A diez años del accidente de la mina San José: ¿Cómo ha evolucionado la seguridad en minería?

14 septiembre, 2020
Seguridad minería (Ilustración: Fabián Rivas)

La minería destaca en materia de seguridad a la hora de compararla con otras industrias en Chile. Sin embargo, algunos acontecimientos, como la actual contingencia sanitaria, obligan a esta área estar constantemente reformulando sus objetivos y medidas.

Revista NME
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El 22 de agosto de 2010 es una fecha que quedará marcada en la historia de la minería nacional. Luego de incesantes labores de rescate sin éxito, aquel día fueron encontrados los 33 mineros que sobrevivían a 720 metros de profundidad, tras el derrumbe de la mina San José.

Fueron 17 días de intensa búsqueda, hasta que se logró localizar a los trabajadores atrapados, los cuales se encontraban con considerables síntomas de desnutrición. A partir de ese momento, las miradas internacionales no se hicieron esperar, pues, con el pasar de las horas, los profesionales que trabajaban en la “zona cero” comenzaron a dar luces de las complejidades que tendría el rescate.

Si los primeros días tras ocurrido el accidente se comenzó a trabajar para lograr acceder por una chimenea de ventilación de la mina, simultáneamente los mineros atrapados intentaban subir por la escalera de emergencia, pero el intento fracasó debido a que un tramo de la escalera no había sido colocada por la empresa. Estas dos acciones fueron reflejo de lo que serían las labores de rescate: un sinnúmero de planes sin resultados positivos.

Lo que sigue ya es historia conocida. El esfuerzo tuvo su recompensa el 13 de octubre de 2010, día en que se concreta el mayor y más exitoso rescate de la historia de la minería a nivel mundial, con un costo de US$ 29 millones. Aquel día, los 33 mineros fueron rescatados con vida en medio de una amplia cobertura mediática. Chile estaba en las portadas del mundo con la cápsula Fénix.

A una década de aquel suceso histórico que marcó a la industria minera mundial, ¿cuáles son las lecciones aprendidas tras este hecho?, ¿qué avances y desafíos destacan en materia de seguridad minera?, y ¿cuánta relevancia han tenido las nuevas tecnologías para un mayor resguardo de las y los trabajadores?

La experiencia de “los 33”

No cabe duda que el accidente de la mina San José reconfiguró el desarrollo de la seguridad minera en Chile. Para el director Nacional del Sernageomin, Alfonso Domeyko, este suceso “caló hondo en el país, generando una transformación importante en la cultura de la seguridad minera a través de los principales actores del sector”.

Alfonso Domeyko explica que el Estado ha fortalecido su labor reguladora, fiscalizadora y de capacitación, principalmente a través del robustecimiento del Sernageomin, y, por su parte, las empresas mineras, los operadores y los contratistas, han invertido en mejorar las medidas de seguridad, los protocolos y capacitaciones a los trabajadores en esta materia.

“Un tercer pilar clave en este cambio han sido los trabajadores mineros, quienes han aportado de forma activa y consistente en la implementación y puesta en práctica de las medidas y regulaciones de seguridad”, agrega el representante del Sernageomin.

Para Hernán de Solminihac, exministro de Minería en el primer gobierno de Sebastián Piñera y director de Clapes UC, la experiencia de “los 33” transformó la seguridad minera en un tema prioritario para los gobiernos. “A partir de las reformas que se han implementado, tanto en el aspecto formativo como normativo para aumentar las medidas de seguridad y autocuidado en las faenas mineras, el sector ha registrado una mejora considerable en las estadísticas”, comenta.

Por su parte, Nancy Ibaceta, directora de Tax & Legal de Deloitte, destaca que Chile sea una nación minera y que sus trabajadores tengan arraigada una fuerte cultura de autocuidado y seguridad, siendo uno de los países con las estadísticas más bajas en materia de mortalidad minera. Sin embargo, “hay un antes y un después tras el accidente de la mina San José”, recalca.

La experta de Deloitte ejemplifica que en aquella época todas las grandes empresas mineras y sus contratistas, realizaron importantes labores de revisiones y auditorías internas a sus áreas de HSEC, así como de implementación de mejoras continuas y monitoreo de las medidas de seguridad. “Hubo también una mayor preocupación desde el ámbito de los directorios de las empresas, por destinar mayores recursos a la implementación de nuevos procesos, equipos y medidas de seguridad eficaces”.

La seguridad como prioridad

Diez años han pasado desde el rescate de “los 33”, y los cambios en materia de seguridad confirman el paso de una década. Si bien el número de trabajadores en la industria minera ha aumentado un 30% desde el año 2010, donde la mujer ocupa el 9%, desde el accidente de la mina San José se aprecia una tendencia a la baja en la fatalidad, pasando de 45 trabajadores fallecidos que lamentar en el 2010, a 14 en el año 2019.

“Si analizamos las cifras, vemos el efecto que generó en la cultura de la seguridad minera el rescate, dado que entre el año 2000 y 2010, la tasa de fatalidad disminuyó en un 33%, mientras que en la última década la misma tasa disminuyó considerablemente un 75%. Es decir, se ve reflejado el esfuerzo que se ha hecho en el país en el último decenio”, explica el director Nacional del Sernageomin.

En tanto, Hernán de Solminihac destaca que los cambios en la materia contribuyeron a la formación de monitores, logrando tener al menos un trabajador capacitado en cada faena minera, incluidas las faenas más pequeñas. “La actual institucionalidad asegura que se cumplan las normas, pero eso no basta. El sector requiere no sólo del compromiso diario de cada trabajador, sino que también de todos los involucrados en los procesos productivos y de fiscalización”, indica el director de Clapes UC.

Un aspecto relevante a la hora de analizar la evolución que ha tenido la seguridad en el sector, es la inserción de nuevas tecnologías. En la opinión de Nancy Ibaceta, durante los últimos años, los desafíos de la industria han estado enfocados en la incorporación de la automatización en las distintas etapas de los procesos mineros, así como en sus equipos y herramientas. Sobre todo, en utilizar la data que se obtiene en los distintos procesos a lo largo de su generación, sumándole inteligencia artificial para mejorar los mismos (data mining).

“Es decir, predecir y anticipar soluciones, mejorar rendimientos, entre otros. Esto va en la línea de lograr tener un mapeo completo de cada una de las etapas, procesos y labores de una faena minera (la historia de vida), para, en definitiva, poder hacer las mejoras en tiempo y forma oportuna, lo que evidentemente se traduce en faenas más seguras”, agrega la representante de Deloitte.

Respecto a este punto, Alfonso Domeyko comenta que para el futuro, proyecta el creciente desarrollo tecnológico de la industria minera 4.0. “Como Sernageomin hemos comenzado a enfrentar una creciente demanda para autorizar permisos para la realización de pruebas de adaptación de nuevas tecnologías o pruebas de tecnologías en desarrollo, que permitan a las empresas mejorar el desempeño de sus procesos productivos”.

Cambios en medio de la crisis sanitaria

Así como el accidente de la mina San José fue determinante para la industria, la crisis sanitaria ocasionada por la propagación del Covid-19, también ha reconfigurado los planes de las empresas mineras en materia de seguridad. El sector cuenta con una cultura de la seguridad destacable, por lo que la implementación de medidas y protocolos específicos por la pandemia, han sido acogidos y cumplidos.

“Eso lo hemos podido corroborar en las más de 6.500 fiscalizaciones a instalaciones mineras que como Servicio hemos realizado desde principios de año”, indica Alfonso Domeyko, quien agrega que “en cuanto al cumplimiento de medidas de seguridad, pese a que según los datos que las propias empresas reportan, se llegó a desmovilizar casi el 50% de los trabajadores mineros, no hemos visto una incidencia mayor en las tasas de accidentabilidad”.

Para Hernán de Solminihac, la pandemia ha cambiado nuestra forma de vivir y de relacionarnos. “Ninguna actividad está ajena a su impacto. La crisis sanitaria ha llevado a profundizar y adaptar nuevos procedimientos para prevenir enfermedades. En el caso del sector, no nos cabe duda de que saldrá mucho más fortalecido en sus planes de prevención de accidentes y enfermedades”.

Pese a los desafíos que trae consigo la pandemia en materia sanitaria y de seguridad, las principales faenas mineras del país han podido seguir operando, lo que en la visión de la directora de Tax & Legal de Deloitte “ha sido un tremendo logro, que muestra cómo la seguridad está en el ADN de esta actividad (…). Este ejemplo debe servir de experiencia en el retorno seguro que comenzarán a realizar las empresas en el país”.

           Fuente: Sernageomin

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