Mina Diablo Regimiento recupera 3 millones de toneladas de agua-barro para el procesamiento de cobre divisional

20 marzo, 2024
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Desde agosto de 2021 a la fecha, el uso de palas semi autónomas comandadas a distancia permitió no exponer a los operadores y aportar a las metas productivas de cobre de El Teniente.

El objetivo de recuperar reservas que se encontraban abandonadas y a su vez sacar a trabajadores (as) de la exposición al riesgo critico de bombeo de agua-barro se está cumpliendo a cabalidad en la mina Diablo Regimiento. Con un equipo de operadores y mantenedores capacitados y cada vez más afiatados, la Superintendencia Mina Sur anunció que en marzo de 2024 se alcanzó el hito de 3 millones de toneladas de extracción de agua barro.

                 

Rodrigo Andrades, gerente de Minas, destacó que “estamos ejecutando una forma de trabajar que nos permite transformar recursos mineros en reservas de manera segura, sin exposición a las personas”.

“El tercer millón de toneladas que se logró en 6 meses demuestra que esta tecnología llegó para quedarse porque es sostenible y ha permitido tener continuidad operacional y agregar valor al negocio, no solo en seguridad, sino también en producción. Tiene la virtud de apoyar la transformación que requiere la división en términos de competencia de nuestra gente al robustecer la formación de los trabajadores que son parte de este proceso”, explicó Katherine Feliú, superintendenta de la Mina Sur.

¿Cómo funciona el proceso?

Un riesgo crítico en minería subterránea es el bombeo de agua barro, evento en que un alto contenido de material fluye en forma violenta a través de los puntos de extracción y puede generar consecuencias graves e incluso fatales. El Teniente cuenta con áreas que dejaron de ser explotadas por este motivo, pero que han vuelto a ser productivas gracias a la tecnología que permite la operación a distancia.

Fabián Cárdenas, ingeniero de automatización del área, detalla que “El Teniente cuenta con una cantidad importante de reservas que estaban cautivas producto de ese riesgo. Por este motivo, históricamente, la División no extrajo estos minerales para no exponer a los trabajadores. No obstante, hace algunos años empezamos a implementar tecnologías de automatización y que han tenido un crecimiento constante al punto que hoy su rendimiento se equipara a los equipos manuales y nos permiten extraer estos recursos en forma segura, sin operadores a bordo, y siendo un negocio rentable”, agregó.

La importancia del trabajo en equipo

Uno de los aspectos que se han destacado en la evolución de la extracción del agua barro es la participación de los trabajadores.

Actualmente existen 26 operadores capacitados para el manejo de equipos móviles autónomos. El proceso se desarrolla a través de la operación de palas cargadoras LHD que se controlan a distancia desde la mina y desde el Centro Integrado de Operaciones, en Rancagua, sin exposición.

“Los operadores han colaborado bastante con el aporte de ideas. Una de las claves ha sido que este proceso ha sido abierto y gran parte de lo que se ha hecho han sido ideas de ellos. Han tenido la capacidad de expresar su idea, de desarrollarla y generar modificaciones incluso de los diseños”, explicó Fabián Cárdenas.

Ricardo Cornejo, coordinador de turno del Grupo 2, destacó la importancia del trabajo en equipo. “El tema de la automatización ha sido un proceso largo que ha requerido un cambio cultural. No solo se llevó a un operador manual a la teleoperación, sino que se formó un equipo y existe una idea sólida para avanzar en conjunto”.

Su compañero Karl Hedberg, operador experto e instructor, recordó que “cuando partió esto éramos 4 viejitos y hoy somos 26 gracias a las capacitaciones que hemos realizado. Para los operadores hay un cambio radical porque están lejos del riesgo de enfermedades profesionales y de accidentes”

“Lo más notable es la seguridad porque no estamos expuestos si hay algún bombeo, también no tenemos ruido ni polvo. Es una tarea en condiciones muy favorables para el operador. Nos capacitamos y tomamos el ritmo. Si al principio se miraba con escepticismos, hoy todos quieren estar acá”, reconoció Cristian Esparza, operador.

Francisco Ávila Vázquez, jefe de turno del Grupo 2, comentó que “al partir fue desafiante. Fuimos montando un par de palas, adquirimos conocimientos y hoy ya tenemos casi al 40% de la dotación capacitada para operar de forma telecomandada. Siento que vienen más desafíos y como equipo nos sentimos preparados para seguir cumpliendo”.

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