Pacheco: “Necesitamos generar inversión para integrarnos con el resto de la región”

25 enero, 2016
maximo pacheco

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Con el creciente aporte de las ERNC se busca devolver el sitial que tenían las energías renovables hace 50 años, indica. Oposición a los proyectos tiene relación con “la exacerbación del individualismo en la sociedad”.

El próximo 11 de marzo, el ministro de Energía, Máximo Pacheco, cumple dos años en su cargo, transformándose en el titular de energía con mayor tiempo en ejercicio.

Durante su gestión, reconoce orgulloso, las centrales en construcción se han duplicado, pasando de 1.949 MW a 4.164 MW. Sin embargo, nuevas dudas sobre la utilidad de esa capacidad han surgido a raíz del menor ritmo en que crece la demanda energética, producto de la desaceleración económica y la paralización de proyectos mineros.

Sin embargo, Pacheco no lo ve como un riesgo ya que, según indica, en el caso de que exista un exceso de capacidad esta puede ser utilizada por otros países como Argentina o Perú, en el marco de la integración energética regional.

“El hecho de tener una matriz energética aislada es muy cara para Chile y nuestros vecinos porque hay complementariedad en los recursos que tenemos unos y otros”, explica.

¿Cómo se explica que en tres años la inversión eléctrica haya “saltado”?

Tengo una sola respuesta: gestión. El Estado puede. El Estado cuando necesita enfrentar tareas como esta, puede acompañar y puede trabajar en la relación de colaboración con el sector privado para generar estos impulsos de inversión.

¿Es esperable que este boom de inversiones continúe, considerando que la demanda ha tenido meses planos?

En Chile tenemos todos los indicadores para demostrarlo…

¿Pero hay espacio para más capacidad?

Hay espacio. Nosotros no nos sentimos nada orgullos de tener la energía más cara de América Latina. Nosotros necesitamos esta infraestructura, esta inversión para detener las alzas en las cuentas de la luz que afectan directamente la competitividad y la productividad de nuestra economía y porque además, digámoslo con todas sus letras, también necesitamos poder generar esta inversión para construir integración con el resto de los países de la región. El hecho de tener una matriz energética aislada es muy cara para Chile y para nuestro vecinos, porque hay complementariedad en los recursos que tenemos unos y otros para construir una matriz integrada que sea más eficiente y que nos ayude a todos.

En términos de competencia. ¿Cómo ha influido la inserción de las energías renovables no convencionales (ERNC)? ¿Le está quitando espacio a las convencionales?

Creo que lo que nosotros dijimos fue que necesitábamos tener una matriz energética diversifica, equilibrada y sustentable, y creo que le estamos logrando devolviéndole a las energía renovables el sitial que les corresponde y la importancia que alguna vez en el pasado tuvieron, porque Chile tiene en su ADN la trayectoria de haber sido un país que generaba energía eléctrica con fuentes renovables. 50 años atrás el 80% de la energía eléctrica era con hidroelectricidad. Hoy día estamos buscando descarbonizar nuestra matriz energética y por otro lado devolverle al país la independencia que necesita, porque Chile no tiene gas y no tiene petróleo, pero si tiene viento, sol, biomasa y agua para tener una energía más limpia y más barata y en eso hemos sido tremendamente exitosos. Si alguna vez estuvimos trotando, hoy estamos galopando.

En el mercado eléctrico uno ve, especialmente en el caso de las ERNC, pequeñas empresas. ¿Es de esperarse una readecuación en el mercado?

Le hace bien a nuestro sistema eléctrico tener proyectos de distintas tecnologías, distintos tamaños y principalmente con más competencia, con nuevos actores. El hecho de que hoy día tengamos muchos proyectos de tamaño pequeño o mediano también ayuda a que este déficit de infraestructura se vaya cerrando más rápido, porque estos proyectos son de más rápida ejecución, son de más rápida tramitación en los permisos ambientales, de más rápida negociación y entendimiento con las comunidades y al final son también de más rápida construcción. Entonces, tenemos por un lado que estos proyectos ayudan a cerrar la brecha más rápido, y nos ayuda a impulsar un modelo de generación distribuida, que significa que no apostemos al bingo de una gran solución, sino que tengamos más centrales en los distintos lugares, y más cerca de los lugares de consumo.

Siendo la hidroelectricidad renovable, ¿por qué la ciudadanía no la acoge como tal?

Esto no es un fenómeno chileno, esto es un fenómeno mundial. En Estados Unidos hace 10 años atrás se llamó el NIMBY -Not In My Back Yard (no en mi patio trasero)-. El común de la gente sabe que esto se necesita, que cada vez tenemos transformados los hogares en lugares de alto equipamiento de electrodomésticos. La gente entiende que hay un aumento en el consumo eléctrico y que se necesitan las centrales. Pero ahora esta modalidad del NIMBY se llama BANANA -Build Absolutely Nothing Anywhere Near Anything (que no se construya nada en ningún lugar cerca de algo). Creo que eso tiene que ver con la exacerbación del individualismo en la sociedad. Creo que el haber dejado al Estado en un rol pasivo, como simple espectador fue de un tremendo descuido en relación al bien común. Es el Estado el que tiene que dar orientación y dirección, y al final decir: por el bien común estas cosas hay que hacerlas.

Fuente: Pulso

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