Eléctricas tienen siete años para instalar nuevos medidores inteligentes

4 octubre, 2018

Si bien el costo será parte de la tarifa eléctrica, este se compensará con la baja de 7% del precio de nudo y la remuneración por servicio de distribución.

Siete años tendrán las distribuidoras eléctricas desde ahora para reemplazar los medidores análogos de la luz, que totalizan 6,5 millones de unidades en el país, según se desprende de un decreto publicado el viernes por el Ministerio de Energía.

El costo de estas unidades —entre US$ 90 y US$ 130— se prorrateará en el tiempo en las tarifas eléctricas, aunque la autoridad explicó que se compensará con una reciente baja de 7% del precio de nudo de la energía y el Valor Agregado de Distribución (VAD) en la Región Metropolitana. La ventaja es que estas unidades —en donde compañías como Enel Distribución tienen toda una estrategia de despliegue como parte de su plan de negocios— permiten identificar con precisión cuáles son las residencias que sufren interrupciones de suministro, situación que no ocurrió, por ejemplo, con las nevazones del invierno antepasado, ya que las cuadrillas de reposición debieron identificar a ciegas los lugares afectados, dificultando la reparación.

Lo anterior, ya que los sistemas actuales solo les permitían detectar las fallas a nivel de alimentadores con problemas, que corresponden a unidades suministradoras de las que dependen grandes superficies. Ahora se identificarán los lugares específicamente afectados. A ello se suma la posibilidad de que los hogares puedan eficientar su consumo, pues las compañías podrán aplicar tarifas diferenciadas y comunicar en línea esa información a través de los nuevos aparatos, de acuerdo con el comportamiento de la demanda.

Otra ventaja es la posibilidad de emitir la boleta en línea a los consumidores para que la cuenta pueda pagarse a través de una aplicación. A futuro, en un escenario de desarrollo de la generación eléctrica residencial, estos medidores harán posible marcar la energía consumida e inyectada por los usuarios al sistema, descontando al valor de la demanda por electricidad, el aporte que los clientes realizaron con sus propias fuentes de producción de energía.

En tanto, Enel invertirá US$ 250 millones en su proyecto de cambio de medidores y en la adaptación de la red a estas nuevas unidades. Rodrigo Arévalo, subgerente de Operación Comercial de Enel Distribución, explicó que estos aparatos permitirán nuevos usos en los hogares, tales como operación de la internet de las cosas (IOT) para coordinar la utilización de artefactos eléctricos con los consumos, por ejemplo, conectando y desconectando equipos automáticamente dependiendo de los distintos precios horarios de la energía que pudieran existir. Un efecto más directo, explicó el ejecutivo, será que a futuro con esta infraestructura se podría recolectar información de medidores de otros servicios, como son el agua y el gas.

También permitiría recopilar información de otros sensores distribuidos en la ciudad, por ejemplo: el monitoreo de calidad del aire o contaminación, de condiciones de tráfico, de sensores de llenado de recipientes de basura, u otra información que esté distribuida en la ciudad y que necesita ser recolectada. Esto último considerando que la medición inteligente provee de una infraestructura de inteligencia distribuida en la ciudad, teniendo en cuenta que la red de distribución eléctrica tiene una cobertura de prácticamente el 100% de la zonas urbanas.

Fuente: El Mercurio

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