Brasil: Oposición arremete contra Rousseff por sobrecostos en compra de refinerías

3 abril, 2014
Plantas Industriales

A seis meses de las elecciones en los que buscará un segundo mandato.

Servidores públicos con mansiones de dos millones de dólares. Pagos bajo la mesa para realizar una carretera. Constructoras ligadas a familiares de funcionarios que se embolsaban grandes sumas por contratos con el gobierno. Compra de votos. Estos son algunos de los tantos manejos ilícitos que han caracterizado a diversos gobiernos brasileños y que Dilma Rousseff prometió combatir al asumir el 1 de enero de 2011.

La Mandataria ha sido consecuente con su discurso anticorrupción y hace algún tiempo ordenó la exoneración de funcionarios de su gobierno involucrados en una red de sobornos. Pero ahora, cuando apenas faltan seis meses para las elecciones donde buscará la reelección, un efecto “boomerang” puede afectarla a ella misma.

La oposición brasileña amenaza con iniciar una investigación en el Congreso que podría manchar a la Presidenta debido a supuestos negocios sobrefacturados por parte de la estatal Petrobas.

Liderados por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), legisladores de varias agrupaciones opositoras recolectaron firmas para establecer una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) en torno a dos dudosas compras de refinerías en el exterior por parte de Petrobras, en 2006 y 2008, cuando Rousseff era jefa de gabinete del entonces Mandatario Luiz Inacio Lula da Silva y presidía el Consejo de Administración de la petrolera.

La intención es que el Senado esclarezca las supuestas responsabilidades de los directivos de Petrobras en la época, así como las de los miembros del Consejo de Administración de la empresa y de la propia Rousseff en esa operación. La investigación podría minar la imagen de “gestora eficiente” que tiene Rousseff, ex ministra de Minas y Energía de Lula, en momentos en que su popularidad está en franco declive.

La operación de Petrobras, mayor empresa del país, ya es investigada por la Policía Federal, el Tribunal de Cuentas de la Unión y el Ministerio Público, y según documentos filtrados a la prensa, incluyó cláusulas que causaron perjuicios millonarios a la firma.

Según esos documentos, en 2006 Petrobras pagó US$ 360 millones por la compra de la mitad del capital de la refinería, que un año antes había sido adquirida en su totalidad por US$ 42,5 millones por la firma belga Astro Oil. Esa empresa retuvo su participación del 50%, pero posteriormente Petrobras fue forzada a desembolsar otros US$ 820 millones para comprar la otra mitad a Astro Oil, por una cláusula que la obligaba.

En un comunicado reciente, Rousseff admitió que la compra de la refinería fue autorizada pese a que el Consejo de Administración de Petrobras recibió “informaciones incompletas”.

La otra compra dudosa se refiere a la refinería Okinawa, en Japón, por la que Petrobras pagó US$ 71 millones en 2008 y ya lleva gastado el triple de ese valor para resolver problemas ambientales de la planta.

Por ambos negocios están acusados el ex director de refinación de Petrobas, Paulo Roberto Costa -quien además está preso por nexos con una red de lavado de dinero-, y el ex director de negocios internacionales Nestor Cerveró.

Ricardo Antunes, analista político en Sao Paulo, señala a “El Mercurio” que estas compras serían solo la punta de un iceberg donde se podría descubrir delitos de privados en la estatal. “Su incidencia en la campaña electoral puede ser mayor o menor, dependiendo de lo que vaya descubriendo la Comisión Parlamentaria”, manifiesta.

Para Roberto Romano, experto de la Universidad de Campinas, es solo un escándalo más del gobierno del Partido de los Trabajadores, que se ha reflejado en sobrecostos de las obras del Mundial, malos servicios de salud y educación y empeoramiento de la seguridad pública. “Todo está afectando la confianza en el gobierno de Rousseff y las elecciones se tornarán más difíciles para la Presidenta”, sostiene.

Pese a todo, Dilma es favorita ante eventuales rivales como Aécio Neves (PSDB) y el socialista Eduardo Campos.

Fuente: El Mercurio

Noticias Relacionadas