisis al país, Luis Felipe Orellana manifiesta que el esfuerzo financiero del Estado será importante para superar esta crisis. No obstante, éste “también verá impactada sus propias arcas asociado directamente a los menores aportes de Codelco y del impuesto específico a la minería durante este período”.

Así, con más incertidumbres que certezas, la peor crisis sanitaria del último siglo a nivel mundial se hace presente en la minería; una industria que, antes de la propagación del covid-19, proyectaba un alza en la inversión minera en Chile de hasta 57% durante 2020 en comparación al año pasado.