La desaladora más grande del país

29 octubre, 2018
Desaladora Enapac

Con una capacidad de filtrar 2.630 litros de agua de mar por segundo, el proyecto Enapac será la mayor desalinizadora de uso industrial de América Latina.

Con una inversión inicial de US$ 500 millones, y ubicada en la Región de Atacama, entre las comunas de Caldera y Copiapó, entrará en operaciones en año 2021.
La primera planta desaladora del país data de 1857. Instalada en Antofagasta, esa planta era más bien artesanal y solo era capaz de purificar unos pocos litros de agua.

A más de 160 años de ese pionero proyecto, el norte del país albergará la planta más grande a nivel nacional y latinoamericano, con una inversión que supera los US$ 500 millones.

Se trata del proyecto Enapac (Energía y Aguas del Pacífico), que busca ser una fuente segura de agua para uso industrial (no potable). Desarrollado por la empresa chilena Trens Industrial y Almar Water Solutions, parte del conglomerado de negocios internacional Abdul Latif Jameel Energy & Environmental Services (ALJ). Se ubicará en la Región de Atacama, entre Caldera y Copiapó, y acaba de recibir la aprobación ambiental. Su construcción partirá el año 2019 y su inauguración se estima para 2021.

Sus operaciones se mantendrían durante 30 años, tiempo tras el cual se podrán extender los trabajos o cerrar las instalaciones.

Rodrigo Silva, CEO del Grupo Trends y controlador del proyecto Enapac, señala que la desaladora contará con su propia fuente de energía fotovoltaica. “Tendrá una capacidad máxima de 2.630 litros por segundo, la única a gran escala con energía solar (100 MW). Es uno de los proyectos más avanzados en el mundo, con una combinación de desalación por osmosis inversa con energía fotovoltaica”, explica.

El agua procesada, será almacenada en un reservorio de 600.000 m3 de capacidad, gracias a dos piscinas de 296.000 m3 cada una. Actualmente, el 98% del agua alrededor del mundo es salada, el 2% es dulce (de fuentes naturales) y menos del 1% de esa cantidad es adecuada para consumo humano. Se considera agua dulce aquella con un contenido en sales menor a 0,1%. El agua de mar, posee entre 2,5% y 4,5% de contenido sólidos disueltos o TDS (total disolved solids).

La Comisión de Evaluación Ambiental de Atacama ya aprobó el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto, luego de más de un año de evaluación. “La aprobación ambiental de Enapac es un hito muy importante para el proyecto y para la Región de Atacama, porque permite avanzar sus distintas fases que generarán oportunidades de empleo en la región y para los proveedores. Nuestro objetivo es que muchos usuarios puedan acceder a una fuente de agua sustentable de manera que se vayan dejando de utilizar las aguas continentales y las cuencas de la región, las que sufren un severo estrés hídrico”, señala Silva.

Fuente: La Tercera

Noticias Relacionadas