GNL en Chile: Generación imprescindible

24 julio, 2023
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El gas natural, con 5 GWh de capacidad y una infraestructura de US$15.000 millones, se ha constituido en la principal fuente de suministro eléctrico del país, con una participación del 25,8%. Energético que, por al menos 15 años, desempeñará un rol fundamental en sostener la seguridad de suministro y estabilidad del sistema, con menor impacto ambiental y costos accesibles.

Por Cristián Venegas
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El Reporte Energético elaborado por el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN), cifra en 1.994 GWh la energía generada a partir de gas natural durante mayo de 2023, lo que corresponde a un 28,3% de participación en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), que en el período totalizó 7.045,3 GWh. Lo que habla, sin enumerar otros factores, de una generación de base que es capaz de sostener la seguridad del suministro y darle estabilidad al sistema.

Más allá del guarismo, este tipo de generación presenta múltiples ventajas, según destaca el presidente ejecutivo de la Asociación de Empresas de Gas Natural (AGN), Carlos Cortés Simon: “En comparación con el carbón, su eficiencia es superior en más del 100%, y produce menores emisiones, con una reducción del 50% en dióxido de carbono (CO2) y una disminución aún mayor en material particulado y óxidos de azufre (SOx)”.

Generación a gas, complementa, que además “ofrece mayor flexibilidad debido a sus mayores velocidades de arranque y menores mínimos técnicos (niveles en que las unidades pueden reducir en su entrega, sin llegar a apagarse). Esto permite a las unidades de generación a gas aumentar rápidamente la entrega si es necesario, por ejemplo, durante los peak de demanda”.

Clave para la transición

Las mencionadas características, le otorgan al GNL un rol fundamental que cumplir en la transición energética y la meta propuesta por Chile de alcanzar la neutralidad de carbono para el 2050, explica Cortés, pues “las ventajas que ofrece le permiten sustituir a combustibles altamente contaminantes, como carbón o diésel en generación eléctrica, transporte o industrias.

Adicionalmente, garantiza un abastecimiento continuo de energía al menor costo posible”.

Para establecer un punto de comparación, según datos del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el gas natural produce aproximadamente la mitad de CO2 por unidad de energía que la producida con la mejor tecnología del carbón, aporta el ejecutivo.

Otro elemento para considerar es que el gas natural presenta ventajas para la generación eléctrica, al tratarse de un sistema de respaldo muy efectivo para enfrentar la inestabilidad de suministro, característica de las energías renovables variables (ERV). En concreto, una caldera o turbina de generación a gas se enciende en muy poco tiempo, mientras que poner en marcha una planta de carbón toma un tiempo considerablemente mayor. Esto es fundamental en los momentos en que no hay viento o sol que le permitan generar a las tecnologías eólicas o solares.

“En conclusión, el gas natural entrega dos grandes ventajas en relación con otros combustibles fósiles: genera emisiones significativamente menores en su combustión y también permite entrar en operación con gran rapidez, aportando energía cuando las tecnologías renovables no pueden hacerlo, reforzando así la seguridad de la matriz energética”, añade el timonel de AGN.

Por ahora, imprescindible

En un escenario de transición energética como el actual, con plazos y metas bastante definidas, cabe preguntarse por cuántos años más utilizaremos el gas natural en Chile. Interrogante a la que el profesor titular y académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Antofagasta, Dr. Edward Fuentealba, responde de manera categórica: “no podemos prescindir del GNL, porque para poder eliminar un combustible fósil se debe tener ya implementada una alternativa de solución”.

En esa línea, añade que “las baterías no son una solución para darle estabilidad al sistema, son soluciones que permiten acoplar ciclos de carga de consumo, para la estabilización de red. La energía térmica, a través de proyectos como Cerro Dominador, de sales fundidas, son un poco más estables, pero son pocos los que están instalados, y a futuro sería también el hidrógeno, pero estamos hablando sobre el año 2035. Con GNL por lo menos hay unos 15 años más fijo, y a medida que se va avanzando en esta industria, se piensa que tendrá una conversión a hidrógeno”.

Sobre este punto, el presidente ejecutivo de AGN, Carlos Cortés Simon, aporta cifras bastante concluyentes: “durante el presente año, el gas natural se ha constituido en la principal fuente de suministro eléctrico para Chile, con una participación de 25,8% y un 23,3% de crecimiento respecto a la misma fecha del año 2022 (…) la tecnología más idónea es el gas natural, más aún si se tiene en cuenta que Chile tiene más de 5 GW de capacidad instalada en base a este energético”.

Desde el gremio, que representa a 11 empresas dedicadas a la importación, recepción, almacenamiento y regasificación (entre ellas GNL Quintero y GNL Mejillones); advierten que “si se quisiese eliminar el gas de la matriz eléctrica, se requerirían inversiones por sobre US$50.000 millones e inutilizar infraestructura con la que el país cuenta, por unos US$15.000 millones.

En la dirección correcta

Respecto de las ventajas ambientales del GNL, el decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Chile, Dr. Lorenzo Reyes Bozo, explica que, si bien el gas natural proviene de un combustible fósil, sus moléculas, al ser más pequeñas y principalmente de metano, “produce menos gases de efecto invernadero y menos cantidad de material particulado respecto de otros combustibles fósiles como el diésel, el petróleo o el carbón”.

“Cuando queman combustibles por las chimeneas, se emiten una serie de gases: dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno, óxido de azufre, pero además material particulado (…) el GNL es una alternativa más limpia, por lo tanto vamos en la dirección correcta, pero necesitamos hacer la transición a las fuentes renovables de energía, porque nuestro país cuenta con ese capital en calidad y cantidad suficiente para que pronto hagamos las inversiones y efectivamente concretemos una transición más rápida”, sostiene el experto.

Sobre este proceso, el integrante del Comité Científico de Cambio Climático informó que un reciente estudio de Bloomberg dice que las matrices energéticas van a tener un vuelco, “hoy día las matrices todavía se sustentan -a nivel mundial- en combustibles fósiles, y lo que esperamos es que al 2050 esa matriz energética se invierta y tengan una mayor preponderancia las tecnologías solares, eólicas, y otras fuentes renovables, pero eso no significa que va a desaparecer el 100% de los combustibles fósiles”.

En esa línea, Reyes Bozo concluye que “cuando se necesita diseñar un sistema eléctrico, es preciso que sea resiliente y estable, entonces siempre va a ver una participación, obviamente menor que lo que existe hoy en día, de combustibles fósiles. Se espera que al 2050 tengan del orden de 10 al 15% de participación, cada vez menor, pero va a seguir existiendo por lo menos hasta el 2050”.

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