Hidroelectricidad: Tendencia a la baja

23 enero, 2023
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Pese a la evidente baja que ha tenido en los últimos años, la hidroelectricidad seguirá teniendo un rol relevante en la matriz energética, al menos por un buen tiempo más.

Por Joaquín Ruiz
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Hace tres décadas, probablemente la imagen más utilizada para representar a las energías limpias, renovables y a gran escala en Chile eran las centrales hidroeléctricas de la zona centro-sur del país. En ese tiempo varias ya operaban y otras tantas, aun en calidad de proyecto, se sumarían en los años siguientes, aumentando el peso de la generación hidro en la matriz energética nacional.

Así, a comienzos de los años 2000, la hidroelectricidad era la estrella indiscutida de las tecnologías energéticas al representar más del 53% de la generación eléctrica y más del 40% de la capacidad instalada.

Sin embargo, hoy el panorama es muy diferente. Según datos del Coordinador Eléctrico Nacional (CEN), la generación hidráulica ha bajado a menos de la mitad de la cifra que se tenía hace dos décadas, alcanzando actualmente cerca del 22% del total nacional.

¿Razones? Ciertamente hay varias, comenzando por el cambio climático que ha tenido efectos evidentes como la escasez de precipitaciones y una sequía que se prolonga por más de una década.

“Sin duda el aporte energético de la hidroelectricidad se ha visto fuertemente impactado por el cambio climático. Sólo como ejemplo, en el período 2017-2022, el año en que menos aporte hidroeléctrico hubo fue el 2021 con 16.45 TWh, mientras que el de mayor aporte fue el año 2018 con 23.18 TWh. En este periodo, la diferencia entre el año de mayor y menor aporte fue de 6,7 TWh, lo que equivale al 93% del aporte de todo el parque de generación eólico instalado en Chile”, explica Darío Morales, director de Estudios de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera).

La mega sequía que afecta al país ha impactado “con reducciones en las precipitaciones de alrededor de entre un 20% y un 40% con respecto a un año normal en la mayor parte del territorio nacional”, según datos que entrega Marcelo Olivares, académico del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Chile y experto en recursos hídricos.

“Por otra parte, la generación hidroeléctrica total en el Sistema Eléctrico Nacional ha mostrado una reducción del orden de 10 a 15% en el mismo período, a pesar del aumento de capacidad instalada de aproximadamente un 20%, incluyendo Alto Maipo”, agrega el académico.

Pese a este aumento de la capacidad instalada, la disponibilidad de agua en las cuencas, que es altamente variable de un año a otro, se proyecta a la baja por el cambio climático, lo que probablemente seguirá reduciendo el aporte de la hidroelectricidad en la generación eléctrica.

A este panorama se suma un aumento explosivo de las fuentes renovables no convencionales, especialmente gracias al alza de las tecnologías eólicas y solar, lo que anticipa una tendencia decreciente para las fuentes hídricas.

¿Fin a los grandes proyectos?

La actual tendencia a desarrollar proyectos hidroeléctricos pequeños o medianos pareciera confirmar que las grandes iniciativas, como las que se desarrollaron en el pasado, ya no son viables. ¿Cuánto influyó la cada vez más activa y organizada oposición social y ambiental que han tenido proyectos de gran magnitud, especialmente algunos emblemáticos como HidroAysén?

“La falta de grandes proyectos nuevos se explica por diversos factores, entre los cuales efectivamente se cuentan los conflictos socioambientales asociados al desarrollo de nuevos proyectos”, asegura Marcelo Olivares.

“No cabe la menor duda que las comunidades juegan y deben jugar un rol fundamental en el desarrollo de la infraestructura energética”, reconoce Darío Morales. Por eso, desde Acera preparan un “ambicioso estudio” para este año cuyo objetivo es “promover una mirada compartida sobre el significado y alcances de la gestión y del ordenamiento territorial entre las diferentes partes involucradas en el uso del territorio para proyectos de infraestructura eléctrica”, incluyendo iniciativas de generación, transmisión y almacenamiento de diferentes escalas.

“Otros factores como la reducción de costos de inversión de energías alternativas, principalmente solar, y las proyecciones de reducción de disponibilidad de agua y cambio en la estacionalidad de los caudales debido al cambio climático, también han sido relevantes”, plantea Marcelo Olivares.

Desafíos

Respecto a los desafíos de la hidroelectricidad, desde Acera mencionan que será necesario una mayor flexibilidad del sistema. “Los resultados del estudio de Trayectoria de Cero Emisiones encargado por Acera a un equipo liderado por la consultora Spec, muestran que un sistema eléctrico 100% renovable va a requerir una mayor flexibilidad para la operación intradiaria de la generación hidroeléctrica, lo que implica revisar posibles conflictos con otros usos del agua e impactos en ecosistemas locales, en conjunto con la modernización de las políticas y procedimientos de despacho intradiario del operador”, explica Darío Morales.

Por su parte, Marcelo Olivares señala que los principales desafíos están asociados, por una parte, a afianzar el rol de regulación y almacenamiento que presta la hidroelectricidad al sistema eléctrico, “especialmente en presencia de la variabilidad creciente inducida por la expansión masiva de renovables de naturaleza fluctuante, como la eólica y solar”.

“El rol de la hidroelectricidad debería apuntar a su capacidad de regulación de mediano y corto plazo, y cómo compatibilizar esos beneficios con la potencial interferencia que pueda ocurrir con otros usos del agua en las cuencas. Esa perspectiva de infraestructura multipropósito será aún más necesaria frente a los desafíos del cambio climático”, advierte Marcelo Olivares.

“Las centrales de embalse sirven como grandes sistemas para almacenar energía que permiten que nuestro sistema eléctrico opere de manera estable y confiable. Por su parte, las centrales de pasada tienen también cierto nivel de regulación que les permite ofrecer servicios de red al sistema”, señala el director de Estudios de Acera.

En tanto, desde Colbún destacan que los embalses hidroeléctricos seguirán siendo una importante fuente de almacenamiento de energía, complementando lo que será a futuro el creciente desarrollo de sistemas de almacenamiento a través de baterías asociadas a proyectos de energía solar en el norte”. “Vemos así que ambos, embalses hidroeléctricos más sistemas de baterías, proveerán el complemento necesario para hacer frente a la variabilidad de las fuentes de energía solar y eólica, entregando así un suministro energético seguro, continuo y de calidad”, afirman desde la compañía.

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