Willy Kracht: “Chile es capaz de adaptar su minería a las nuevas exigencias sociales y ambientales”

25 julio, 2022
Entrevista - Willy Kracht_foto_001

En entrevista con Revista Nueva Minería y Energía, el nuevo subsecretario de Minería aborda diversos temas de interés para el sector, el rol que tendrá el gobierno en el crecimiento de la actividad, además de los desafíos que involucra apostar por un nuevo tipo de desarrollo para la industria.

Por Camila Morales
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La entrevista estaba agendada para ser realizada en el Ministerio de Minería, pero un contacto estrecho por Covid-19 de último minuto canceló la posibilidad de poder realizarle las preguntas al nuevo subsecretario de Minería en persona. No obstante, pese a que la conversación finalmente fue por una plataforma de videoconferencia, se logró abordar un abanico de temas de interés.

Con 43 años, Willy Kracht asumió la subsecretaría de Minería con la convicción de que la actividad podría avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo, “donde no haya espacio para calificar a una industria de extractivista”. Pese a los desafíos que asoman para alcanzar este objetivo, el ingeniero civil químico y ex académico, confía en que el programa de gobierno permitirá dar pasos hacia una nueva forma de hacer minería.

¿Qué aspectos aprendidos en la academia le han sido útiles para desempeñarse como subsecretario?

En la academia, además de la investigación más dura, se participa también en el ámbito de las políticas públicas, y ese es un aprendizaje que es muy relevante a la hora de cambiar de posición en esta mesa. Con el paso de la academia al gobierno, ahora me toca jugar un rol distinto en esta discusión.

Y ahora, a cerca de tres meses de asumir como subsecretario de Minería, ¿cuáles han sido los mayores desafíos de ser una de las personas que encabeza una industria tan relevante como la minera?

Hay un asunto de contexto en el momento que nosotros asumimos el gobierno que no es menor. En marzo todavía no había mucha claridad respecto a las normas constitucionales. Nosotros traemos un programa con una serie de medidas bastante claras, pero de alguna manera la agenda se la ha ido tomando la Convención Constitucional (CC). Entonces, tenemos el desafío de no descuidar las medidas programáticas que son de gran importancia, y atender a la vez todas las inquietudes que tiene el sector respecto a la CC. Equilibrar esos dos elementos ha sido probablemente el desafío más importante hasta ahora.

¿Y cómo han ido avanzando en esta dualidad de tareas, con lo que sucede en el ministerio y lo que está pasando a nivel político y social con la CC?

Hemos recibido a muchos representantes de la industria que buscan tranquilidad cuando conversan con nosotros, principalmente porque al echar a andar una discusión como la constitucional, se analizan las normativas y eso genera incertidumbre. Entonces, el rol que nos ha tocado es recibir a todos los actores y transmitirles que somos un país minero, que estamos orgullosos de serlo y que es nuestra intención generar las condiciones para seguir siéndolo.

Y eso implica que, si es que se aprueba la nueva Constitución, a nosotros nos tocará la tarea de adecuar toda la normativa minera a lo que se estipule, teniendo como objetivo que el país siga siendo un lugar atractivo para desarrollar la actividad, pero sujeto a las restricciones que pueden aparecer, que tienen más que ver con el cuidado al medioambiente. La nueva constitución tiene un sello que es bien distintivo, pero estamos convencidos que es posible seguir desarrollando la actividad con la debida reducción de los impactos locales, que es algo que las compañías ya vienen abordando hace algún tiempo, solo que ahora aparece con más intensidad en las reglas del juego.

Sí, la demanda social también es alta, sobre todo en industrias extractivas como la minera…

Así es, pero a propósito del término de industria extractiva, muchas veces se ha denominado a la minería como extractivista sin más. Este es un tema que tiene relación con el programa de gobierno, donde hemos dicho que queremos avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo. Queremos dar el paso hacia una economía del conocimiento, donde no haya espacio para calificar a una industria de extractivista.

Esto toca de cerca a la minería. Lo que yo he dicho siempre es que en realidad tenemos una actividad de carácter extractivo, pero no tiene por qué desarrollarse como una industria extractivista, dado que eso lo define más bien el modelo de desarrollo. Lo que esperamos es ser capaces de mostrar que una actividad de este tipo puede desarrollarse bien en un modelo que no es extractivista, y eso supone que nosotros seamos capaces de relevar aún más el valor agregado asociado a la operación minera.

(…) El problema que tenemos es que lamentablemente lo que se proyecta de la minería son las grandes ventas del cobre y nada más, sin ver los desafíos de todo tipo. Esa visión sesgada contribuye a que se le califique como una industria extractivista que no agrega valor, cuando en la práctica sí lo hace.

¿Cuáles serán las principales medidas que impulsará el Ministerio de Minería este 2022?

Tenemos tres áreas de trabajo importantes. La que ha tenido más atención es el desarrollo de la industria del litio, con la futura creación de la Empresa Nacional del Litio, cuyo objetivo es que seamos capaces de producir litio con participación estatal. La otra área es fortalecer y apoyar decididamente a la pequeña y mediana minería, por medio del fortalecimiento de Enami. Y un tercer elemento es fortalecer la capacidad de fundición en Chile.

Este último punto toca dos ítems más, uno tiene relación con fortalecer la pequeña y mediana minería, y otra arista es disminuir el porcentaje de la producción de cobre de Chile que se exporta como concentrado. Esto tiene que ver con la preocupación por la huella de carbono del metal rojo que se produce en el país. Creemos que es importante que el cobre chileno tenga una baja huella de carbono. Para ello apuntamos a que en algún momento habrá una descomoditización del cobre y va haber un precio más alto a pagar por el cobre de bajas emisiones.

En Chile se están haciendo esfuerzos, las compañías se imponen como meta la carbono neutralidad en al menos dos de los tres alcances de aquí al 2040. Podemos suponer que el producto cobre de la forma que salga de Chile va a tener una baja huella de carbono. Si nosotros mandamos a fundir afuera el cobre perdemos todo el control que se le asocian a ese concentrado de los procesos que vienen después. Esa es razón suficiente para que digamos que aumentemos la capacidad de fundición en Chile. Esto impone el desafío de que no implique una nueva zona de sacrificio. Eso es posible, ya que hay tecnología disponible.

Respecto al fortalecimiento de la capacidad de fundición, ¿tienen algún cronograma? (cabe destacar que esta entrevista fue realizada antes del anuncio del cierre de la fundición Ventanas)

Vamos a iniciar una mesa de trabajo que debería operar entre 10 y 12 meses, cuyo objetivo es hacer un levantamiento de los términos de referencia que debería tener esta nueva fundición, y eso supone tener claridad sobre el nuevo tipo de exigencia que se le va a pedir a esa nueva fundición. Lo que tenemos que hacer primero es acordar cuál es la exigencia ambiental, que dicho sea de paso va a servir como referente para las otras fundiciones que operan en Chile. Parte ahora en junio la conversación. Luego de eso, vamos a tener los términos de referencia para comenzar a desarrollar un proyecto.

¿Cuál será el foco o las medidas que fortalecerá la subsecretaría para concretar el viejo anhelo de hacer más sustentable la industria?

Bueno, lo de las fundiciones es una de ellas. En términos de sustentabilidad, quiero hacer un comentario general a propósito de los desafíos frente al cambio climático. Más minería para ayudar a la transición energética, es casi un slogan. Eso por sí solo a nivel global nos habla del importante rol de la industria, pero es fundamental equilibrar el nuevo relato de la minería para el futuro, sin que se pierda de vista los impactos locales.

En ese contexto, el uso del agua es muy importante. Queremos iniciar una conversación para trabajar estructura compartida en el uso de agua. Actualmente los distintos proyectos resuelven el tema con la implementación de desaladoras y sistemas de impulsión, pero ocurre que es más eficiente considerar sistemas multiusuarios. Esos varios usuarios podrían ser no sólo las operaciones mineras, sino también las propias comunidades. A nosotros nos parece importante iniciar esta conversación. Si no lo hacemos, es probable que el estrés hídrico repercuta mucho más fuerte a quienes no poseen estos sistemas de tratamiento de agua salada.

Otro tema tiene que ver con las medidas de mitigación y reducción de emisiones del sector minero. Nos toca ser capaces de proponer un solo protocolo o procedimiento para poder estimar emisiones. Esto es importante en las emisiones de alcance 3, asociadas a los insumos que utiliza el sector. Sabemos que hay esfuerzos de algunas compañías, pero nos corresponde tener un único procedimiento para todas las empresas. Eso nos permitirá estimar y medir con una misma vara la huella de carbono del cobre producido en Chile.

En junio el Ministerio de Minería anunció que tramitará el fin de la fallida licitación del litio impulsada por el gobierno anterior. En este contexto, ¿cuáles son los avances para dar vida a la Empresa Nacional del Litio?

El litio ha sido un tema complejo de abordar en Chile. De hecho, su marco legal y su historia relacionada nos tienen como estamos. No hay participación estatal en la producción de litio, hay solo dos grandes compañías produciendo litio y nos ha costado bastante instalar capacidad desde el Estado.

(…) Para avanzar, lo primero es que tenemos que ser capaces de ordenar la institucionalidad, es decir, debemos entender bien dónde están las competencias de las entidades que podrían tener algo que decir en torno al litio, como la DGA y Sernageomin. Esto se está ordenando a partir de una mesa interministerial que está operando actualmente. Eso es necesario para hablar de la gobernanza de los salares. Nos referimos al rol que le va a tocar a cada uno de los actores en el desarrollo de la industria del litio. Y ahí no está solo el Estado, sino que también las comunidades.

Acto seguido, necesitamos proponer modelos para esta Empresa Nacional del Litio (ENL). Esa discusión más del carácter pre legislativo, tiene una etapa de discusión territorial. Mientras eso ocurre, creemos que de todos modos se puede comenzar a avanzar en instalar ciertas capacidades. En este punto, nos parece relevante lo que está haciendo Codelco en el Salar de Maricunga, y los prospectos que tiene Enami.

Lo que esperamos es que el avance que se pueda tener entre Codelco y Enami sea transferido a la ENL una vez que haya sido creada. Respecto a la participación de privados, nosotros sabemos bastante de cobre, pero poco de litio, y por lo mismo creemos que es relevante buscar algún tipo de socio estratégico que traiga ese conocimiento y nos ahorremos años de aprendizaje. Es decir, sí va a haber espacio para una asociación con privados, pero manteniendo una participación mayoritaria del Estado.

Antes de convertirse en subsecretario de Minería se mostró a favor de un Royalty Minero. ¿Mantiene esa opinión?, ¿está a favor de un royalty que grava la producción, no las utilidades?

Acá me toca dar mi opinión como subsecretario y para eso me baso en nuestro programa de gobierno, donde tenemos la propuesta de un royalty. Ahora, respecto a su estructura, hay que ver qué se propone finalmente, pero me parece que una combinación de un royalty a la producción, que sería un componente ad valorem, más un impuesto progresivo sobre utilidades, podría ser eficiente. Sí creo que hay espacio para tener una mayor recaudación por concepto de royalty en la minería. La discusión ha avanzado lo suficiente para que digamos que hay acuerdo en que se puede cobrar un royalty mayor, lo que está en discusión cuál es la mejor forma.

En una entrevista realizada por nuestro medio en marzo de 2021, usted señaló que “la industria minera debería ser llamada a integrar encadenamientos productivos locales que apunten a la generación y captura de valor local en Chile”. ¿Aún comparte esta visión?, ¿de qué manera se podría alcanzar este objetivo?

No se le ha dado suficiente visibilidad al desarrollo de encadenamientos productivos locales. Hay esfuerzos de desarrollos tecnológicos de este tipo, y lo que queremos es darles mucha más visibilidad. Mostrar que efectivamente hay una industria de desarrollo tecnológico y de servicios que está asociada a la minería y que le aporta valor.

No nos quedaremos solo en mostrarlo, sino que también queremos apoyar decididamente aquellas iniciativas que contribuyan a que se desarrollen más proveedores de carácter tecnológico. Me refiero a los espacios de pruebas, centros de pilotaje y el escalamiento de tecnología, porque sabemos que ahí hay una brecha importante.

Nos parece además que se da una posible relación virtuosa entre el escalamiento de soluciones para que lleguen a la gran minería, y el fortalecimiento de la pequeña y en particular la mediana minería. Esto porque será en ese segmento donde se probará una solución antes de llegar a la gran minería. De esta forma se puede fortalecer la cadena completa, pero para esto se requiere el impulso del Estado.

¿Algún mensaje que desee transmitir a quienes forman parte de la industria en Chile?

Vivimos tiempos de cambios importantes a nivel local. Tenemos la discusión constituyente, a nivel global están los desafíos del cambio climático, y en ambos casos son temas que tocan a la actividad minera. Me parece que podemos dar una señal importante desde el país en términos de mostrar que vamos a seguir siendo un país minero, que Chile es capaz de adaptar su minería a las nuevas exigencias sociales y ambientales, y que como país, además, somos capaces de contribuir con los metales y minerales que se necesitan para la transición energética y hacer frente al cambio climático. Tenemos un tremendo desafío por delante y es nuestra intención hacer todos los esfuerzos para que seamos capaces de cumplirlo y sigamos siendo un país minero por muchas décadas más.

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