Nuevo plan antiesmog busca bajar a la mitad las partículas peligrosas en Santiago

24 julio, 2014
CALENTAMIENTO GLOBAL

CALENTAMIENTO GLOBAL

Propuesta será presentada hoy e incluye prohibición total de leña, recambio de camiones y furgones escolares y restricción a catalíticos más antiguos.

Este año el Gran Santiago ha superado 63 veces la norma internacional de calidad del aire para el material particulado fino (MP2,5), que fija un máximo de 50 ug/m {+3} (microgramos de contaminantes por metro cúbico de aire) para las partículas consideradas más peligrosas para las personas, responsables de cuatro mil muertes al año en Chile, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Así, durante dos meses y tres días los 6,6 millones de habitantes de la capital estuvieron expuestos a partículas capaces de penetrar los alvéolos pulmonares, ingresar a la sangre y generar desde cefaleas hasta infartos cardiovasculares. De acuerdo con el último inventario de contaminantes de la Universidad de Santiago (Usach), en el país se emiten 4.599 toneladas anuales de este contaminante.

Para cumplir la norma global y reducir los fallecimientos, crisis respiratorias y sus costos por hasta US$ 670 millones anuales, el Gobierno afina la mayor apuesta ambiental en dos décadas: el plan de descontaminación para el MP 2,5 que debutará en 2016 y regirá con medidas de corto plazo hasta 2020, y con otras de largo alcance hasta 2030.

En lo que constituye una segunda etapa en la lucha contra el esmog -la primera apuntó al material particulado más grueso o MP10 (ver línea de tiempo)-, la propuesta para reducir el MP2,5 incluye 32 iniciativas y fue encargada por el Ministerio de Medio Ambiente al Centro Mario Molina, entidad mexicana encabezada por el Premio Nobel de Química del mismo nombre y considerada líder en Latinoamérica en investigación de la polución del aire. Será presentada hoy con medidas tan masivas como la prohibición del uso de leña en todo el Gran Santiago. Según el inventario de la Usach, este combustible, quemado por un parque de 117 mil calefactores, aporta cerca de la mitad del MP 2,5 (2.186 toneladas al año).

El plan, que tendrá un costo de US$ 787,9 millones, también sugiere medidas para el transporte, responsable del 32% del MP 2,5 (1.494 toneladas al año). Entre ellas, reconvertir el parque de camiones de carga y basura antiguos (con norma Euro II o inferiores) y cambiar el transporte escolar con diésel.

Asimismo, se planea ampliar la restricción vehícular a vehículos catalíticos con más de 15 años de antigüedad.

El ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, asegura que a 2020 estas medidas reducirán a la mitad las emisiones de MP 2,5, con lo que Chile cumplirá el estándar de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). “Estamos subiendo el nivel de las exigencias y es más probable que tengamos más episodios críticos en el corto plazo, lo que no significa que la calidad del aire sea peor, sino más exigente. En el mediano plazo, esos episodios tendrán una menor duración e intensidad”, anticipa.

En forma inédita, la propuesta considera metas para reducir la emisión de gases con efecto invernadero y contribuir al combate contra el calentamiento global. Por ejemplo, normas para la emisión de precursores contaminantes (como el dióxido de azufre) presentes en los sulfatos utilizados en las 500 bencineras del Gran Santiago, lavasecos y empresas de pinturas de automóviles. También se postula bajar la cantidad de proteínas con que se alimenta el ganado en zonas rurales de Santiago, para mejorar la gestión del estiércol, que también emite contaminantes.

Fuente: El Mercurio

Noticias Relacionadas