Día de la Dignidad Nacional: A 51 años de la Nacionalización del Cobre

11 julio, 2022
nacionalización del cobre 3

Hace 51 años el cobre pasó a ser de todos los chilenos y chilenas, gracias a la Ley 17.450 promulgada durante el Gobierno del Presidente Salvador Allende.

La Nacionalización del cobre es uno de los hitos más grandes en la historia de nuestro país. Una fecha que configura un orgullo para todas y todos, que hoy conmemoramos reafirmando nuestro compromiso con una Mejor Minería Para Chile.

Allende logró la aprobación unánime en el Congreso de la Ley Nº 17.450 que consagraba la nacionalización y estatización de la gran minería del cobre. El texto de la ley expresa de manera clara y categórica: «El cobre es de manera absoluta, exclusiva, inalienable e imprescriptible de propiedad del Estado chileno». No ha habido ninguna otra ley en Chile, o en América Latina, que tenga estos cuatro conceptos (absoluta, exclusiva, inalienable e imprescriptible) que grafican la voluntad de que esa decisión soberana no fuese cambiada ni vulnerada. Sin embargo, esta voluntad no solo ha sido vulnerada sino que ultrajada por la dictadura militar y los gobiernos posteriores.

La nacionalización y estatización del cobre fue un genuino acto de dignidad y de real ejercicio de soberanía que representó el inicio de la segunda independencia nacional. Se convirtió, además, en un acto de justicia social puesto que ha sido la propiedad nacional y estatal del cobre el principal sustento de la economía nacional, de las arcas estatales y de las políticas sociales que se traducen en beneficio para el conjunto de los chilenos; como lo bautizara el propio Allende hace ya 50 años «el cobre es el sueldo de Chile».

La explotación y producción cuprífera se había iniciado y expandido en Chile desde comienzos del siglo XX, beneficiándose de ella principalmente empresas y capitales norteamericanos que extraían y se llevaban en bruto la riqueza minera y sus derivados, así ellos se quedan con el oro, la plata, el molibdeno y los otros minerales que van en la materia prima, en el concentrado de cobre en bruto. A ese saqueo se agregaba el hecho que las empresas mineras extranjeras sometían a los trabajadores a extremas condiciones de explotación y abuso, además, no aportaban ingresos ni pagaban impuestos en Chile proporcionales a la riqueza que sacaban del territorio.

«Lo que es bueno para las transnacionales del cobre, es malo para los chilenos», manifestó Allende cuando presenta el proyecto de ley de nacionalización. Dijo, además, en su mensaje: «A nosotros nos interesa sacar el cobre de la roca, fundirlo, refinarlo, manufacturarlo y venderlo al extranjero en el mayor estado de elaboración posible, lo más industrializado que sea posible».

A comienzos de los años 50, junto a las demandas inmediatas, se inicia un camino de luchas y reivindicaciones de trabajadores de las minas y organizaciones sociales que, encabezados por la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC) y la Central Única de Trabajadores (CUT), se plantean la exigencia de la nacionalización de las explotaciones mineras como una urgente necesidad nacional. Luego de un largo proceso, el pueblo chileno se hizo parte de esta demanda trasladando esa exigencia a los gobiernos y congresistas de la época.

En ese tiempo, por medio de movilizaciones, mitines, charlas, estudios académicos, discusiones, marchas y luchas en las calles, se logró crear un fervor y convencimiento social por recuperar el cobre para el país. La presión popular obligó a que los políticos y sus partidos tuvieran que aceptar y acoger esa demanda social, al punto que hasta la derecha política se vio forzada a apoyar la nacionalización.

Finalmente, fue el gobierno de Allende que el 11 de julio de 1971 logró la nacionalización y estatización de la gran minería del cobre mediante la aprobación unánime en el Congreso de la referida Ley Nº 17.450.

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