La primera decisión de la nueva administración de Codelco: acelerar proyectos de expansión

29 mayo, 2012

29-05-2012 Pulso – Noticias
El futuro presidente ejecutivo, Thomas Keller, comparte la línea de Diego Hernández: pese a las turbulencias financieras, y contrario a lo que están decidiendo otras mineras, los proyectos estructurales mantendrán su marcha e incluso se acelerarán

Mañana miércoles, el presidente ejecutivo de Codelco, Diego Hernández, encabezará su última actividad en tal calidad, cuando la empresa lance su reporte de sustentabilidad 2011.

A partir de ese hito, quien pasará a comandar los destinos de la estatal será Thomas Keller, actual vicepresidente de administración y finanzas de la compañía y ex ejecutivo de Cencosud y Collahuasi.

Aún cuando su rol estará supeditado a la injerencia y a las decisiones del directorio —el propio Diego Hernández explicó que la mesa estará a cargo de, por ejemplo, la resolución del conflicto con Anglo American y su renuncia pasó precisamente por esa influencia Keller ya ha explicitado algunas definiciones, que se han conocido a nivel interno y que marcarán los próximos años.

Una de ellas es apurar los nuevos proyectos.

Entre los dirigentes sindicales de Codelco tienen la visión de que Keller, al revés que lo están haciendo algunas de las competidoras de la estatal, optará por acelerar el ritmo de las expansiones que lleva adelante la compañía, en particular, lo relacionado con los proyectos estructurales.

En el caso de Codelco, su plan de inversiones suma sobre US$20.000 millones, y a pesar de lo elevado que aparenta ser este monto, no hay dudas de que se seguirá adelante a pesar del cambio en la conducción.

Precisamente, Keller fue el ejecutivo clave en el delineamiento del plan de financiamiento de programa de inversiones, que ya está definido y que considera una mezcla que incluye deuda y capitalización de utilidades.

Otras dicen no
La decisión va en sentido contrario de lo que están haciendo otras mineras que, dado el escenario más turbulento de la economía internacional —aunque aún en forma incipiente están optando por la cautela a la hora de evaluar sus inversiones.

Así lo decidió, por ejemplo, BHP Billiton —que en Chile es operadora de las minas Escondida, Spence y Cerro Colorado— que decidió poner una pausa a sus proyectos en etapas previas a la construcción, a espera de más elementos de juicio para retomar su avance.

Al interior de la compañía se señala que esta decisión se relaciona con el hecho de que no hay muchas alternativas para los próximos años. De acuerdo con la compañía, de no materializar los proyectos estructurales, su capacidad de producción caerá desde los actuales 1,7 millón de toneladas el año pasado a 800 mil toneladas a 2020, debido a la caída de las leyes, lo que a su vez se relaciona con el envejecimiento de los yacimientos.

En cambio, de ejecutarse todos los proyectos la producción de la principal empresa pública de Chile aumentará por sobre los 2 millones de toneladas anuales, lo que le permitirá mantener el liderazgo productivo mundial en el mercado del cobre.

Para la empresa, el escenario de desarrollar sus proyectos en un contexto de desaceleración no es del todo negativo: involucra una reducción de los principales insumos, pues no habrá tanta competencia entre mineras, como también de los servicios de ingeniería, cuyo costo se ha disparado en los últimos años debido al alto interés de las mineras.

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