Arqueólogos chilenos hallan la mayor explotación de cobre precolombina en el norte

29 abril, 2013
Arqueólogos chilenos hallan la mayor explotación de cobre precolombina en el norte

Encuentran explotación de cobre precolombina

Hasta ahora han encontrado los restos de unos 50 hornos de piedra empleados por los incas y sus antecesores para la fabricación de lingotes del metal

“No hay ningún otro sitio prehispánico en Chile que tenga una cantidad tan grande y tan bien conservada de hornos para la fundición de cobre”, dice el arqueólogo de la U. de Chile Diego Salazar. “Es el sitio mejor preservado de los que se conocen a la fecha en el norte de Chile y probablemente también en los países vecinos”, señala el investigador, que forma parte de un equipo chileno francés que acaba de descubrir las estructuras en las inmediaciones de la actual mina Doña Inés de Collahuasi, al interior de la Región de Tarapacá y muy próximo al límite con Antofagasta.

Hasta la fecha, los arqueólogos han identificado cerca de 50 hornos en tres puntos distintos, pero no descartan que haya hasta 70. Fueron hechos con piedras del mismo lugar.

El hallazgo, sin embargo, va más allá de los hornos, resalta Valentina Figueroa, arqueóloga del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo Reverendo Padre Gustavo Le Paige, de la Universidad Católica del Norte. La investigadora, que forma parte del mismo equipo multidisciplinario -liderado por el arqueólogo José Berenguer del Museo de Arte Precolombino-, asegura que las estructuras de fundición están asociadas a un distrito minero que incluye campamentos, recintos administrativos, sitios rituales y caminos, todo un sistema interconectado que permite entender cómo se organizó un grupo humano para explotar un lugar tan recóndito e inhóspito.

Por lo que han podido determinar, se trata de una mina inca, pero que también fue explotada antes de ellos, hacia el siglo X.

Durante el dominio incaico, los mineros siguieron siendo lugareños, procedentes de Tarapacá, el alto Loa y Lipes, lo que es hoy el sudoeste de Bolivia.

No eran residentes permanentes, sino que se instalaban en campamentos de la misma forma que los mineros actuales. Según Salazar, no eran esclavos, sino que tal vez se organizaban bajo el sistema de mita, turnos de trabajo que los lugareños entregaban al inca a cambio de protección, recursos u otros bienes.

De la mina misma se ha perdido el rastro, aunque tienen sospechas de dónde podría haber estado localizada.

El sitio, destacan los arqueólogos, es uno de los pocos lugares donde se pueden estudiar las tecnologías más antiguas para la producción del cobre. De hecho, el tipo de hornos que encontraron no ha sido descrito previamente. “Como no se conocen, no sabemos bien cómo funcionaban”, admite Salazar.

De ahí que ha sido clave para el proyecto la cooperación francesa, liderada por el metalurgista Benoit Mille, del museo del Louvre, quien se integró al grupo de arqueólogos en el marco de un estudio que busca comparar las formas de producción del cobre en el Chile precolombino con las utilizadas durante la edad de los metales (hace más de 4 mil años) en Europa.

Las técnicas observadas en Collahuasi, asegura Mille, no se parecen en nada a las de los antiguos europeos. “Aquí usaban el viento (para atizar el fuego), lo que es sorprendente para nosotros. Para captar la mayor cantidad de energía del viento, ubicaban los hornos en la cima de pequeñas colinas. De esa forma les era posible alcanzar las altas temperaturas necesarias para derretir el cobre y transformar el mineral en metal. En Europa, en cambio, la temperatura se conseguía mediante sistemas mecánicos como fuelles”.

Al lograr entender claramente cómo funcionan los hornos y de qué manera las escorias están representando una cierta producción, explica Valentina Figueroa, será posible estimar el volumen de cobre que se producía en esa época.

Fuente: El Mercurio

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