Riesgos y oportunidades para la minería: El desafío de recuperar confianzas

10 abril, 2023
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Revista Nueva Minería y Energía recogió las impresiones de destacadas personalidades del rubro minero, quienes confirmaron que las variables medioambientales, sociales y de gobernanza, son hoy la principal preocupación del sector.

Por Constanza Schaub
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El complejo panorama económico y social que atraviesa el mundo, a consecuencia de un escenario geopolítico convulsionado -cuando apenas salíamos de la pandemia-, sin duda, ha acertado un fuerte golpe a toda la cadena productiva que hoy enfrenta nuevos riesgos y desafíos.

Pero para la minería, la situación es todavía más complicada. Desde su rol clave como agente productor de las materias primas esenciales para la transición energética, la actividad debe salvar una serie obstáculos que dificultan la concreción de la tan anhelada meta a nivel global. Entre ellos, la pobre percepción que la ciudadanía tiene del sector.

Revista Nueva Minería y Energía recogió las impresiones de destacadas personalidades del rubro minero, quienes corroboraron que variables medioambientales, sociales y de gobernanza, ESG, de acuerdo con la clasificación de EY para 2023, constituyen hoy la principal preocupación del sector.

Licencia social

En conferencia con la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, el presidente ejecutivo de Codelco, Máximo Pacheco, explicó que la percepción social de la minería es algo en lo que se debe poner atención.
“De todos los sectores de la actividad económica del mundo -en un ranking elaborado por Globescan en 31 países- cuando se le pregunta a la gente cuáles son los sectores que estiman contribuyen más a la sociedad, la minería está en el último lugar de la tabla. Más complicado es que en los 21 años que se desarrolla el estudio, nunca habíamos estado más bajo que hoy”, indicó.

“Siendo Chile un país minero, es un gran llamado de atención, pese a que la encuesta no incluye a nuestro país. La minería tiene un tremendo desafío de encontrar los minerales, pero un desafío aún mayor es recuperar la confianza de la sociedad”, añadió.

A juicio de Pacheco, algo pasa con la minería que no tiene la legitimidad social que se necesita para generar esta actividad. “Hay mucha gente que dice que los proyectos mineros no se desarrollan por la “permisología”, que el Estado es burocrático, lento, pero quiero hacer un llamado de atención: el Estado representa el bien común, la sociedad y si la sociedad no confía en nuestro sector, es muy difícil que le pidamos -entonces- que se desentienda y le de permiso a una actividad que tiene demasiado comprometida su licencia social”, aseguró.

En sintonía con el líder de Codelco, el director ejecutivo de Cesco, Jorge Cantallopts, opina que la clave radica en el vínculo con lo local. “Creo que hoy día la industria minera –pese a ser global- se juega gran parte de su futuro en el vínculo con lo local. El impacto ambiental y la relación con la comunidad es fundamental y esto las compañías mineras lo vienen haciendo, pero creo que hay que fortalecerlo mucho más”, señaló.

“Es importante la imagen de la industria minera que tenemos los santiaguinos o la que tiene un centro financiero como Londres o Nueva York, pero creo que lo primordial es la imagen que pueda tener localmente. Es bien difícil que la industria minera mejore su imagen global por prejuicios, porque hay desconocimiento -en parte también por pecados del pasado y algunos del presente- que todavía tienen impacto, pero el esfuerzo, en mi opinión, debiera estar en lo local”, complementó.

En tanto, el académico, investigador y expresidente ejecutivo de Codelco, Marcos Lima, comparte una visión crítica del fenómeno. En el webinar “Minería: Motor de Desarrollo”, organizado por ASLCorp Estudio Jurídico, planteó que “nuestra historia nos condena y eso tiene que ver con el poco respeto que hemos tenido muchas veces con el medioambiente. Lo segundo, son los mitos y creencias. Uno de ellos es que la minería usa resquicios para eludir impuestos”, explicó.

Para el docente, otra idea es la “maldición de los recursos naturales” que, aquellos países ricos en recursos experimentan un menor crecimiento económico que los menos dotados. “Desgraciadamente mucha gente ha terminado por creer que la actividad extractiva es poco intensiva en tecnología, de bajo valor agregado y que en nada contribuye al desarrollo de las economías locales, creando una actitud rentista y sociedades muy desiguales. Eso no ha sido así en la minería en Chile, pero no hemos sido capaces de convencer al país que así ocurrió”, aseveró.

Medioambiente, gobernanza y productividad

Goldman Sachs estima que la industria minera necesitará gastar US$150.000 millones en la próxima década para superar un déficit de 8 millones de toneladas. Elevar las alicaídas tasas de producción minimizando el impacto medioambiental y sorteando, al mismo tiempo, obstáculos propios de institucionalidades muchas veces deficientes, pone el camino cuesta arriba pero también abre nuevas oportunidades.

Al respecto, el presidente de la Cámara Minera de Chile, Miguel Zauschkevich Domeyko, piensa que la baja productividad puede dificultar el reto de la carbono-neutralidad.

“La transición energética ha tenido un gran impulso, especialmente por la electromovilidad y los desafíos de lograr la carbono-neutralidad en 2050. Estimo que podemos caer en la paradoja de la escasez de los recursos minerales, especialmente en el caso de Chile, con el cobre y el litio. Esto por cuanto los niveles de producción no han aumentado; las leyes de los minerales son cada vez más bajas y no vemos proyectos relevantes que vayan a comenzar a operar en el corto plazo”, reflexionó.

De acuerdo con Zauschkevich, tanto Chile como el resto del mundo y, especialmente los países mineros, deben repensar sus estrategias y buscar la forma de hacer más y mejor minería. “En nuestro país tenemos un déficit en exploración, lo que es trascendente para levantar nuevos proyectos, ese es uno de los principales aspectos”.
En relación con el desafío medioambiental y la institucionalidad, el dirigente fue enfático en señalar que “ningún proyecto puede funcionar si no cumple con todas las exigencias que el país tiene al respecto, a través de las diversas normas, por lo que hablar si cumplen o no con la normativa medioambiental no es el tema. Este pasa porque no se modifiquen las reglas del juego cuando el proyecto se está construyendo o cuando está operando. Si las autoridades quieren hacerlas más rígidas, pueden hacerlo, pero a partir de los nuevos proyectos, sin retroactividad.”, expresó.

No obstante, el representante gremial subraya que “el sector minero es una de las áreas productivas que más se relaciona con las comunidades que se encuentran en sus áreas de influencia. Si bien, desde hace décadas asumieron que deben trabajar en conjunto, día a día hacen esfuerzos y crean programas para ello”, también valora la cultura que trajo consigo la inversión extranjera.

“Respecto a los temas medio ambientales; no hay que olvidar que la ley de Bases del Medio Ambiente comenzó a regir en 1994, luego que diversas compañías mineras internacionales se instalaron en el país; que además lo hicieron con los más altos estándares ambientales para la época y que no se ponían en práctica en otras áreas”, manifestó Zauschkevich.

Desde Codelco, Máximo Pacheco, coincide en la fórmula para mejorar las cifras actuales, pero de aquí a diez años. “¿Puede Chile aumentar la producción? claro que sí, pero no mañana”, aseguró. Este negocio tiene dos características principales: primero, es de largo plazo y segundo, es de alto riesgo y el riesgo se inicia con la exploración”.

El ejecutivo añadió que “una de las razones por las que saltamos de 1,5 millones de toneladas como país a 5 millones de toneladas el 2004 y después nos estancamos, es porque había mucha exploración en los mapas mineros. Si Chile quiere aumentar la producción, tiene que aumentar la exploración, pero ese salto significativo podemos darlo a diez años plazo y sólo si la sociedad nos da la licencia para hacerlo y si somos capaces de demostrar que no vamos a continuar haciendo minería como lo hacíamos históricamente, sino que vamos a hacer una minería responsable con el medioambiente y amigable con las comunidades”, dijo.

Finalmente, el académico Marcos Lima, siente que hacer frente a los problemas y oportunidades que depara el futuro para la minería, no es tarea de unos pocos. “Las ESG son un problema de comportamiento de todos, no del jefe o del área de recursos humanos o de medioambiente. Son todos los trabajadores mineros y los contratistas, porque hay que medir la empresa extendida, los que tienen que entender que no podemos seguir siendo tan importantes -desde el punto de vista del desarrollo de Chile- y teniendo esa mala imagen”, finalizó.

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