Revista Nueva Minería

En entrevista con revista NME la Seremi de Energía de Antofagasta entrega detalles de los principales avances y desafíos en materia energética, en una de las zonas donde la minería demanda cerca del 60% del total de energía generada en la región.

Por Daniela ArayaDesde Antofagasta
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La ingeniera en química, MBA y diplomada en hidrógeno verde ha integrado y liderado equipos multidisciplinarios para el desarrollo de proyectos en el área medioambiental, biotecnología, minería e industria, experiencia que le ha permitido conocer la región de Antofagasta con sus contrastes y desafíos.

Tras cumplir seis meses liderando la cartera regional de energía analiza los avances y aportes del sector público-privado para cumplir con las metas de descarbonización en la capital energética del país, sin dejar de lado las brechas de vulnerabilidad energética que presenta la comunidad.

¿Qué aspectos de su trayectoria como profesional le han servido para desempeñarse como Seremi de Energía?

Sin duda es el cargo más interesante, intenso y entretenido que he tenido y me siento muy honrada de poder liderar la cartera de energía como Ingeniera Química de profesión. En mi experiencia he integrado y liderado equipos multidisciplinarios para el desarrollo de proyectos en área medioambiental, biotecnología, minería e industria.

En ese contexto fui conociendo la macrozona norte y en especial la región de Antofagasta con sus contrastes y desafíos. También participé durante más de ocho años en la Asociación de Industrias Químicas, lo que significó un gran aporte en perspectiva. El año pasado realicé un diplomado de Hidrógeno verde en la Universidad Católica, lo que me da competencias específicas en una industria incipiente y de gran relevancia para la región, junto a un equipo profesional de gran calidad humana y con el 100% de dotación femenina, muy eficiente por lo demás.

¿Cuáles han sido los mayores desafíos de ser una de las personas que encabeza el sector energético de la región?

Tenemos cuatro desafíos fundamentales para el desarrollo de nuevas tecnologías limpias, estos son: avanzar en descarbonización de nuestra matriz energética y en carbono neutralidad, robustecer la transmisión y hacerla más resiliente, fomentar el almacenamiento y el relacionamiento temprano con las comunidades para que todo este potencial se desarrolle de forma armónica generando valor local.

En lo que refiere a transmisión, para evitar el vertimiento de energía, que es una realidad debido a la congestión de líneas, será fundamental contar con un sistema eléctrico seguro, adecuado y que considere el costo-eficiencia. En nuestra región la planificación energética de largo plazo identificó dos provincias; Antofagasta y Tocopilla como polos de desarrollo de generación eléctrica, lo que implica una acción proactiva para fortalecer la transmisión, considerando las condiciones estratégicas para el desarrollo de energías renovables de aquellas zonas.

¿Cuáles son las medidas más inmediatas que debe impulsar como Seremi?

Tenemos metas muy ambiciosas en los cuatro ejes fundamentales para nuestra cartera que son: transición energética socio-ecológica justa, reducción de brechas de vulnerabilidad energética, descentralización y seguridad energética. En este sentido, en nuestra región está en plena marcha el proceso participativo para la elaboración del plan de acción local para Tocopilla, además de diversas mesas de electrificación para Ollagüe, Quillagua, San Pedro de Atacama y próximamente comunas de Calama y Taltal, con el propósito de acotar las brechas de acceso a energía eléctrica.

En la misma línea, se logró conseguir financiamiento para la implementación del programa “Casa Solar Social”, que beneficiará a 1.500 familias vulnerables de las comunas de Tocopilla, Mejillones, Sierra Gorda y Taltal, con un monto total de $4.210 mil millones, permitiendo a las personas generar ahorros mensuales de hasta un 60% en sus cuentas de luz.

En relación al proceso de descarbonización de la matriz energética ¿con qué tipo de iniciativas/programas buscan fortalecer los nuevos requerimientos del sector?

Estamos implementando un proceso de transformación que envuelve todos los sectores productivos a través de un Comité Interministerial de Transición Socioecológica Justa (TSEJ), el cual se implementará a nivel central y a nivel local fomentando el empoderamiento colectivo y participativo.

A nivel regional, esta estrategia será elaborada durante el presente año y se cruzará con el plan de rezago de la provincia de Tocopilla, como territorio afectado por el cierre de centrales a carbón y se compone por más de 500 iniciativas que se trabajarán junto con autoridades locales (…).

Esperamos que este trabajo se sostenga en el tiempo como un espacio inclusivo y plural por una sociedad resiliente que fortalece y desarrolla sectores productivos innovadores y sustentables, para avanzar hacia una nueva economía que genera redistribución de la riqueza, trabajo decente, maximiza el bienestar de la población y reestablece el equilibrio ecológico del territorio.

¿Cuál es la principal barrera que hay que trabajar en la región de Antofagasta para reducir sus brechas de vulnerabilidad energética?

Tenemos cerca de 1.000 familias sin acceso a energía y 376 viviendas con suministro parcial a partir de sistemas aislados y/o sistemas de autogeneración. Estas cifras nos instan a tomar acciones concretas para avanzar en materia de acceso a energía segura, de calidad y a precios asequibles para todas las familias de nuestra región. Gracias al mapa de vulnerabilidad energética se identifican aquellas zonas afectadas y a los actores locales con quienes se debe trabajar, sean ellos del sector público, privado, sociedad civil y las particularidades de cada territorio.

Sin embargo, para brindar soluciones por medio de financiamiento público se requiere dar cumplimiento a uno de los principales requerimientos y a la vez complejidades, que consiste en poder contar con la información precisa de aquellas familias que residen de carácter permanente y que cuenten con sus terrenos regularizados.

Todas estas variantes significan tiempo y compromisos que trascienden la duración de un gobierno o administración municipal, por ello, es clave incluir mecanismos de gobernanza para dar continuidad a cada una de las etapas e hitos necesarios para concretar las iniciativas de transición energética.

Como Seremi de Energía ubicada en una zona naturalmente minera, ¿qué medidas debe asumir este sector para sumarse al proceso de transformación de la matriz energética?

La minería es una industria energointensiva, actualmente demanda cerca del 60% del total de energía generada en la región, por lo que existe una estrecha relación entre ambas industrias. La seguridad energética es clave para asegurar el suministro y su continuidad operacional, por lo que contar con energía de base, que además sea de fuentes renovables, es crucial.

Cabe destacar que ya existen mineras que cuentan con contratos de energía 100% renovables y se estima que en el 2023 al menos el 45% del consumo eléctrico de la industria sea renovable, lo que es una muy buena noticia, pero aún hay grandes oportunidades de mejorar.

Adicionalmente, el consumo de combustibles fósiles en camiones CAEX es muy intensivo, por lo que impulsar iniciativas de operar el camión con motores de combustión interna con mezcla de diésel con hidrógeno, es una buena alternativa para reducir la generación de gases de efecto invernadero y además generar demanda interna.

¿A la fecha cómo ha avanzado la región de Antofagasta en torno al desarrollo del hidrógeno verde?

Nuestra agenda de energía 2022 – 2026 indica la elaboración de un plan de acción que permita promover una industria competitiva de hidrógeno verde, junto con acelerar la transformación de la matriz productiva y de conocer las capacidades locales en torno a las energías limpias. En esta materia, se ha designado a la región de Antofagasta para la habilitación de uno de los primeros ecosistemas locales estratégicos de hidrógeno verde, donde se contemple la cadena de valor completa, desde la producción hasta el consumo.

En este sentido existen innumerables proyectos en desarrollo liderados por Cicitem, Quintil Valley, el Club de Innovación, la AIA y Franhofer; quienes también participan en la Comisión Regional de Hidrógeno liderada por el Gobernador Regional, para reunir a los sectores público, privado, academia y sociedad civil, con el propósito de impulsar y ejecutar acciones direccionadas en posicionar el H2V como un recurso estratégico, natural y renovable.

En torno a la implementación de la electromovilidad, ¿cuáles son las iniciativas que buscan avanzar en esta materia a nivel regional?

A nivel regional, se encuentran en distintos niveles de desarrollo iniciativas para acelerar la incorporación de la electromovilidad en el segmento del transporte público mayor y menor. En agosto, el Consejo Regional de Antofagasta aprobó financiar la iniciativa denominada “Mi taxi-colectivo eléctrico” destinando $1.340 mil millones de recursos regionales FNDR para la implementación del programa, que beneficiará a 60 conductores de vehículos de transporte público menor en las comunas de Antofagasta y Calama. Esto sin duda es la primera gran iniciativa y el puntapié inicial para la electromovilidad en nuestra región.

¿Tiene algún mensaje que desee transmitir a quienes forman parte de la industria energética en la región?

La energía tiene un rol protagónico en avanzar hacia una sociedad más equitativa y armónica con los ecosistemas, que sea sostenible en el tiempo y que garantice una buena calidad de vida para todos y todas. No solo porque es un factor clave en la crisis climática global que enfrentamos, sino también porque es un sector estratégico en nuestra economía nacional que habilita e impulsa nuestro desarrollo.

Instamos a la industria energética de la región a seguir trabajando en pro de mejorar la calidad de vida a las personas y generar valor compartido en los territorios de manera responsable con las comunidades y resguardando la sustentabilidad en toda la cadena de valor.