Laura Albornoz:”Fui partidaria de la salida de Keller porque había una mala evaluación”

22 septiembre, 2014
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Laura Albornoz se define en temas de la minera y habla por primera vez del cambio de ejecutivos y la controvertida salida de Thomas Keller.

Su oficina de abogados está a pasos de Codelco. De ahí que no sea raro ver a la directora de la estatal por los pasillos de la cuprera, hablando con los otros directores o agendando reuniones. En esta entrevista, la ex ministra del Sernam del primer gobierno de Michelle Bachelet, Laura Albornoz Pollmann -considerada, por su trayectoria, la más política de los miembros del directorio- se define en temas de la minera y habla por primera vez del cambio de ejecutivos y la controvertida salida de Thomas Keller.

Profesora en las escuelas de Derecho de la Universidad de Chile y de Los Lagos -“las dos estatales”, subraya-, también combina sus labores en Codelco con una constante defensa del programa de gobierno de Bachelet: hace unos días firmó una carta apoyando la gratuidad en la educación superior, en respuesta a la comentada misiva crítica de esa medida que antes suscribiera un grupo transversal de personalidades.

-¿Cuál es lectura política que usted le da a que el Gobierno haya decidido capitalizar a Codelco con US$4.000 millones en el período 2014-2018?

-Es una señal para fortalecerla y decir “no solo queremos el dinero de ustedes, que nos aportan todos los años, sino que además vamos a invertir en esta empresa para que pueda tener la rentabilidad que se espera de la compañía”. Y no solo poniendo dinero, sino con el cumplimiento de un plan que como Codelco vamos a asumir.

-¿Qué significó para Ud. que la Presidenta la designara en una empresa con 20 mil trabajadores propios, que “vale” entre 50 y 70 mil millones de dólares y con sindicatos tan poderosos?

-Este no es un puesto, es un servicio público. Soy la primera directora mujer en la historia de Codelco; otra mujer se había sentado en el directorio, pero por su rol de ministra de Minería, que fue Karen Poniachik. El impacto es grande, porque uno viene con un modelo de trabajo desde el Ejecutivo que es distinto a trabajar en un órgano colegiado. Yo recibí un mandato de la Presidenta y ese rol lo voy a cumplir a cabalidad. Por eso viajo a las divisiones, me meto a la mina subterránea, viajo a Ventanas, etc.

“Cuando estás en el Ejecutivo te faltan minutos para cumplir tus funciones y tienes que mostrar lo que haces; si no, la gente tiene la sensación de que no estás gobernando. Acá pasa lo contrario. Se espera que tomes las decisiones en reserva y le das orientaciones a la administración. Y estoy muy contenta con la elección de Nelson Pizarro como director ejecutivo. Había cierto retraso y él se preocupará de poner el acelerador para los proyectos estructurales, porque permiten desarrollar nuevos focos de producción”.

-Se dijo que usted era partidaria de un presidente ejecutivo más cercano a la DC, como Sergio Jarpa, en vez de Nelson Pizarro.

-Los directores, respecto del nombramiento del presidente ejecutivo, tenemos el deber de guardar reserva y yo no he emitido ninguna declaración ni tampoco desmentí lo que salió en la prensa porque sería caer en el juego. Cuando fui partidaria de pedir la renuncia de Thomas Keller -y ahora puedo contarlo, porque fue declarado como un hecho esencial ante la superintendencia- fue porque hubo una mala evaluación de su gestión de parte del comité de auditoría interno de Codelco, y las cifras así lo indicaban. Si bien había habido una reducción de costos, había una baja de la productividad.

“Además, desde el punto de vista político, él nos había hecho un emplazamiento a través de los medios de comunicaciones. Codelco no puede tener ninguna motivación que no sea producir para el erario fiscal y para el bienestar de los chilenos”.

-Desde la oposición se dijo que en la salida de Keller hubo motivos políticos. ¿Es necesario separar la designación de directores de los cambios de gobierno?

-El presidente ejecutivo debe ser de confianza del directorio. El gobierno corporativo considera cuatro miembros elegidos por la Alta Dirección Pública para que sea más técnico, dos representantes de los trabajadores de la empresa, y tres designados por el Presidente o la Presidenta de la República. En este caso justo coincidía la llegada de Bachelet con el nombramiento de tres de los nueve directores. No se puede decir que la llegada de un nuevo gobierno cambia el color político de todo el directorio. Eso no significa que uno se cierre a mirar otras empresas públicas y experiencias de fuera para adoptar mejores prácticas.

-Además de su rol en el directorio se pensó que, por su experiencia política, podría tomar un papel de puente con los trabajadores, considerando lo poderoso de los sindicatos. ¿Lo ve así?

-No, no lo he buscado y no lo aceptaría porque en el directorio hay dos representantes de los trabajadores: Raimundo Espinoza y Augusto González. La forma de fortalecer a los sindicatos es respetando a sus autoridades, así como yo también quiero que se respeten las autoridades políticas. Pero lo que creo que sí tenemos que hacer como empresa es buscar una alianza con los trabajadores para implementar varios proyectos estructurales en un corto plazo y al mismo tiempo.

“No me refiero a replicar la alianza estratégica que hizo Juan Villarzú, pero, como directores, siempre vamos a dialogar con los trabajadores e instarlos, a través de sus representantes, a que se sumen a la tarea, que es monumental, de sacar un proyecto que supone una capitalización de 4 millones de dólares”.

“No creo que exista peligro de cogobierno”

-¿Existe el peligro de cogobierno debido al poder de los trabajadores? El ex director Andrés Tagle lo ha puesto de relieve.

-No creo que exista ese peligro. Esta es una empresa dirigida por una administración y los trabajadores son un componente importante de su quehacer. Espero las mejores relaciones y que trabajemos en máxima colaboración.

-Pero en el caso de Chuqui subterránea, por ejemplo, los trabajadores ya se reunieron con parlamentarios para que se retrase en unos 10 años.

-Eso lo está evaluando el presidente ejecutivo. Está la inquietud de los trabajadores respecto de la situación de Quetena y de Mina Sur. Nosotros hemos escuchado al presidente del sindicato, a Daniel Díaz, a Hernán Guerrero, dirigente de los trabajadores de Chuqui, que han manifestado preocupación por los trabajadores: si se va a cerrar o no, si son reconvertibles o no para la mina subterránea, etc. Se mandó a hacer un estudio sobre la materia, estamos esperando los resultados y el presidente ejecutivo informará.

“El foco de atención en estos 4 años está centrado en la ejecución de los proyectos estructurales. Si Pizarro estima que se necesita más o menos gente, más o menos recursos… es una cuestión que decidirá el director ejecutivo y aseguro que, si lo justifica como corresponde -y no me cabe duda que lo hará-, contará con todo mi apoyo”.

“Es una cuestión ideológica, pero no veo factible ni necesario el ingreso de privados”

-¿Se abre a la posibilidad de que ingresen privados al gobierno de Codelco, a través de las AFP por ejemplo?

-Como directora, no lo veo posible. Es una cuestión ideológica, debo reconocerlo, pero no lo veo factible ni necesario. Es una empresa estatal. Chile tiene nacionalizado el cobre, primero, por la chilenización que hizo el Presidente Frei Montalva, y luego, por la nacionalización del Presidente Allende. Soy absolutamente contraria a una alternativa de ese tipo.

-¿Y que un porcentaje esté en la Bolsa, como otras empresas estatales en otros países?

-No creo. Codelco tiene la solvencia y la valoración internacional suficiente para ser productiva y seguir perteneciendo 100% a los chilenos. Y no es algo que quieran los chilenos.

Fuente: El Mercurio

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