Revista Nueva Minería

La oferta de profesionales y técnicos especializados no permite cubrir la necesidad que hoy tiene la minería. No sólo eso. El complejo escenario por el que atraviesa el sector también ha afectado la contratación de nuevos trabajadores, lo que mantiene preocupada a la industria.

Por Daniela Tapia – Revista NME

Estudiar menos de tres años, comenzar con un buen sueldo y duplicarlo en pocos meses. Esta parece ser la tendencia en el país, donde las carreras técnicas han ido ganando cada vez más adeptos hasta transformarse en una de las alternativas más cotizadas a la hora de seguir estudios superiores.

Pese a que tradicionalmente en Chile las carreras técnicas no han tenido la misma valoración ni demanda que las universitarias, las necesidades actuales están comenzando a cambiar esta realidad. Una tendencia que acapara la atención de la minería, que requiere aumentar sus cuadros técnicos en el corto plazo.

En este escenario, se estima que la industria minera absorbe cerca de un tercio de los 38 mil técnicos que egresan al año, porcentaje que podría aumentar de aquí al 2020. Un antecedente crucial que ha provocado que, en los últimos cuatro años, la matrícula de carreras ligadas al sector se haya incrementado hasta en un 1.500%, motivada por el auge de especialidades como técnico en minería y metalurgia, técnico en automatización y técnico en prevención de riesgos, carreras que también están entre las de mejor desempeño en su remuneración al primer año de trabajo.

Pero la cifra está lejos de cubrir las necesidades de mano de obra calificada. De ahí que varias empresas mineras y proveedoras hayan decidido crear sus propios centros de formación. Un ejemplo de esta corriente es Finning Instituto Técnico (FIT), ligado a Finning Cat, que invirtió US$ 12 millones para echar a andar su proyecto educativo.

Para Diego Hernández, presidente Ejecutivo de Antofagasta Minerals, lo preocupante de esta realidad radica en la escasez de técnicos que ha llegado a tal nivel, que la oferta de recursos humanos local no permite cubrir la necesidad que hoy tienen las faenas mineras.

“La oferta es mayor a la cantidad de egresados o candidatos en los rubros más técnicos”, sostuvo el ejecutivo en el marco del seminario HR Mining organizado por Fundación Chile y Gecamin. Y agrega que la situación incluso, ha obligado a las firmas mineras a buscar mano de obra calificada en países como Perú, Bolivia o Colombia.

Por si fuera poco, el complejo escenario por el que atraviesa el sector minero ha impactado en la contratación de nuevos trabajadores. Es así como una de las carreras que se han visto más afectadas en relación a la demanda de especialistas es la de técnico en topografía, debido a la paralización de varios proyectos de sondaje y exploración.

¿Razones? A juicio de Christian Schnettler, gerente del Consejo de Competencias Mineras, hay varias, pero la más importante apunta a la escasez de energía, lo que ha obligado a algunas empresas a despedir hasta el 50% de sus trabajadores en esta área.

A pesar de esta cruda percepción, sus expectativas son positivas y espera que a partir del 2016 se reactiven los proyectos detenidos y, con ello, ocurra lo propio con la demanda por estos especialistas.

Una opinión similar plantea Hernán Araneda, gerente de Innovum Fundación Chile, para quien pese al aumento de la demanda y la oferta de carreras técnicas, las cifras aún están muy por debajo de las que muestran economías desarrolladas.

En Chile, por ejemplo, por cada técnico de nivel superior existen 2,6 profesionales, mientras que en países como Alemania se gradúan más de diez técnicos por cada profesional egresado. Algo que ratifica la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa).

“Según Sofofa, la economía chilena tiene un déficit de alrededor de 600 mil técnicos y se espera que sólo la minería requiera cubrir 70 mil nuevos cupos de aquí a fines de la década. 

Este es un desafío país, pues a mucha gente no la contratan por no tener la expertise técnica, por lo que debe existir mayor preocupación para formarlos como corresponde”, sostiene Araneda en alusión a la urgente necesidad de incorporar nueva fuerza laboral a la principal actividad económica que mueve al país.

Una de las primeras medidas que tomó Aurora Williams, al asumir como ministra de Minería, fue nombrar a una encargada de la Unidad de Género. ¿La idea? Integrar más mujeres al sector.

Pese a esto, en términos relativos, la participación femenina en la minería es más baja que la de hace cuatro años. De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en el primer semestre de 2010 el empleo promedio de la minería alcanzó a 199 mil funcionarios, de los cuales 93,5% eran hombres y 6,5% mujeres. En el mismo período de este año, la cantidad de trabajadores en la minería se incrementó, llegando a 237 mil personas. Sin embargo, el 93,7% corresponde a hombres y el 6,3% a mujeres.

Por ello, el actual gobierno tiene como meta aumentar la dotación de mujeres en el sector minero en general. La instalación de la mesa “Mujer, Minería y Buenas Prácticas”, que reúne a empresas mineras y autoridades con el objetivo de regular la materia, es un ejemplo de ello.

“El fin está en incrementar tanto la dotación de ellas en el sector -y lograr que a 2018 haya 10% de mujeres trabajando en la minería-, como disminuir las brechas salariales, que según han asegurado en el rubro, hoy es similar al de otras industrias, y alcanza cerca del 20%”, dijo Cristián Gárate, coordinador técnico de HR Mining 2014.