Perú: Minería en tiempos desafiantes

12 septiembre, 2022
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No cabe duda que la industria minera juega un rol clave en la economía peruana y que será fundamental para su desarrollo. ¿Cómo se proyecta el crecimiento del sector tras sucesos como la pandemia, la recesión económica mundial y la llegada de Pedro Castillo a la cabeza del gobierno? Representantes del área dan a conocer su visión.

Por Camila Morales
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Fundamental es el papel que juega la minería en Perú. Representando alrededor del 60% de los ingresos por exportaciones, esta industria se ha posicionado como protagonista en medio de un contexto político, económico y social caracterizado por la necesidad de transformaciones. La pandemia, la recesión económica y la llegada de Pedro Castillo a la presidencia, entre otros factores, plantean nuevos desafíos para el sector.

Pero a pesar de los retos, la relevancia de la minería en Perú se mantiene firme. Ocupando a nivel mundial el 2º lugar en las exportaciones de cobre, plata y zinc, además del 4º puesto en la industria del plomo y molibdeno, y el 6º lugar en oro y estaño; el país goza de un reconocimiento mundial indiscutible cuando se habla de potencias mineras con altas proyecciones de crecimiento.

Tomando en cuenta estos factores, ¿cuáles son los mayores avances y desafíos de la minería en Perú en los últimos años?, ¿cómo se proyecta el desarrollo del área tras la llegada al gobierno de Pedro Castillo?, y ¿cuáles son los proyectos mineros en carpeta más relevantes? Representantes del sector dan a conocer su visión sobre estas interrogantes.

Con los desafíos en la mira

El principal desafío de la minería peruana está relacionado a alcanzar un acuerdo social sobre la explotación de los recursos mineros, que al mismo tiempo garantice su viabilidad económica, social y ambiental. Así lo explica Mario Guerrero, economista principal de Estudios Económicos de Scotiabank Perú, al hablar de los retos que tiene la industria en el corto y mediano plazo.

“Este es un proceso complejo y largo, que no sólo requiere de voluntad política por parte del gobierno, sino de responsabilidad social empresarial y de la colaboración de todas las entidades participantes en el sector”, indica Guerrero, quien agrega que la falta de un acuerdo al respecto produce conflictividad social, con paralización temporal de la producción, alejamiento de inversiones y sensación de ausencia de bienestar social en las comunidades cercanas.

Para Juan Carlos Ortiz, vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), en el terreno operativo la industria continúa desplegando acciones para impulsar la digitalización de sus actividades. “La minería 4.0 es inminente y no hacerlo es condenarse a desaparecer. Esta tendencia repercutirá en el desarrollo de sistemas de gestión para controlar riesgos operacionales, así como fomentar un cambio en la cultura organizacional”.

En ese sentido, añade el representante de la entidad, se observan mayores avances tecnológicos para la automatización integral de todo el circuito de exploración, extracción y procesamiento, “lo que conlleva a la mayor rentabilidad del negocio, la óptima seguridad de la fuerza laboral y las menores emisiones al ambiente”.

Respecto al punto que se refiere a los desafíos a nivel social, el representante del IIMP recalca que “es necesario también contar con gestores públicos, capaces de conciliar las demandas de las comunidades con las empresas mineras”, pues de acuerdo al Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) los conflictos sociales le habrían costado al sector 2,3 puntos porcentuales de crecimiento en 2021.

Otro reto destacado por los entrevistados está relacionado al exceso de trámites administrativos que enfrenta el sector, “lo que no permite aprovechar el potencial minero”, comenta Mario Guerrero. Un dato que confirma aquello es que la carga regulatoria en el sector minero aumentó de 12 a más de 200 normas en las últimas dos décadas.

Avances del sector

Con desafíos a cuestas, la minería en Perú de igual manera sobresale por su desarrollo. Uno de los hechos más destacables es el avance tecnológico en sus operaciones. La analista en minería de Scotiabank Perú, Katherine Salazar, detalla que Las Bambas cuenta con un plan de inversión para su transformación digital hacia el 2025 de US$90 millones. En este punto, “la más importante hasta ahora es Quellaveco, la primera mina 100% digital en Perú, y que a pesar de la coyuntura de la pandemia continuó desarrollándose”.

Salazar agrega que “como resultado de los últimos proyectos estamos pasando de un período de inversión a un período de producción minera. Otro avance que veremos es la alta producción de cobre y la recuperación del agotamiento en las minas de oro. Todos estos cambios se producen en un escenario de atractivos precios para los metales a nivel internacional”.

Otro hecho destacable a juicio de los entrevistados es la creación del Centro de Convergencias y Buenas Prácticas Minero-Energéticas (Rimay). Juan Carlos Ortiz explica que la entidad propuso la Visión de la Minería en Perú al 2030, que persigue una industria inclusiva e integrada social, ambiental y territorialmente, en un marco de buena gobernanza y desarrollo sostenible.

“Mención aparte merece el nuevo Reglamento de Procedimientos Mineros aprobado en 2020, que trae consigo cambios favorables como el silencio administrativo positivo, la reducción de los plazos de evaluación de los procedimientos mineros, la formulación de supuestos para autorización aplicables a exploración, explotación y beneficio minero”, comenta el vicepresidente del IIMP.

Sumado a los avances señalados, Mario Guerrero recalca que espera ver más avances en lo que respecta a resolver la problemática de los recurrentes conflictos sociales y asegurar el uso continuo del Corredor Minero del Sur (CMS). “Esta es una vía que permite la salida para la exportación del mineral y que recorre Apurímac, Cusco, Arequipa y Moquegua. Ahí se ubican minas importantes como Antapaccay, Hudbay y la más grande en términos de producción, Las Bambas. Las tres minas representan alrededor del 25% de la producción de cobre del país”.

El nuevo gobierno

El 28 de julio de 2021, mismo día en que Perú celebra sus fiestas patrias, Pedro Castillo asumió la presidencia. El mandatario ganó en las principales regiones mineras, en un contexto en el que más del 64% de los 191 conflictos sociales registrados a mediados de 2021 están vinculados a preocupaciones sociales y ambientales relacionadas con operaciones mineras, según la Defensoría del Pueblo.

“Castillo planteó en su campaña electoral aumentar impuestos a la minería y que el 70% de las utilidades se reinviertan en el país. De cara a la segunda vuelta, puso mayor énfasis en la renegociación de contratos a fin de modificar el tratamiento tributario, creación de un impuesto a las sobre ganancias, eliminación de exoneraciones tributarias, regalías en función a las ventas”, entre otras propuestas, explica Mario Guerrero.

Este tipo de anuncios, enmarcados dentro de la posibilidad de convocatoria a una Asamblea Constituyente, causaron preocupación en el futuro del sector, cuya cartera de inversiones mineras alcanza a US$ 56.000 millones a través de 46 proyectos según el ministerio de Minería. “Sin embargo, los matices empezaron a vislumbrarse desde su primer discurso inaugural, donde puso énfasis en la rentabilidad social de los proyectos mineros como condición para su viabilidad y en la búsqueda de un nuevo pacto con la minería, dejando de lado temas que fueron base de su campaña”, añade el economista.

Por su parte, Juan Carlos Ortiz recalca que en su último Reporte de Inflación, el Banco Central de Reserva ha previsto que la inversión minera podría contraerse 4.9% en 2022 y 15.8% en 2023, debido a la ausencia de grandes proyectos mineros en construcción, siendo el último en ejecutarse el yacimiento de cobre Quellaveco, que demandó una inversión superior a US$ 5.300 millones.

Tomando en cuenta este escenario a nivel de inversión, el vicepresidente del IIMP destaca que el sector requiere transparencia, lucidez y probidad por parte de sus autoridades, “lo que debe ser reflejado en un marco normativo predecible, un esquema tributario razonable y un clima de paz social, a fin de crear las condiciones necesarias para evaluar de mejor forma los planes de inversión”.

Proyectos mineros, algunos datos:

Perú posee una cartera de proyectos mineros por una inversión total de US$ 53.168 millones.

El 35% cuenta con fecha de inicio de operaciones y se espera que se materialicen en los próximos cinco a seis años.

Por tamaño de inversión destacan: Los Chancas (US$ 2.600 millones), Michiquillay (US$ 2.500 millones), Yanacocha Sulfuros (US$ 2.250 millones), Ampliación Toromocho (US$ 1.355 millones) y Zafranal (US$ 1.260 millones).

Se estima que la producción de cobre y oro trasciendan a 3,1 millones de toneladas métricas finas y 154,1 millones de gramos finos, respectivamente, lo que representaría un crecimiento de 26,8% y 20%.

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