Proyectos mineros: Latinoamérica mira hacia el futuro

27 febrero, 2023
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Variables geopolíticas, medioambientales, de gobernanza, así como el aumento en los costos de producción, entre otros, son parte del panorama por el que atravesará la minería Latinoamericana en 2023.

Por Paula Chapple
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Latinoamérica en 2023 transitará un camino difícil, lleno de incertidumbres que impactarán, en mayor o menor medida, en los planes inversionales de la mayoría de los países mineros de la región. Diversos estudios y reportes apuntan que, a pesar de las fluctuaciones globales, América Latina mirará al futuro con optimismo para el desarrollo de su industria.

Algunos de esos factores son, de acuerdo lo señala BNamericas, “la desenfrenada inflación que está obstaculizando el desarrollo de proyectos y elevando los costos en toda la industria minera de Latinoamérica, y las empresas se preparan para un impacto continuo en 2023”.

Otras variables son la invasión rusa en Ucrania, que disparó los precios del gas natural, el diésel y la energía, y las empresas mineras también reportaron una espiral de costos de materiales como equipos, neumáticos, reactivos y acero.

Las compañías también están experimentando un repunte de los costos de la mano de obra, en parte debido a las consecuencias de la pandemia de Covid-19, en tanto, los gastos de transporte y flete se suman a las presiones inflacionistas.

“La inflación de costos definitivamente está ocurriendo en toda la industria (minera)”, dijo a BNamericas el jefe de calificaciones corporativas para América Latina de la calificadora Fitch, Joe Bormann. “A nivel general, le está sucediendo a todas las empresas”. Las mineras no esperan que la situación mejore sustancialmente en el futuro cercano.

“Al mirar hacia el futuro, esperamos que las presiones inflacionarias y los impactos de un mercado laboral competitivo persistan hasta 2023, lo que dará como resultado niveles de producción y costos unitarios similares a los de este año”, indicó el presidente ejecutivo de Newmont, Tom Palmer, en la conferencia de resultados del segundo trimestre.

Impacto en los proyectos

El golpe se está sintiendo en el desarrollo de proyectos en América Latina. Newmont postergó en 2022 la decisión de construcción para su proyecto peruano de oro y cobre Yanacocha Sulfuros, valorado en de US$2.000 millones, hasta el segundo semestre de 2024 tras una revisión del alcance de la iniciativa.

En tanto, otros proyectos han evidenciado alzas en las estimaciones de gasto de capital. Ejemplo es Teck Resources y su nuevo socio de riesgo compartido Agnico Eagle Mines, que anunciaron en septiembre que el gasto de capital de desarrollo para el proyecto mexicano de cobre y zinc San Nicolás podría estar en el rango de US$1.000 millones a los US$1.100 millones, frente a los US$842 millones previstos anteriormente.

También en México, Torex Gold espera mayores costos de construcción para su proyecto de oro y cobre Media Luna, estimados en US$848 millones en un estudio de factibilidad de marzo, en comparación con los US$496 millones de un avalúo preliminar de 2018.

Otras empresas han logrado mantener bajo control los costos de los proyectos a pesar de la inflación. Como SilverCrest Metals, que está acelerando las operaciones en su mina de plata y oro de US$138 millones Las Chispas, en México, que comenzó a producir antes de lo previsto y por debajo del presupuesto en julio.

Costos de producción

La Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) también registró mayores costos de producción en los activos cupríferos del país a causa de la inflación mundial y la menor producción.

El organismo reportó que los costos directos (C1) de las mineras de cobre más grandes subieron en US$0,183/lb en promedio, mientras que las 16 operaciones más pequeñas se reajustaron en US$0,542/lb.

Pero como las mineras siguen beneficiándose de los fuertes precios de los metales industriales y preciosos, en comparación con las medias históricas, el aumento de los costos se trasladará a los consumidores.

“Los precios de los metales se ven impulsados en parte por la escasez mundial relacionada con la lentitud en el desarrollo de proyectos, las interrupciones en las minas y la creciente demanda, ya que se espera que el consumo de metales como el cobre y el litio se dispare en los próximos años con el impulso de las energías renovables y los vehículos eléctricos”, señala BNamericas.

Aumento del nacionalismo

Por otro lado, un aumento en el nacionalismo de los recursos en América Latina está haciendo subir los precios de los metales al perjudicar la capacidad de la región para suministrar materias primas para la transición energética, según lo admitió Joaquín Villarino, presidente ejecutivo del Consejo Minero del Consejo Minero.

Las propuestas de alzas de impuestos a las minas de cobre en Chile y los planes para una nueva compañía estatal de litio, así como la creciente agitación social en Perú y la intervención de Panamá en una enorme mina forman parte de una iniciativa para que se utilice una mayor parte de las ganancias mineras en gasto social.

“Si bien reducir las desigualdades es un noble objetivo, generar engorrosos entornos operativos que ahuyenten la inversión es contraproducente a largo plazo”, señaló Joaquín Villarino, insistiendo en que América Latina está consumida por una discusión ideológica que está paralizando el desarrollo.

Demanda vs riesgo ambiental

De acuerdo con la encuesta “Global Mining Outlook 2022”, que emite la consultora KPMG International, en 2022 la industria minera buscó un balance entre el crecimiento de la demanda y el riesgo ambiental, lo que continuará en 2023.

El cambio global hacia la descarbonización está impulsando el crecimiento y el optimismo en el sector minero, según revela el reporte. Si bien la cifra es ligeramente inferior a la obtenida en la encuesta 2021 (66 %), el resultado sirve para confirmar que la volatilidad en los precios de las materias primas y la mayor incertidumbre derivada de la pandemia y de las cuestiones geopolíticas no están aplacando el optimismo del sector.

A nivel sectorial, los encuestados “identificaron el riesgo medioambiental y las nuevas regulaciones como el más importante, seguido por el precio de las materias primas y la licencia social para operar. El 2021, los riesgos Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo (ESG) solo ocuparon el quinto lugar entre los principales”, da cuenta el informe.

A pesar de la incertidumbre, hay señales de que los líderes de la industria están utilizando el actual período de crecimiento para reinvertir y comprometerse con un futuro más verde y sostenible.

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