Jorge Menacho: Una luz brillante

17 enero, 2014
Jorge Menacho: Una luz brillante

Perfil minero de Jorge Menacho

Un anuncio en el pasillo de su universidad le cambió la vida. Una decisión que le permitió ponerse al servicio de la minería con sus capacidades sobresalientes que demostró a muy temprana edad

Daniela Tapia – Revista Nueva & Energía

Pasó su infancia en Copiapó, ciudad minera por excelencia. Una tierra bendecida por sus recursos, que años más tarde, haría surgir su pasión por los minerales.

Pero antes, los intereses de Jorge Menacho estaban en otros asuntos; temas propios de un niño sobresaliente que desde muy temprana edad manifestó capacidades cognitivas superiores al resto de sus compañeros. Una realidad confirmada a los 11 años, en plena etapa escolar, cuando una serie de pruebas que le aplicaron en el colegio determinaron un coeficiente intelectual de 189 puntos. “Un diagnóstico de genialidad”, explica.

Durante la enseñanza media también confirmó su fama de estudiante aplicado. Al terminar su educación secundaria en el Liceo de Hombres N°10 de Santiago, donde fue catalogado como uno de los mejores alumnos de los últimos 10 años del colegio, obtuvo una beca para estudiar ciencias en la Universidad Lomonosov de Rusia.

“Me probé. Di la prueba de admisión PAA en el año 1967, donde obtuve un alto puntaje que hizo revertir mi decisión de estudiar fuera del país. Como mi interés eran las ciencias básicas, me matriculé en la carrera de Química de la Universidad de Chile, porque allí estudiaría química, física y matemáticas”, comenta.
En la universidad, sus logros no se detuvieron. Su paso por las aulas fue brillante, eximiéndose prácticamente en todas las asignaturas de la malla curricular. En ese entonces, su interés primordial era la física teórica.
Pero un anuncio en el pasillo de la universidad le cambió la vida. En aquel mural se ofrecía un tema de memoria de grado remunerado en el ámbito minero, que le hizo cambiar la física teórica por la dispersibilidad de arcillas en soluciones de lixiviación.

“Fue una decisión forzada en un inicio, pero que al poco andar abrió las puertas a mi verdadera pasión profesional. Tal vez motivado por percatarme que la proyección desde las ciencias básicas me aportaba ventajas respecto de los profesionales formados en el marco de la metalurgia”, dice.

Sus pasos por el CIMM

Con tan sólo 22 años ingresó al Centro de Investigación Minera y Metalúrgica, CIMM, en 1973. En esos tiempos, vivió la época dorada del CIMM como un “centro de investigación y no una empresa de servicios”, aclara.

Allí transitó por la metalurgia extractiva integral, desde la hidrometalurgia hasta la concentración de minerales, e interactuó con importantes investigadores chilenos como Antonio Luraschi, Héctor Leiva, Alberto Cruz, Gabriel Zárate, Alfonso Otero, Jaime Rauld, Sergio Castro, entre otros, quienes estaban tan ansiosos e ilusionados como él por aportar a la minería del país.

Sus notables capacidades comenzaron a sobresalir mientras trabajaba en el CIMM. A tal punto, que las dos primeras patentes de invención del centro de investigación fueron de su autoría, relacionadas con la ruptura de bandas de dispersión en sistemas de SX mediante adición de sólidos finos de características superficiales controladas. La segunda, en tanto, relativa a un floculante específico para sílice coloidal, en ese entonces un problema de difícil manejo y control industrial.

Sin embargo, antes de la implantación de la SX en Chile, Menacho desarrolló un procedimiento para eliminar hierro desde soluciones de lixiviación, el cual se aplicó a escala industrial durante un tiempo, con el fin de evitar la baja eficiencia de corriente en la EW directa de soluciones de lixiviación en Chuquicamata.

Otro de sus aportes, junto a algunos colegas del CIMM y de la actual división Chuquicamata de Codelco, fue el desarrollo del curado ácido de minerales de lixiviación, uno de los pilares fundamentales de la lixiviación moderna patentado en el año 1979.

Dentro de las invenciones de proceso en el campo de la concentración, destaca la activación ácida de la flotabilidad de sulfuros calcopiríticos, desarrollada junto a su colega Alberto Cruz y demostrada en un ensayo industrial a 40 ktpd en el Concentrador de Sewell.

Tras estos desarrollos, fue tal el prestigio que adquirió como investigador, que se vio involucrado en pilotajes históricos, los que dieron respaldo a muchos de los proyectos industriales modernos, tanto de concentradora como de hidrometalurgia. Esto despertó su interés por la modelación y simulación fenomenológica de procesos industriales.

Desde la innovación hacia la consultoría

Patrocinado por el CIMM, en 1980 inició estudios de post grado en la Universidad de Concepción, donde obtuvo el grado de doctor en Ciencias de la Ingeniería, mención metalurgia extractiva, transformándose en el primer doctor en metalurgia formado en universidades chilenas.

Pero no pasó mucho tiempo para que se especializara nuevamente. Respaldado por una beca partió a Estados Unidos para realizar estudios post doctorales. Allí permaneció por dos años, realizando investigaciones en molienda seca y clasificación neumática de cemento Clinker y en molienda húmeda, en particular en molienda SAG.

Ya con un destacado recorrido en la minería, en 1994 renunció al CIMM y fundó la empresa de consultoría de procesos metalúrgicos De Re Metallica Ingeniería, firma que hoy encabeza como gerente general.
Su vasta trayectoria ha sido reconocida a través de diversos premios, ratificando que el camino por el cual optó fue acertado. Un recorrido que lo catapulta como uno de los investigadores más prolíficos que cambiaron el rumbo de la minería chilena.

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