El último adiós a David Lowell

15 junio, 2020
David Lowell - Ilustración: Fabián Rivas

(Ilustración: Fabián Rivas)

El 5 de mayo falleció el explorador minero más relevante del último siglo. Con 17 yacimientos descubiertos a lo largo de su carrera, el geólogo estadounidense se transformó en un referente para el área. En Chile, la industria lo recuerda por uno de sus descubrimientos más memorables: Escondida.

Por Camila Morales
Revista Nueva Minería y Energía
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Siete años tenía J. David Lowell cuando tuvo su primera cercanía con el mundo de la geología. Siendo un niño, buscaba hierro en una mina que era administrada por su padre en Brasil. Lo que en un comienzo parecía un simple juego, poco a poco se transformó en su pasión.

Fue así como ingresó a estudiar ingeniería en minas en 1949 y se doctoró como geólogo en la Universidad de Stanford, California, en 1956. Nueve años más tarde, siendo sólo un joven, David Lowell realizó su primer hallazgo de relevancia. El profesional descubrió un segmento desplazado de la mina de cobre San Manuel Kalamazoo, en Arizona, de donde era oriundo.

A partir de ese momento tuvo una carrera en ascenso. Su especial interés por la exploración de minerales, rápidamente lo transformó en un referente para varias generaciones de geólogos alrededor del mundo. Es por eso que cuando el pasado 5 de mayo se dio a conocer su fallecimiento, la industria minera global lamentó su deceso.

En Chile, la noticia no pasó desapercibida. Para muchos profesionales del sector, la muerte de David Lowell a la edad de 92 años, en Arizona, Estados Unidos, volvió a rememorar la estrecha cercanía que tuvo el profesional con Chile.

Sus hitos en suelo nacional

Corría el año 1978 cuando Lowell, con el objetivo de explorar el segmento septentrional del denominado “Cinturón de Pórfidos Cupríferos” en el norte de Chile, propuso la formación de un joint venture. Fue así como se fundó la empresa Minera Utah de Chile, compañía bajo la cual el geólogo estadounidense recorrió la cordillera en busca de yacimientos.

Con estudios exhaustivos en ciertas localidades del norte del país durante dos años, David Lowell y su equipo de trabajo dieron con uno de sus hallazgos más reconocidos: el descubrimiento de Escondida, el depósito de cobre más grande del mundo.

Este acierto surgió gracias a lo que anteriormente cinco compañías que exploraron la zona no habían logrado identificar. Lowell y su equipo decidieron modificar su propio modelo de pórfido de cobre en un entorno extremadamente árido, mediante un proceso conocido como súper lixiviación. De esta manera, luego de cerca de 50.000 perforaciones a una profundidad promedio de 500 metros, se concretó el descubrimiento de Escondida.

Además de este hito para la minería nacional, el geólogo estadounidense descubrió Leonor, vinculado con El Tesoro -hecho que lo acercó a Andrónico Luksic-, y San Cristóbal, un yacimiento de oro ubicado al sur de Lomas Bayas, que tuvo un grado de desarrollo, pero debido a sus bajas leyes, no continuó siendo explotado.

“El legado que entregó David Lowell a la minería nacional y a los profesionales geólogos, fue su pragmatismo, entusiasmo como explorador, y vencer y dejar de lado los dogmas. Lowell decía que la experiencia valía más que la formación académica, y que siempre se debía buscar una explicación para cuerpos mineralizados que no se ajustaban a dogmas”, señaló el presidente del Colegio de Geólogos de Chile, Mario Pereira, en una nota publicada por Cesco.

Legado

Además de Chile, los países vecinos con potencial minero también fueron zonas de interés para David Lowell. En 1991 se radicó en Perú, y en 1993 formó la empresa junior Arequipa Resources. Cuatro años más tarde, la compañía descubrió el yacimiento Pierina, de ocho millones de onzas de oro, que fue vendido en 1996 a Barrick Gold. Posteriormente, se trasladó al sureste de Ecuador, donde descubrió el yacimiento Warintza.

Estos hitos hablan de la exitosa trayectoria del profesional. Con más de 50 años dedicado a la geología, David Lowell descubrió 17 grandes depósitos de minerales a lo largo del mundo, una cifra que, hasta ahora, ningún otro profesional ha podido igualar.

El hecho de que a sus 92 años continuaba desempeñándose como consultor y partner estratégico en la compañía Solaris Resources, habla de la pasión por la exploración que tuvo a lo largo de, prácticamente, toda su vida. Y fue en este camino profesional que Chile y su potencial minero tuvieron un lugar especial para el denominado “mejor explorador minero del mundo”.

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