Revista Nueva Minería

No obstante las dificultades de los últimos años, la empresa especializada en control de polvo trabaja con una clara estrategia orientada a ampliar en 2019 y 2020 la base de contratos que la empresa mantiene en el país.

Por Joaquín Ruiz

Revista Nueva Minería y Energía

______________

“Extremadamente difícil”. Así fue 2018 para Dust A Side, según reconoce Ramón Rada, gerente general de esta empresa de origen sudafricana que se mantiene, pese a las dificultades, como un reconocido actor en el mercado de los productos de control de polvo en minería.

“La presión a la baja de los costos por parte de los clientes mineros, así como el escaso llamado ‘en general’ a licitaciones de servicios de control de polvo, llevó a tener que enfrentar un año de ajustes y reestructuración”, explica Rada, al reconocer el difícil año que enfrentaron como empresa. “Logramos mantener contratos históricos, pero también interrumpimos ciclos con importantes clientes que, equivocadamente, buscaron alternativas que han resultado no tan convenientes”, agrega.

No obstante, el ejecutivo asegura que la “flexibilidad y capacidad” de la empresa para “enfrentar la adversidad” permitió presentar buenos resultados financieros al término del año.

Y si bien Rada observa un “ánimo de negocios mejorado”, con expectativas de dinamismo para el segundo semestre, por ahora, la tan ansiada reactivación no se ha notado. “Hasta la fecha, la verdad es que no se observa una recuperación evidente. La minería parece estar anclada al deseo de operar con una curva de costo ya definida por la crisis, esperando ganancias de estas expectativas”, dice el gerente general de Dust A Side.

“Lamentablemente los que sobrevivimos a este período no estamos directamente siendo convocados al baile de la victoria. Con esto quiero decir que cuando un cliente te pidió bajar los costos, ajustar el personal, redefinir procesos y turnos, hoy ese cliente no llama para decir el precio del cobre está mejorando, retomemos la actividad, impactando directamente en la capacidad de los proveedores de crecer y mejorar la condición de su negocio”, agrega Ramón Rada.

Específicamente respecto al negocio del control de polvo, el ejecutivo ha observado cierta “reactivación de intereses” desde la quincena de marzo. Pero de acuerdo a su visión, esta aparente recuperación ha sido “principalmente gatillada por la evidente crisis de agua y escasez de recursos hídricos que golpea al país en general y a la industria en particular; y no porque se busque un estándar de caminos eficientes y se quiera hacer gestión sobre activos estratégicos”.

Proyectos

No obstante las dificultades, Dust A Side trabaja con una clara estrategia orientada a ampliar en 2019 y 2020 la base de contratos que la empresa mantiene en el país.

Para ello, la firma apuesta por entregar soluciones de largo plazo y a medida para cada cliente en diversas áreas del negocio de control de polvo, donde la tecnología juega un rol fundamental.

En concreto, se trata de aspectos tecnológicos que permitan mediciones preventivas y telemetría para proteger la salud de los operadores mina y las comunidades, y la ampliación de aspectos técnicos para hacer más eficiente el uso del agua, según detalla Rada.

Asimismo, el ejecutivo menciona ampliar el uso de productos y servicios supresores de polvo que puedan cumplir con las desafiantes condiciones de la minería en altura, de montaña y condición invernal.

En este sentido, los desafíos tecnológicos y normativos en torno al control de polvo mantienen alerta a la empresa, para cumplir adecuadamente con las nuevas exigencias y requerimientos de la industria minera.

“El control de polvo tiene, sin duda, el desafío de la legislación y compromisos de las autoridades. Hasta que no se internalice la contaminación que genera un camino no tratado o sin control de polvo, no vamos a lograr un estándar de minería sustentable. Hasta que las autoridades no suspendan operaciones por polvo, las faenas mineras seguirán gastando en agua, desaprovechando los beneficios y mejoras de productividad que genera la inversión en caminos y control de polvo”, enfatiza Rada.

Todo esto implica moverse en un escenario desafiante para empresas como Dust A Side, según dice el gerente general, apuntando especialmente a la “visión cortoplacista” que -en opinión- domina en Chile.

“Operar en Chile es costoso por condiciones propias de nuestra geografía y nivel de desarrollo. Sin embargo, hay también una cultura de lo barato, lo inmediato y lo desechable. Hay mineras dispuesta a utilizar productos no amigables con el medio ambiente y altamente corrosivos para los equipos, dañinos para la salud y riesgosos para la operación, simplemente porque son más baratos, obviamente en búsqueda del desarrollo de un negocio rentable. Pero hoy en Chile no hay estándares mínimos”, se lamenta Rada.

“En otros país, más responsables ambientalmente que el nuestro, ya no se puede solamente controlar el polvo con agua. Y hay productos ampliamente utilizados en el norte, que están directamente prohibidos. A esto se suma la difícil campaña de evangelización para implementar y aplicar nuevas tecnologías, más eficientes, sustentables y productivas”, concluye el ejecutivo.