Caída del precio del petróleo no alivia las presiones inflacionarias en Brasil

21 enero, 2015
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El derrumbe del crudo también amenaza el desarrollo de los enormes campos petroleros del país y su posibilidad de convertirse en un exportador del commodity.

Aunque la reciente caída del precio del petróleo traerá beneficios sustanciales para los mercados emergentes que son importadores netos de petróleo y están actualmente luchando con problemas inflacionarios, Brasil destaca como la excepción. Como el inmenso depósito petrolero de presal en Brasil está recién comenzando a ser desarrollado, y los resultados de campos existentes se han estancado los últimos tres años, el país continúa siendo un importador neto de petróleo. De hecho, los precios de los combustibles para los consumidores brasileños están aumentando de a poco a medida que crece el impuesto, creando vientos en contra para la economía este año.

Uno podría haber pensado que el colapso de los precios del petróleo traería considerables alivios para mitigar de alguna manera la inflación, y así ayudar al Banco Central de Brasil (BCB) en sus esfuerzos por bajar los precios. El problema, sin embargo, es que los precios de los combustibles en las gasolineras son controlados por el gobierno y, diferente a lo que ha pasado en otros países, como en Estados Unidos, la caída en el precio del petróleo no ha llevado a una mejora en los ingresos domésticos, y es poco probable que suceda en los próximos meses.

El fracaso del gobierno en ajustar hacia arriba los precios locales de las gasolinas, en línea con los niveles internacionales, cuando el crudo estaba cercano a US$ 100 por barril antes del colapso, es una de las principales razones de por qué el balance operacional de la petrolera estatal Petrobras ha sufrido durante los últimos años. La reciente caída ha sido utilizada como un medio para reconstruir el malogrado balance de Petrobras, en el contexto de un enorme escándalo de corrupción que ha dañado la situación financiera de la compañía. Por eso, es improbable que el gobierno vaya a reajustar los precios hacia abajo, incluso si el petróleo continúa hundido en los mercados internacionales. Brasil va a perder la oportunidad de usar el colapso en los precios del petróleo para ayudar a reducir la inflación, que a fines de 2014 estaba en 6,4%, muy cerca de 6,5%, el tope del rango de la meta inflacionaria del banco central.

Combustibles subirán

De hecho, se prevé un aumento en los precios de las gasolinas ya que el gobierno acaba de anunciar un incremento del impuesto. A mediados de 2012, entre los frustrados esfuerzos del gobierno por restaurar el crecimiento económico y reanudar la inversión, los políticos bajaron la tasa de impuesto a los combustibles (CIDE) a cero, obstaculizando aún más los ingresos fiscales y elevando el gasto público. Los resultados fiscales para diciembre de 2014, que aún no han sido publicados, podrían mostrar que el gobierno registró un déficit primario (antes del pago de intereses), el primero en casi dos décadas. La balanza fiscal total posiblemente está cercana a 5,5% del PIB, debido al incremento del pago de intereses sobre la deuda. El nuevo ministro de Hacienda, Joaquim Levy, ha prometido reforzar la política fiscal a través de una serie de recortes de gasto y aumento de impuestos. En un discurso reciente, confirmó su decisión de subir el impuesto CIDE en la dirección de aumentar los ingresos, tomando ventaja de la caída del precio del crudo y del resultante beneficio en efectivo que ya ha sido acumulado por Petrobras. La compañía actualmente está importando petróleo a precios más bajos y vendiéndolo a los niveles domésticos que no han variado, aumentando así su balance de efectivo.

Tras la decisión de elevar el CIDE para ayudar a lograr la meta de superávit primario de 1,2% del PIB en 2015, los mayores precios de los combustibles tendrán un impacto adverso en la inflación, agregando presión mientras el gobierno retira los precios administrados (principalmente en el sector electricidad) que fueron congelados en el año electoral 2014. El BCB ha intentado minimizar estas preocupaciones insistiendo en que los bajos precios del petróleo tendrán un efecto positivo en la cuenta corriente, bajando el déficit –actualmente de 4% del PIB– y reduciendo además la presión a la baja en el real. El BCB cree que estos efectos podrían ser suficientes para compensar el impacto inflacionario de mayores impuestos a las gasolinas.

Precio de equilibrio

Sin embargo, la caída en el precio del petróleo incluye una serie de otras complicaciones para la economía brasileña. El país está comprometido en inversiones a gran escala para extraer petróleo desde campos de presal, de los cuales el más grande es Libra (con arriba de 12 mil millones de barriles). Algunos especialistas internacionales especializados en el sector han dicho que Libra es el proyecto más vulnerable a las fluctuaciones del precio del petróleo, con un precio de equilibrio quizás en alrededor de US$ 60 por barril, más alto que el precio usual de equilibrio estimado para otros campos de presal (US$ 50 – US$ 55). A valor par, la cifra implicaría que la extracción de petróleo desde Libra es inviable actualmente, afectando la posibilidad de Brasil de exportar petróleo, y dañando aún más a Petrobras, que se ha adjudicado el derecho de explorar completamente los campos de presal. A fines de 2014 el gobierno anunció que podría reevaluar el rol de Petrobras en la exploración de presal debido a la tensión causada por el escándalo de corrupción y el descenso en los precios del crudo.

El gobierno también ha cuestionado la segunda ronda de licitaciones de presal que fueron programas para 2016. A la luz del problema financiero de Petrobras –a la fecha, la compañía no ha podido publicar cuentas auditadas internacionalmente para el tercer trimestre, incrementando las preocupaciones entre sus acreedores– algunos funcionarios de gobierno han declarado públicamente que ven la ronda de licitaciones en 2016 como una posibilidad remota. La regla puesta por el gobierno es que Petrobras debe tener mínimo 30% de participación en cualquier consorcio que desarrolle campos de presal aún no licitados y ha insistido que no cambiará esa condición. Por lo tanto, el desarrollo del presal avanzará sólo en conjunto con las capacidades operacionales y financieras de Petrobras.

Fuente: Diario Financiero

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