Mayor aporte solar y eólico reducirá al 25% la generación térmica al 2030 en Chile

29 enero, 2018
Siemens erhält Auftrag von US-Windkunden Pattern Development / Siemens receives order from US wind customer Pattern Development

Eso sí, el análisis encargado por la Asociación de Generadoras señala que el gas, carbón y los embalses aportarán flexibilidad al sistema que se enfrentará a tecnologías variables.

El crecimiento de las energías renovables en el país cambiará la cara de la matriz, reduciendo la participación de tecnologías térmicas, pero no eliminándolas del todo debido a que aportarán, junto a los embalses, la flexibilidad que requerirá el sistema ante la variabilidad de fuentes solares y eólicas.

Al menos así lo establece un estudio elaborado por el consorcio PSR-Moray para la Asociación de Generadoras respecto a los efectos en el largo plazo que producirán en el sistema la masiva incorporación de energía variable.

De acuerdo al análisis, considerando una proyección de demanda y costos medios, la energía solar fotovoltaica representaría el 30% de la generación al 2030, convirtiéndose en la tecnología predominante en la matriz, desplazando de este lugar a la termoelectricidad.

Durante 2017, la tecnología termoeléctrica -que incluye carbón, gas y petróleo- representó 60% de la generación, pero de acuerdo a la proyección de los consultores PSR-Moray, en 2030 bajaría al 25%, mientras que el restante 75% provendría de fuentes renovables, cumpliendo de manera anticipada la meta de alcanzar un 70% de participación de renovables al 2050.

Según la modelación para 2030, a 29% llegaría el aporte hídrico a la matriz, mientras que las fuentes solares fotovoltaicas y eólicas, denominadas como renovables variables, sumarían 42%. El 4% restante equivaldría a biomasa, geotermia y concentrador solar de potencia (CSP).

El estudio proyecta que se instalen a 2030 entre 8.800 megawatts (MW) y 16.000 MW, estimando inversiones que partirían en los US$ 8.000 millones y, en la parte alta, superarían los US$ 18.000 millones.

Flexibilidad

La explosión renovable hará disminuir la participación termoeléctrica, sin embargo, estos activos serán claves para entregar flexibilidad al sistema dado que, por ejemplo, la energía solar no se genera de noche, o el viento que hace funcionar los parques eólicos, no es constante.

El vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Generadoras, Claudio Seebach, comenta que la mayor penetración de las energías renovables variables incrementan la necesidad de flexibilidad en la operación del resto del parque de generación, es decir, hidroeléctricas de embalse y termoeléctricas, o en el futuro, el almacenamiento.

“Esta mayor flexibilidad se traduce en términos operativos a la capacidad de que las centrales deban encenderse, detenerse, subir y bajar rápidamente su operación u operar en mínimos técnicos o rangos de menor eficiencia, lo que implica costos que son cada vez más significativos en la medida que aumente la penetración de energías renovables variables”, explica.

De acuerdo al estudio de PSR-Moray, los costos por flexibilidad pasarían de representar 7% del total de montos en 2021 a un 21% el 2030, en un rango entre US$ 150 millones y US$ 350 millones según el escenario.

Pese a ello, proyectan beneficios económicos netos gracias a la mayor penetración solar y eólica por unidad de energía producida del orden del 18% en el 2030.

Seebach sostiene que incurrir en mayores costos de flexibilidad “permite capturar los beneficios económicos y ambientales de una mayor penetración renovable solar y eólica”.

Eso sí, apunta a que actualmente esos costos de flexibilidad no son remunerados. “Dependiendo del origen específico de los costos de flexibilidad se debieran diseñar mecanismos adecuados para identificarlos, medirlos, valorizarlos y asignarlos”, finaliza.

Disminución

Los costos operativos totales del sistema se reducirían 18% al 2030, por el mayor aporte de energía solar y eólica, pese al incremento en el costo de flexibilidad.

Fuente: Economía y Negocios

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