Una energía favorable para el desarrollo local y regional

9 septiembre, 2013
Una energía favorable para el desarrollo local y regional
Columna de opinión de Pedro Mathei
Pedro Matthei

Para seguir fomentando las ERNC, y en especial la pequeña hidroelectricidad, es muy importante hacer un esfuerzo por agilizar los proyectos en el Parlamento y reducir la discrecionalidad en el sistema de evaluación ambiental

Las pequeñas centrales hidroeléctricas (PCHs) son, desde hace dos siglos, una excelente manera de generar energía en Europa, a tal punto que en ese continente hay 14 mil en operación y en países como Noruega y Austria un porcentaje muy alto de la matriz energética es alimentada por la hidroelectricidad. El hecho de que generen energía limpia, de que sus impactos, si es que se producen, sean mitigables y que tengan externalidades positivas para las comunidades aledañas, han sido buenas razones para su expansión.

En Chile, si bien el uso de esta tecnología es más reciente, las PCHs están en pleno crecimiento. Esto se traduce en más de 50 centrales operando, que sobrepasan los 300 MW de capacidad instalada, alrededor de 50 MW en construcción y cerca de 400 MW en tramitación ambiental. Además, después de la minería, es uno de los sectores que más ha invertido en los últimos años en la economía nacional. A futuro esa inversión podría ser muy superior si se considera que el sector mini hidro tiene un potencial estimado en más de 10 mil MW, equivalente a suministrar energía a cinco millones de hogares.

Por estos motivos, nos parecen cruciales los proyectos de ley que se discuten en el Parlamento, como el de concesiones y servidumbres, el de carretera eléctrica y el de licitación por bloques de ERNC. Estas iniciativas apuntan a cumplir con la meta planteada por los últimos gobiernos de aumentar significativamente la participación de ERNC en la siguiente década.

Dada nuestra vulnerabilidad en este campo por la dependencia de los combustibles fósiles que debemos importar, el sector mini hidro presenta la ventaja estratégica de generar una energía nuestra que contribuye a reducir la huella de carbono y a mitigar el calentamiento global. Las PCHs favorecen, también, la descentralización al llevar energía para emprendimientos industriales en zonas aisladas y sirven para racionalizar el recurso hídrico, cuando se construyen en sociedad con organizaciones de regantes agrícolas, que consiguen por esta vía, recursos para la innovación en sistemas de riego.

Creemos que para seguir fomentando las ERNC, y en especial la pequeña hidroelectricidad que es, como lo reconocen los especialistas, una de las tecnologías más competitivas y seguras, es muy importante hacer un esfuerzo por agilizar los proyectos en el Parlamento y reducir la discrecionalidad en el sistema de evaluación ambiental.

Hacemos un llamado, por último, a nuestros legisladores, a las comunidades y organizaciones sociales, a que conozcan y difundan los múltiples beneficios de las PCHs, para que nos ayuden a continuar consolidándonos como una gran plataforma de desarrollo local y regional.

Por Pedro Matthei, Presidente de la Asociación de Pequeñas y Medianas Centrales Hidroeléctricas, Apemec.

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