Geotermia: Energía desde el corazón de la Tierra

5 agosto, 2019
Geotermia - Cerro Pabellón

Planta geotérmica Cerro Pabellón. (Foto: Enel)

Chile ha sido sindicado como uno de los países con mayor potencial para el desarrollo de la geotermia como opción de generación renovable. Pero su real fortalecimiento representa un desafío para el sector.

Por Daniela Tapia
Revista Nueva Minería y Energía
______________

Hace más de cuatro mil millones de años, la Tierra está disipando calor de manera natural como consecuencia del enfriamiento del núcleo terrestre. A las variaciones de este calor, que emana desde la corteza del planeta, se le denomina geotermia, una de las alternativas energéticas que han materializado con éxito países como Italia e Islandia.

A este otro lado del continente, Chile ha sido sindicado como uno de los países con mayor potencial para el desarrollo de la geotermia como opción renovable para la generación de energía.

Las cifras así lo avalan. En base a la prospección de los recursos existentes actualmente en el país, el potencial técnicamente explotable de las zonas exploradas estaría entre los 1.300 MW y 3.800 MW, con un rango de inversiones entre US$9 y US$25 mil millones.

A ello se suman las conclusiones arrojadas por la “Mesa de Geotermia” la que determinó que el 72% del potencial geotérmico, para producción de electricidad, se concentra en la cordillera de las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta. Mientras que el otro 28% está distribuido en la cordillera existente entre la región Metropolitana y Los Lagos.

Pero la historia del desarrollo de la geotermia en Chile se remonta a fines de la década de los ’60 cuando se comenzaron a realizar campañas de exploración geotérmica con resultados favorables. Sin embargo, estos proyectos no prosperaron debido a que no se contaba con una ley que permitiera la explotación de estos yacimientos, además de la inexistencia de inversionistas extranjeros en esta industria.

Hoy el panorama es distinto. Tanto es así que en el 2017 se puso en marcha en suelo nacional la primera planta geotérmica en Sudamérica denominada Cerro Pabellón, obra en conjunto de Enap y Enel Green Power, que está ubicada en Ollagüe, Región de Antofagasta, y que cuenta con una potencia de 48 MW.

Para Carlos Finat, director ejecutivo de la Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera), la operación de esta obra constituye un verdadero hito, considerando que las plantas geotérmicas tienen un costo de operación más bajo que el de las centrales a gas o carbón.

“En general, son centrales que duran más que las convencionales (hay centrales geotérmicas que tienen 40 o más años, operando), no tienen emisiones contaminantes y de CO2 y generan energía a lo largo de todo el día y su producción no está sujeta a estacionalidad”, señala el ejecutivo.
Desde el punto de vista de la generación eléctrica, en tanto, esta fuente es una de las alternativas energéticas más atractivas. Y es que su ventaja, coinciden los expertos, radica en su factor de planta que bordea el 95% (algunos postulan que puede llegar hasta el 98%).

También la geotermia puede reemplazar a la leña como mecanismo de climatización. Así lo afirman en el Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes (CEGA), quienes sostienen que éste representa uno de los desafíos locales de la geotermia, una bandera de lucha que pueden y que ya han tomado algunos gobiernos regionales del país.

Barreras por romper

Pese a sus beneficios, existe consenso entre los especialistas en que si bien los costos de operación de las plantas geotérmicas son bajos, los costos de inversión son más altos en comparación a otras tecnologías.

El director ejecutivo de Acera comparte esta opinión y agrega que existe el riesgo de que la perforación para caracterizar una fuente geotérmica no sea exitosa, por lo que se pierde todo lo gastado en ese pozo, es decir, entre US$3 a 6 millones.

Además, según señala el representante de la entidad, normalmente las fuentes geotérmicas se ubican en lugares alejados, sobre la cordillera de Los Andes, requiriéndose el desarrollo de transmisión dedicada para estos recursos de generación energética.

“Asimismo, la principal barrera es el riesgo de que uno o más pozos resulten fallidos, lo cual incrementa considerablemente el monto de la inversión. Este riesgo puede mitigarse con seguros de perforación y con una política pública que reconozca las capacidades de esta tecnología para entregar energía continua en el tiempo”, asegura el dirigente gremial.

Por su parte, en el CEGA van más allá al plantear que a la hora de concretar un proyecto geotérmico hay que asumir una serie de riesgos, que en Chile sólo los toman los actores privados.

“Los privados sienten que la volatilidad de los mercados no les da garantías para proyectos de la naturaleza de la geotermia. Pero ¿qué pasaría si la geotermia fuese considerada como un recurso estratégico por parte del Estado? Chile tendría una mayor seguridad energética, ciudades más limpias y ciudadanos más saludables”, comentan en el Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes.

Promover su desarrollo

Conscientes de los retos y oportunidades que conlleva impulsar esta alternativa, en la “Mesa de Geotermia”, promovida por el Ministerio de Energía y que congregó a varios representantes vinculados a la industria, presentaron una serie de propuestas para explotar las ventajas que posee esta fuente de generación.

Las plantas geotérmicas cuentan con un factor de planta cercano al 95%, lo que las hace altamente eficientes. (Foto: Acera)

Entre ellas, destaca modernizar el pago por capacidad; incorporar medidas para integrar mayor flexibilidad y seguridad en el sistema; búsqueda de fondos de cooperación internacional para mantener el instrumento de “Mitigación de Riesgo de Exploración Geotérmico”; elaborar un plan de desarrollo de usos directos de la geotermia; modificar la Ley 19.657 sobre concesiones geotérmicas; entre otras medidas.

Y es que a juicio de Gonzalo Torres, expresidente del Consejo Geotérmico, el desarrollo de la energía geotérmica en Chile es viable. “Sus atributos, tanto en materia de sustentabilidad como de calidad del suministro, están a la vista y deben ser valorados”, expresó el ejecutivo en una oportunidad.

Por otro lado, desde la Asociación Chilena de Energía Geotérmica (Achegeo) no sólo coinciden con esta apreciación, también postulan que alcanzar una meta de unos 2000 MW de energía geotérmica instalados al año 2030 sería un buen aporte para el país.

“Está en manos del Estado generar políticas públicas que permitan utilizar el calor de la Tierra para mejorar la calidad de vida de los chilenos, iluminar colegios, calefaccionar casas, entre otros innumerables usos. Chile tiene una atractiva oportunidad de crecimiento en este ámbito y no podemos desaprovechar el alto potencial existente”, dice el presidente de la asociación, Fernando Allendes.

Junto con ello, agrega el presidente de Achegeo, si se toman las medidas necesarias la geotermia puede contribuir al país no sólo con precios competitivos, seguridad de suministro, protección del medio ambiente y generación de empleo permanente, sino por sobre todo, con un recurso energético nacional. Un impulso que puede ir de la mano con el proceso de descarbonización que está viviendo el país hoy.

Noticias Relacionadas