Una política nacional para el cobre

19 julio, 2013
Una política nacional para el cobre
Columna de opinión de Hugo FAzio
Hugo Fazio

El gran tema es quién se apodera mayoritariamente de los excedentes percibidos, muy significativos en la larga etapa de superciclo en el precio del metal rojo. Esta realidad exige la existencia de una política nacional para el cobre y otros recursos mineros

El cobre es el mayor recurso natural con que cuenta el país. Desde mediados de la década pasada su cotización en los mercados internacionales vive un superciclo. En Chile están las mayores reservas mundiales del metal rojo, representando de acuerdo a cifras de la Sociedad Nacional de Minería un 28% del total, ubicándose a continuación Australia (12,5%) y Perú (11,6%). Es evidente que se precisa una política nacional para el cobre, que incluya una estrategia para incidir en su precio a nivel mundial.

Sin embargo, en vez de contarse con esta política se dejan decisiones claves en función de lo que deciden las empresas que lo explotan. En la gran minería aproximadamente un 70% del total lo producen empresas privadas, que privilegian obtener la mayor rentabilidad posible. La mayor parte de ellas son controladas por capitales extranjeros, con la única excepción del mayor grupo económico nacional, los Luksic.

En mayo, después de quince meses de gestiones se produjo la fusión de Glencore -que fuese en sus inicios una empresa de corretajes de commodities- con el consorcio minero anglosuizo Xstrata. La fusión originó una empresa inédita en el sector minero entre una sociedad, Glencore, que es el mayor comercializador de commodities listado en bolsa y el consorcio anglo suizo Xstrata, consorcio minero cuyos activos corresponden en un 70% a dos commodities, carbón y cobre, los cuales tienen importante presencia en Chile.

Las negociaciones y la decisión se adoptaron en el exterior, donde las autoridades chilenas se limitaron a constatar que los recursos pertenecientes al país cambiaron de explotador. De acuerdo a cifras del International Copper Study Group, cinco de los diez mayores yacimientos de cobre del planeta se encuentran en el territorio nacional. Uno de ellos es Collahuasi, donde Xstrata participa en su control.

El gran tema es quién se apodera mayoritariamente de los excedentes percibidos, muy significativos en la larga etapa de superciclo en el precio del metal rojo. Esta realidad exige la existencia de una política nacional para el cobre y otros recursos mineros, reteniéndose para el país un porcentaje significativo de los excedentes que se generen para que sirvan de pilar a una estrategia nacional de desarrollo. Mientras no se avance en esa dirección, grandes beneficiarios de la explotación en el caso del cobre de la gran minería seguirán siendo un grupo reducido de poderosos consorcios privados.

El fisco chileno percibió en este lapso ingentes ingresos provenientes de las explotaciones de la gran minería cuprífera. La pregunta es qué se hizo con ellos. La ley de responsabilidad fiscal permite destinar a gasto público sólo hasta el indicador de tendencia de la cotización del cobre, que se fija anualmente para la elaboración del presupuesto de la Nación. Ello generó elevados superávits que, en lo fundamental, se colocaron unilateralmente en fondos soberanos en el exterior, sin plantearse la posibilidad de destinar parte de ellos a fines alternativos, como contribuir a modificar la deformada estructura productiva del país o mejorar las condiciones de vida de amplios sectores de la población.

Por Hugo Fazio, Economista y director de la Fundación Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (Cenda).

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