El carbón muestra su poder de permanencia mientras las economías se recuperan

14 julio, 2021
carbón

El consumo creciente de electricidad y los precios más altos del gas natural están dando nueva vida al carbón, a pesar de sus inconvenientes medioambientales.

El uso del carbón está aumentando en algunas de las economías más grandes del mundo a medida que la demanda de electricidad se recupera de la pandemia, lo que ilustra los desafíos que enfrentan los países que buscan alejarse de este combustible fósil sucio pero confiable. El carbón estuvo decayendo por años en muchos países, pero su uso ahora está subiendo en EE.UU., China y Europa a pesar de la presión creciente de los gobiernos, inversionistas y ambientalistas para que se frenen las emisiones de carbono. La razón principal para el repunte —el que ha llevado los precios del carbón a niveles máximos en años— es la demanda de energía cada vez mayor a medida que las economías se vuelven a abrir rápidamente después de la hibernación de la pandemia.

Aunque analistas y ejecutivos dicen que es probable que el resurgimiento del carbón sea de corta vida, muestra la dependencia continuada del mundo de los combustibles fósiles hasta que crezca más la capacidad de energía renovable y mejoren las tecnologías de almacenamiento. Los países han gastado miles de millones en agregar capacidad de energía renovable a una velocidad récord, pero los proyectos solares y eólicos generan electricidad solo cuando el sol brilla o el viento sopla, y no se puede aumentar cuando la demanda sube.

Esas limitaciones significan que el mundo todavía depende de los combustibles fósiles, en especial cuando hay un alza en la demanda de electricidad. Analistas afirman que esta situación continuará hasta que se agregue más capacidad renovable, junto con almacenamiento como las baterías. “Es difícil librarse del carbón debido a la seguridad del suministro. Después de todo necesita tener las luces encendidas”, señaló Kathryn Porter, fundadora de la firma de consultoría de energía Watt-Logic. “Cuando los gobiernos están frente a la elección de no suministrar electricidad, o utilizar carbón, optarán por esto último”.

Está en alza la necesidad de una mayor cantidad de carbón a medida que las economías se recuperan. Se espera que la economía global se expanda este año a un ritmo rápido no visto desde 1980, de acuerdo al Fondo Monetario Internacional (FMI), mientras las economías avanzadas gastan activamente para combatir el impacto del covid-19 y los cierres relacionados. El FMI señaló en abril que espera que la economía mundial crezca el 6% este año, después de contraerse en 2020. En Estados Unidos, se pronostica que las condiciones económicas cada vez mejores y den un impulso del 2% a las ventas minoristas de electricidad en los sectores comerciales e industriales este año, de acuerdo a Energy Information Administration (EIA).

El carbón suministró el 23% de la producción de electricidad en EE.UU. desde principios de año hasta mediados de junio, más que el 17% en el mismo período de 2020, de acuerdo a un análisis que realizó Wood Mackenzie de datos preliminares de la EIA. La firma consultora atribuye el aumento a la recuperación económica junto con los precios más altos del gas natural, lo que ha llevado a algunos a recurrir al carbón. Para Southern Co., una compañía de energía con sede en Atlanta que proporciona electricidad y gas natural en el sur y medio oeste, el carbón respondió por el 22% de su mezcla de generación durante el primer trimestre; en comparación, el año pasado representó el 17%. La compañía dijo que el repunte reflejaba un incremento en la demanda de electricidad y en los precios del gas natural, además de temperaturas más bajas.

La firma de clasificación crediticia Moody’s Investors Service espera que aumente el consumo de carbón en EE.UU. tanto como un 10% en 2021, lo que daría un impulso a los ingresos de los productores de carbón, aunque todavía considera que la industria es una que está en declinación mientras el sector energético se desplaza hacia la energía renovable. Los dos principales productores de carbón estadounidenses, Peabody Energy Corp. y Arch Resources Inc., reportaron una demanda más alta por carbón térmico en el primer trimestre, el que se utiliza en la generación de electricidad.

“Aunque tal vez veamos un mejoramiento temporal en la demanda de carbón térmico debido al crecimiento económico más acelerado, a largo plazo esperamos que los mercados térmicos nacionales y globales sigan enfrentando desafíos”, comentó Arch Resources en una presentación reguladora en abril. Una mayoría de las grandes compañías mineras globales ha seguido desprendiéndose de activos de carbón incluso cuando los precios se están recuperando.

En Europa, el uso de carbón ha aumentado este año en algunos países, entre ellos Alemania y Francia, de acuerdo a la firma consultora Energy Aspects. Sus datos mostraban que la tendencia había ido en alza en las últimas semanas en el Reino Unido, el que planea eliminar gradualmente toda la energía a carbón para 2024. Puesto que la demanda de electricidad está creciendo, el uso de carbón en Europa también ha aumentado debido a una escasez de los suministros de gas después que un largo y frío invierno vació los sitios de almacenamiento en la región. Eso a su vez ha hecho subir los precios del gas natural, lo que ha aumentado el atractivo del carbón para algunos productores de energía.

En el Reino Unido, el que ha evitado el carbón en favor de la energía renovable en los últimos años, la demanda por electricidad es tal que el operador de la red ha emitido seis avisos desde noviembre que advierten que el sistema podría necesitar más energía. En mayo de 2016 había sido la última vez en que se había emitido esa nota. China también está sintiendo la presión. Ha habido recientes cortes de luz en las provincias sureñas del país debido al consumo mayor de energía, las olas de calor y una tardía temporada de lluvias que ha obstruido las instalaciones hidroeléctricas, de acuerdo a la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (CNDR).

Durante los primeros cinco meses de 2021, la generación de energía térmica que funciona principalmente con carbón subió un 16% en relación con el año anterior, indicó la CNDR, que es la entidad de planificación económica del gobierno. En mayo, a las centrales en Guangdong, el centro de manufactura de China en el sureste, se les pidió que frenaran el uso de energía y que suspendieran las operaciones durante horas, o en algunos casos durante días. Bajo la guía de la CNDR, la provincia dejó de limitar el uso de energía a partir del 5 de junio y en cambio ha recibido suministros de electricidad de las provincias circundantes.

Algunos analistas sostienen que el alza en la demanda de carbón es solamente por la pandemia. Igualmente, observan que el aumento está partiendo de una base baja después de una caída excepcional el año pasado en medio de un menor uso de electricidad y un gas natural barato. No obstante, otros analistas y ejecutivos afirman que el resurgimiento del carbón muestra el desafío de frenar el uso de combustibles fósiles para la generación de electricidad mientras las energías renovables cobran impulso. La Agencia Internacional de Energía pronostica que las renovables van a superar al carbón en la generación global de electricidad en 2025 y van a responder por el 33% de la mezcla.

En un principio, una mayoría de redes puede acomodar cierta capacidad solar y eólica, y abordar el hecho de que su producción depende del clima y hora del día, a veces utilizando energía a gas y a carbón como respaldo. Pero a medida que aumenta el porcentaje de generación de electricidad de las energías renovables, crece la necesidad de soluciones para esa intermitencia. Entre las posibles soluciones están las baterías que podrían almacenar energía durante las temporadas, como también flotas de vehículos eléctricos que se recarguen en los momentos en que se disponga de energía renovable, precisó Chris Kimmett, director de energía de Reactive Technologies Ltd., especialista en estabilidad de la red.

“Sin embargo, todavía no llegamos ahí, que es la razón de por qué se ve el valor predeterminado inmediato de las centrales eléctricas a carbón”, dijo Kimmett. Algunos analistas dicen que los problemas provocados por las alzas en la demanda se podrían exacerbar a medida que los sectores que antes no funcionaban con electricidad, como los vehículos, hagan el cambio antes de que se disponga de una generación suficiente de energía baja en carbono. Por ejemplo, en Noruega, donde las ventas de vehículos eléctricos superan a las de automóviles con motores de combustión, se pronostica que el consumo de energía del transporte eléctrico se duplique hasta el 2% de la demanda total en los próximos tres años, de acuerdo a la firma consultora Volue AS A.

El aumento en la generación de energía a carbón “refuerza el mensaje para todos los gobiernos que tenemos que acelerar la transición”, manifestó Jonathan Cole, jefe de energía eólica costa afuera de la empresa española de servicios públicos Iberdrola SA. “La demanda de electricidad seguirá subiendo a medida que electrificamos más áreas de la economía, y es impensable que el carbón pueda ser parte de la mezcla en el futuro”, expresó.

Fuente: El Mercurio

Noticias Relacionadas