Las decisiones de Minera El Abra

5 agosto, 2020
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Dados los efectos generados por la pandemia del Covid-19, la compañía decidió modificar su plan minero, lo que obligó a la suspensión de algunas de sus obras, como la Fase II del proyecto Sulfolix y la construcción de una futura planta concentradora.

Por Daniela Tapia
Revista NME
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Corría 1996 cuando Minera El Abra comenzó sus operaciones, hoy propiedad en un 51% de la estadounidense Freeport-McMoRan; y en 49% de la estatal Codelco. Cuprífera ubicada a 76 kilómetros al noreste de Calama, cuya principal actividad es la producción de cátodos de cobre.

A lo largo de los años, la firma se ha convertido en un actor relevante de la industria minera nacional, pero hoy enfrenta la situación coyuntural ocasionada por la pandemia del Covid-19.

Es así como mediante un comunicado, la compañía informó acerca de la modificación de su plan minero para reducir en un 40% el procesamiento de mineral chancado, pasando de las actuales 110 mil a 65 mil toneladas diarias.

La razón de esta decisión se fundamenta, dicen desde la minera, en la progresiva caída en el precio del cobre, entre otros factores, producto de la pandemia del Covid-19, lo que deja a El Abra en una situación operacional compleja.

“Dicha reducción de la producción también requerirá realizar un plan de ajuste de la dotación, lo que implica la desvinculación de unos 275 trabajadores, de los cuales 187 son de plazo indefinido y 88 de plazo fijo. Los trabajadores de plazo indefinido recibirán un paquete de beneficios especiales superior a lo que corresponde legalmente”, señalaron desde El Abra.

Este escenario también obligó a la suspensión de la Fase II del proyecto Sulfolix que se estaba construyendo, para disminuir el desplazamiento de los trabajadores contratistas hacia y desde la faena.

El objetivo de ese proyecto apunta a extender el proceso actual de lixiviación de Minera El Abra, agregando siete celdas a la capacidad actual de la planta. También permitirá adicionar una capacidad de almacenamiento de 250 millones de toneladas de mineral.

Mientras que en su construcción considera el movimiento de tierra de preparación de la cancha; la generación, transporte e instalación de las diferentes capas de materiales requeridos (overliner y liner); la producción y colocación de material de drenaje sobre el sistema de recolección de soluciones; y las obras eléctricas y civiles.

“La obra además tendrá un costo aproximado de US$133 millones, proporcionará una pila de lixiviación permanente donde se procesará la mayoría del mineral y permitirá apilar cobre hasta el 2029. A ello se suma que durante el 2019 se realizó el desarrollo de la ingeniería básica de la expansión”, según se indica en el informe anual 2019 de gestión social y ambiental dado a conocer por la minera.

Analizando una futura planta concentradora

Para poder continuar con su operación, Minera El Abra también está evaluando la construcción de una futura planta concentradora.

La importancia de este proyecto es vital y radica en que los depósitos de mineral que sustentan las operaciones de lixiviación, se encuentran próximos a agotarse. Por ello y para mantener la continuidad operacional de la faena, la minera está evaluando la factibilidad de un proyecto de expansión denominado “Proyecto Concentradora El Abra”.

Cabe recordar que El Abra tiene una vida útil aprobada hasta el año 2029 y permite una producción máxima de 215.000 toneladas al año de cobre fino en cátodos de alta ley.

Desde la compañía sostienen que este proyecto tiene como fin principal proporcionar continuidad operacional a la faena minera actual, extendiendo así la vida útil del yacimiento en aproximadamente 40 años mediante la explotación de reservas de mineral sulfurado de cobre desde su actual mina a rajo abierto.

El proyecto, que hoy se encuentra suspendido, considera la ampliación del rajo de la mina, la construcción de una planta concentradora para procesar el mineral sulfurado, un depósito de relaves y una planta desaladora para el suministro de agua, entre otras instalaciones.

“Hasta el año pasado, el proyecto concentradora se encontraba en etapa de prefactibilidad, en la cual se evalúa su viabilidad económica, técnica, ambiental y social. Además, durante el 2019 se avanzó en la ingeniería de costos del proyecto y en su Estudio de Impacto Ambiental (EIA), que estuvo enfocado en el desarrollo de las diferentes líneas de base”, de acuerdo a lo que consigna el informe anual 2019 de gestión social y ambiental publicado por El Abra.

Bajo este panorama, dominado por la crisis del Covid-19, se configura el desempeño de la compañía. Un escenario donde impera la incertidumbre y cuyas obras de continuidad operacional aún están en observación, las cuales podrían determinar el futuro de la minera.

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