Andreas Gebhardt de Chilectra: “Nosotros ganamos plata vendiendo energía, no interrumpiendo el suministro”

27 julio, 2015
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Aunque no elude responsabilidad de la compañía tras los cortes de la semana pasada, sí advierte que cumplieron todos los protocolos, las normas vigentes y que están abiertos a discutir un nuevo estándar de seguridad, cómo se pagará y cuánto tendrá que invertirse en él.

Fue, por lejos, la empresa que más sufrió cuando, hace poco más de una semana, se desató un temporal de lluvia y viento en Santiago.

Ese fin de semana, en el que cayeron 125 árboles –el equivalente a lo que pasa en doce años- decenas de miles de clientes sufrieron cortes de luz, algunos por hasta tres días, y las redes sociales hirvieron. Aunque el gerente general de Chilectra, Andreas Gebhardt, no elude la responsabilidad de la compañía, sí advierte que cumplieron todos los protocolos, las normas vigentes y que están abiertos a discutir un nuevo estándar de seguridad, cómo se pagará y cuánto tendrá que invertirse en él. “De repente hay una percepción de que arrastramos el poncho y que nos da lo mismo que los clientes estén sin suministro.

Probablemente nosotros seamos los más motivados de que esto no pase; mientras más rápido se resuelva mejor. Nosotros ganamos plata vendiendo energía, no interrumpiendo el suministro”, dice el ejecutivo que asumió en octubre de 2014 a la cabeza de la mayor distribuidora del país en ventas de energía. Ha pasado ya una semana de la crisis que se generó y hubo una crítica muy dura contra ustedes.

—Tenemos una red de distribución aérea y, por ello, que efectos externos la afecten es algo que pasa de repente. Las redes pueden estar perfectamente mantenidas y diseñadas, pero si caen árboles encima hay que sacar los árboles y reponer la red. Respecto a los planes de emergencia, una de las cosas que aprendimos es que estas cosas no nos pueden pillar de sorpresa comcompletamente y para eso hemos hecho varias cosas.

¿Los pilló de sorpresa?

—Administrativamente no, lo venimos siguiendo, estábamos bastante conscientes de que este invierno había sido bastante atípico en que no había llovido nada hasta antes de esto y estábamos todos bastante alerta

¿Qué es lo que pasó?

Desde el punto de vista objetivo, esta fue la contingencia más grande que hemos tenido desde el terremoto.

Todo esto se detonó con los vientos fuertes del domingo en la madrugada, y lo resolvimos el miércoles, tres días, que al final fue mucho más rápido que otros planes de emergencia que hemos tenido.

¿Por qué fue tan grande?

—Hubo ráfagas de hasta 80 kilómetros por hora, que en Santiago nos botó 125 árboles. En condiciones normales,

¿Cada cuánto tiempo caen 125 árboles?

Unos diez años. Nuestra estadística es que al año se caen 10 árboles. Pero además hubo letreros publicitarios que se cayeron encima de la red, planchas de techumbres, etc. Tuvimos otros 50 a 60 eventos de eso. Además, y como una cosa habitual de la lluvia, aumentó el choque a postes y todo eso afecta el tema de la red. A raíz de lo que ocurrió,

¿Van a incorporar cambios?

Sin ningún lugar a duda. A pesar de que más que quintuplicamos los recursos técnicos y de atención de canales, al final fue muy castigada la actuación de la compañía y eso evidentemente nos llama a reflexionar sobre qué más podemos hacer. Probablemente estemos acostumbrados a administrar una infraestructura de distribución que es la que el país definió que es la que necesita, porque hay un tema de costo-beneficio, uno podría decir que se soterren todas las líneas y nunca más se te va a caer un árbol sobre las líneas.

¿Efectivamente sería una mejor solución?

—Pero vale una fortuna. Entonces, hay una discusión como país, de decidir si nuestros estándares son suficientes como para atender las expectativas y necesidades de nuestros clientes. No hay que perder de vista que Chilectra tiene el mejor estándar de calidad de suministro de Chile.

Probablemente hay un tema de expectativas y necesidades de continuidad de suministro, porque hoy la energía eléctrica es un elemento muy sensible, vital para todos, no sólo en la actividad productiva y económica, sino que para todos. Hay un tema ahí que hay que revisar.

Del punto de vista nuestro, las cosas que estamos reflexionando profundamente es, por ejemplo, qué hacer para seguir ampliando aún más los canales de atención, hacerlos más efectivos. A pesar de que aumentamos en un 30% desde el año pasado hasta hoy día.

¿Cuánta gente se vio afectada?

—En el peak 92 mil clientes. Al día siguiente, el 90% debe haber estado resuelto.

¿Esta situación va a seguir ocurriendo mientras tengamos una red aérea?

—Yo creo que sí.

Es una definición que tiene más que ver con el país. Hace varios años Chilectra propició una mesa de colaboración públicoprivada de análisis del tema del soterramiento de las instalaciones, en el que sumamos a empresas de telecomunicaciones, al Serviu, etc. y avanzamos bastante, pero finalmente el tema fue el financiamiento. Pero yo creo que también hay soluciones combinadas, a lo mejor puede ser soterrado sólo en algunas partes. La red aérea no necesariamente puede ser de la misma calidad o tecnología de la que tenemos hoy día.

Hoy estamos invirtiendo fuertemente en flexibilizar la red, de tal manera de poder operarla a distancia, de acotar más rápido los sectores afectados, para poder convivir y poder hacer compatible las expectativas de reposición y de indisponibilidad del suministro con redes aéreas, con un costo que sea sensato. (…) Que la afectación sea más tolerable, que esto sea más rápido, por ejemplo, con los medidores electrónicos, para que no tengamos que estar esperando a que nos llamen para saber dónde está la afectación, sino que tener una red de medidores inteligentes que nos avise dónde están los problemas cliente a cliente.

¿Y con esta fórmula el costo sería más razonable?

—El problema de los medidores inteligentes no sólo es un tema de costos, es también de legislación.

Porque hoy el medidor es un activo de propiedad del cliente, ahí hay algo que estamos proponiendo y conversando de manera de revisar que ese elemento pudiera ser parte de los activos que gestiona la distribuidora, para que podamos cambiarlo sin tener que entrar e invadir la propiedad de los señores clientes. Y después veremos la rentabilidad.

Hoy la tecnología de verdad está bajando, todavía no es competitiva con la operación manual, pero hay muchos otros beneficios.

¿Cómo es su plan de inversiones para este año?

—Son US$112 millones (…). Y estamos analizando con bastante decisión una inversión en todo lo que es medidores inteligentes. Eso lo estamos conversando con el ministerio.

Fuente: Pulso

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