Electromovilidad en Chile: Una oportunidad para mejorar la eficiencia energética y el medio ambiente
La electromovilidad ofrece una gran oportunidad para mejorar la eficiencia energética y cuidar el medio ambiente, pero también, cada vez más para disminuir nuestros costos energéticos en movilidad.
Por Paula Chapple
Revista NME
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Un vehículo eléctrico es tres a cuatro veces más eficiente que un vehículo convencional. La eficiencia energética de los vehículos es conocida por muchos a través del rendimiento que es capaz de alcanzar, así el promedio de eficiencia para los autos livianos bencineros nuevos ronda los 14 km/l. Pero un vehículo bencinero sedán puede llegar a tener una eficiencia superior a los 20 km/l, y si uno transformara las unidades de rendimiento energético de un vehículo sedán eléctrico, que rinde 7,1 km/kWh con prestaciones similares al bencinero, este supera los 67 km por litro de gasolina equivalente.
¿Por qué nos conviene utilizar un vehículo más eficiente para realizar nuestros viajes? Por muchos motivos. Para cuidar al medio ambiente, para resguardar nuestra salud, para evitar el cambio climático y también porque a la larga es más económico para el bolsillo.
“Si recorremos 10.000 kilómetros al año y lo hacemos con un vehículo ineficiente que solo rinde 10 km/l, nuestro gasto en gasolina será de aproximadamente $750.000 al año. Si lo hacemos en uno de gasolina muy eficiente gastaremos $375.000 al año, y si lo hacemos con un vehículo eléctrico podríamos estar gastando $112.000 en electricidad para recorrer los mismos 10.000 kilómetros”, explica Cristina Victoriano, jefa de la Línea Transporte Eficiente de la Agencia de Sostenibilidad Energética (AgenciaSE).
De esta manera, al pasar a la electromovilidad se podría estar ahorrando un poco más de $600.000 al año. Sin embargo, la brecha actual de precio entre los vehículos eléctricos y los de combustión sigue siendo de más de 10 millones de pesos. Pero, ¿qué pasa si un vehículo en vez de recorrer 10.000 kilómetros al año recorre 100.000? en este caso los ahorros anuales superarían los 6 millones de pesos, y en un par de años se podría recuperar la mayor inversión e incluso empezar a disfrutar de los ahorros que trae consigo la tecnología eléctrica.
“Este análisis simplificado, sirve para ilustrar por qué la política pública ha apuntado a impulsar la electromovilidad. Así como en su momento se promovió el uso de ampolletas de bajo consumo energético, que también tenían un mayor costo, pero que a la larga generaban ahorros para los consumidores, actualmente se promueve la electromovilidad, partiendo por aquellos vehículos que más recorren y que, por lo tanto, pueden obtener beneficios económicos del cambio tecnológico, como son los buses del transporte público, los taxis y taxis colectivos y en general todas las flotas de alto recorrido”, agrega la representante de la AgenciaSE.
En términos de política pública es muy importante destacar la recientemente promulgada Ley de Eficiencia Energética, que establece en el ámbito vehicular estándares para el promedio de vehículos nuevos. “Ahí es donde la tecnología eléctrica es premiada doblemente por su eficiencia energética. Por una parte, su aporte individual es muy alto, porque, como ya vimos, su rendimiento puede estar sobre los 60 kilómetros por litro de gasolina equivalente. Por otra parte, la ley establece que los vehículos eléctricos se pueden contabilizar hasta tres veces, por lo tanto, se establece un incentivo directo a que los importadores hagan esfuerzos comerciales serios por aumentar la oferta de vehículos eléctricos en nuestro país”, concluye Cristina Victoriano.
