Energías marinas en Chile: El camino que abren las olas

25 abril, 2022
Energía Undimotriz_foto_001

En medio de la convulsión geopolítica e incertidumbre energética mundial, Chile comienza a consolidarse como un polo privilegiado para el ensayo e innovación en proyectos de energías marinas.

Por Constanza Schaub
Revista NME
_________________

El mundo enfrenta por estos días una de las crisis energéticas más severas de las que se tenga registro, marcada por el decrecimiento sostenido en la producción de petróleo, la pandemia del Sars-Cov 2 y la incursión bélica de Rusia contra Ucrania, lo que ha derivado en una batería de sanciones internacionales, como el cierre de mercados y bloqueos económicos a la potencia de Putin.

Sin embargo, la comunidad internacional todavía es cautelosa respecto de las medidas ejercidas contra el gigante europeo. Y es que en el escenario actual de escasez energética, un paso en falso frente a uno de los mayores exportadores de gas del continente podría provocar cambios permanentes en los mercados, empujando la seguridad energética a la cúspide de las prioridades en las agendas políticas de los países.

Una de las fórmulas que propone la Agencia Internacional de Energía (IAE) para hacer frente a este incierto panorama, es el apoyo de los gobiernos a iniciativas de energías limpias que se comenzaron a concretar a partir del Acuerdo de París en 2015.

Estas acciones no sólo constituirían una respuesta contundente frente a la crisis, sino también serían un paso adelante para el cumplimiento de los objetivos climáticos y de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Así las cosas, el desarrollo de tecnologías capaces de extraer la energía de los océanos se ha convertido en una apuesta que cada vez más países comienzan a asumir, confirmándose como un potente aliado para los sistemas de generación solares fotovoltaicos y eólicos, escenario en el que Chile ocupa un lugar privilegiado.

Chile como polo de desarrollo

A un año de su puesta en marcha en Chile, el Centro de Investigación e Innovación de Energía Marina (Meric), en colaboración con la Corfo y Enel Green Power, sumado a un prestigioso panel de investigadores y científicos de la Pontificia Universidad Católica y Universidad Austral de Chile, ha arrojado los primeros hitos y conclusiones del proyecto Open Sea Lab.

El prototipo consiste en una boya PB3 desarrollada por la firma estadounidense Ocean Power Technologies (OPT), instalada a dos kilómetros de la costa en Las Cruces, región de Valparaíso, y que genera electricidad a partir del movimiento de las olas.

El dispositivo dotado de un flotador, mástil, estabilizador y sistema de anclaje ubicado a 35 metros de profundidad, permite realizar mediciones y obtener datos hidrográficos en tiempo real, a fin de evaluar e impulsar el desarrollo de nuevas tecnologías de energías marinas y generar conocimiento científico sobre nuestro mar.

En entrevista con Nueva Minería y Energía, la jefa del Proyecto Open Sea Lab, Bárbara Parragué, explicó que durante los meses de ejecución se ha podido comprobar la robustez del convertidor PB3, ya que ha sido capaz de resistir episodios de fuertes marejadas, sin presentar inconvenientes.

No obstante, la prueba del prototipo también permitió observar la necesidad de corregir su revestimiento: “la pintura o tratamiento “antifouling” debe ser todavía más eficiente que lo implementado, ya que al segundo mes de operación muchos organismos se asentaron en la estructura, aunque sin ocasionar daño en su desempeño”, indicó la investigadora.

Otra noticia alentadora para el equipo fue comprobar que el prototipo ha generado más energía eléctrica de la nominal esperada (15 kW/h), con una producción constante a través de los meses y estaciones. Eso sí, la eficiencia energética del equipo se ha comprobado que es mayor en períodos de oleaje menor.

Para la directora ejecutiva de Energía Marina SpA y el Centro Tecnológico Meric, Gloria Maldonado, Open Sea Lab es “un proyecto emblemático, porque es el quinto en el mundo y primero en América Latina de este tipo. Estamos muy orgullosos de poder contar con esta tecnología en nuestro país, siendo validada por grupos de investigación de punta de universidades chilenas”.

Oportunidades y expectativas

Ante la consulta sobre una eventual integración del recurso marino en la matriz energética chilena, Maldonado asegura que los sistemas marinos no representan, por estos días, un factor preponderante para el Sistema Interconectado Central.

“En lo inmediato las energías marinas no son una solución para alimentar la matriz, pero sí para resolver problemáticas de comunidades en condiciones complejas donde la única solución de la que disponen es diésel a un alto costo y contaminante”, sostiene.

Pese a esto, la profesional considera que en cinco años Chile podría contar con soluciones eólicas flotantes capaces de generar gran cantidad de energía, fortaleciendo así el desarrollo del hidrógeno verde.

“Creo que iremos gradualmente creciendo desde soluciones a pequeña escala a tener dentro de unos cinco a diez años, grandes soluciones energéticas eólicas offshore”, añade.

Un ejemplo de ello es el inicio de la construcción del primer gran parque eólico marino de Estados Unidos, desarrollado por la firma española Iberdrola al sur de la costa de Martha’s Vineyard en Massachusetts, que creará 3.600 puestos de trabajo y generará energía eólica suficiente para cubrir la demanda de más de 400.000 hogares.

Se calcula que la instalación generará 800 megawatts (MW), reducirá 1.400 millones de dólares (mdd) las tarifas en los primeros 20 años de operación y su puesta en marcha evitará la emisión de más de 1.6 millones de toneladas de dióxido de carbono al año (CO2), el equivalente a retirar 325.000 vehículos de las carreteras.

¿Qué perspectivas se barajan frente a un desarrollo a escala mayor de esta opción de generación energética? Desde la perspectiva undimotriz, Chile posee un potencial energético privilegiado a nivel mundial, ubicándose en la zona sur la mayor disponibilidad del recurso, no obstante, prototipos ensayados en otras áreas del país han arrojado resultados auspiciosos.

En cuanto a la energía extraíble desde las mareas, a partir de campañas de medición se ha podido constatar la existencia de recursos comparables o superiores a lugares donde se desarrollan los principales proyectos de energía mareomotriz en el mundo, siendo el Canal de Chacao y el Estrecho de Magallanes, las zonas identificadas como las de mayor potencial.

Sobre la energía eólica offshore, el tramo que abarca desde el sur de Concepción hasta la Isla Grande de Chiloé constituye un área propicia para un proyecto de turbinas eólicas flotantes, estimándose en 15 GW el recurso explotable, equivalente a abastecer 100 mil hogares.

De cualquier modo, dadas las características geográficas del fondo marino chileno que alcanza grandes profundidades muy cerca de la costa, resulta indispensable la utilización de turbinas eólicas flotantes.

En suma, el recurso energético marino explotable del país permitiría la generación de más de 300 GW, equivalente a más de diez veces la capacidad instalada.

Finalmente, a juicio de la directora ejecutiva de Meric, la experiencia científica acumulada y potencial energético marino ya consolidan a Chile como un referente latinoamericano en el testeo de tecnologías oceánicas y como un escenario óptimo para el desarrollo de investigaciones nacionales e internacionales.

Noticias Relacionadas