Freeport-McMoRan: Sorteando vallas
Mina Cerro Verde, en Perú. (Foto: Outletminero.org)
La emergencia sanitaria ha impuesto nuevas condiciones para las industrias a nivel mundial. La minera estadounidense Freeport-McMoRan, por ejemplo, tuvo que limitar las operaciones en su mina Cerro Verde en Perú, y suspender las operaciones en su mina de cobre Chino, en Nuevo México.
Por Daniela Tapia
Revista NME
______________
El avance de la pandemia del Covid-19 ha generado un importante impacto en todos los mercados. La industria minera no ha sido la excepción, por lo que los efectos de esta emergencia sanitaria se han sentido particularmente con fuerza.
Es el caso de la compañía minera estadounidense Freeport-McMoRan, la cual reportó una pérdida trimestral, según su más reciente informe de resultados.
En el documento, la firma declaró haber experimentado un golpe, debido a la transición a operaciones subterráneas de su mina Grasberg en Indonesia, mientras que sus faenas en Sudamérica han sufrido el impacto de los confinamientos y cierres por el Covid-19.
En este contexto, la compañía decidió limitar las operaciones en su mina Cerro Verde en Perú, que produjo 450.000 toneladas de cobre el año pasado, y suspendió las operaciones en su mina de cobre Chino, en Nuevo México. Mientras que en Chile, la minera determinó modificar su plan minero en El Abra, lo que obligó a la suspensión de la Fase II del proyecto Sulfolix (ver crónica aparte).
Fuertes medidas e impactos
Tales decisiones también se enmarcan en un plan de revisión que había lanzado la empresa para bajar costos. La estrategia apuntaba a una reducción de US$800 millones en su gasto de capital estimado para 2020, además de la reducción temporal de algunos beneficios para los trabajadores, recortes de servicios de terceros, entre otros gastos.
Sin duda, este escenario ha implicado un fuerte impacto para la compañía, que el año pasado produjo 1,47 millones de toneladas y antes del brote del Covid-19, proyectaba un crecimiento hasta alcanzar 1,59 millones de toneladas este 2020.
De hecho, el presidente y director ejecutivo de Freeport-McMoRan, Richard C. Adkerson, manifestó su preocupación ante los efectos que ha estado provocando esta emergencia sanitaria, señalando que el equipo global de la compañía está respondiendo de forma efectiva para proteger la salud de la fuerza laboral, proporcionar continuidad comercial, y apoyar a las comunidades durante este desafío sin precedentes.
“Los pasos prudentes que estamos tomando para salvaguardar nuestro negocio, abordar los costos y gastos de capital, y preservar nuestra sólida posición de liquidez, son necesarios para proteger los valores de los activos a largo plazo en el entorno económico actual débil e incierto”, afirmó el ejecutivo.
Así las cosas, es difícil prever el desempeño a futuro que tendrán las compañías a nivel global. Pero lo cierto es que Freeport-McMoRan y sus pares enfrentan una creciente incertidumbre respecto a la demanda y la interrupción de la cadena de suministro producto de esta crisis sanitaria, además de los temores en torno al crecimiento económico mundial.
