Revista Nueva Minería

Ricardo López, presidente ejecutivo y gerente General de Minera Caserones de Lumina Copper Chile. (Foto: Minera Caserones).

“Una vida dedicada a la minería”, dice el propio ejecutivo, que le valió ser reconocido por el IIMCh como el “Profesional Distinguido” de este año, en el marco de su convención anual. No en vano, en sus 27 años de carrera en el rubro ha debido asumir los retos más desafiantes en diferentes faenas del país.

En la soledad de los cerros se forja la carrera de un minero. Es aquí donde se plasma y culmina todo lo aprendido por los profesionales que extraen las riquezas desde las profundidades de la tierra.

Este sería el resumen que podría coronar la trayectoria de todo hombre o mujer que se sumerge en los tesoros que esconde la tierra. Y si hay alguien que ha retratado estas características a la perfección ha sido Ricardo López Vergara, actual presidente ejecutivo y gerente General de Minera Caserones de Lumina Copper Chile.

“Una vida dedicada a la minería”, dice el propio ejecutivo, que le valió ser reconocido por el Instituto de Ingenieros de Minas (IIMCh) como el “Profesional Distinguido” de este año, en el marco de su convención anual. No en vano, en sus 27 años de carrera en el rubro ha debido asumir los retos más desafiantes en diferentes faenas del país.

De profesión ingeniero civil en minas de la Universidad de Santiago de Chile con estudios de postgrado en Chile y España, López comenzó a adentrarse en la minería cuando estaba en plena fase de despegue. Fue así como en 1987 se desempeñó como memorista en la división Andina de Codelco.

Luego, ya contratado, demostró sus capacidades profesionales las que fueron reconocidas al poco tiempo de arribar a Andina, asumiendo diversos cargos de alta responsabilidad. De esta manera, ejerció como jefe de turno; jefe de camino y transporte; jefe de operaciones y finalmente jefe de ingeniería del Proyecto Expansión Andina a 62 mil toneladas por día de mineral enviado a proceso.

Más tarde, en 1999 emigró a Chuquicamata, Codelco Norte, donde usó por última vez el título de “jefe”. En este caso se desempeñó como jefe del proyecto Chuquicamata, para luego ejercer como superintendente de Mina Sur. Tras estos cargos, cerró su paso por Codelco como gerente de Gestión de Producción de las minas Chuquicamata, Radomiro Tomic y Mina Sur, con sus respectivas plantas de proceso.

Pero fue en el 2006 cuando el rumbo de su profesión tomaría otros caminos de mayor compromiso. En ese entonces, el actual presidente ejecutivo de Codelco, Nelson Pizarro, lo invitó a integrarse como ingeniero senior de Lumina Copper, con la idea de colaborar en la generación de un nuevo proyecto que borrara el concepto optimista y comercial del entonces proyecto “Regalito”, nombre dado por sus ex dueños que apostaban por un fácil desarrollo y rápida construcción.

Y es precisamente en esta última compañía donde Ricardo López contribuyó con su experiencia, junto a otros ingenieros, en desarrollar y construir el proyecto Caserones, ex “Regalito”. Rápidamente, gracias a sus méritos, ejerció mayores responsabilidades dentro del proyecto, primero como gerente de Mina, y luego como gerente de operaciones, subgerente general, y hace un par de meses como presidente ejecutivo y gerente General de Minera Caserones de Lumina Copper Chile.

“Es notable que Ricardo haya aceptado ser parte del equipo que transformó el mal concebido proyecto Regalito hasta convertirlo en lo que es hoy, aunque la historia verdadera y completa de su transformación y ejecución aún no es contada, porque quedan capítulos por vivir y escribir de Caserones”, destacó Carlos Vega, ex presidente del IIMCh, al momento de entregarle el premio al ejecutivo.

De profesión ingeniero civil en minas de la Universidad de Santiago de Chile con estudios de postgrado en Chile y España, López comenzó a adentrarse en la minería cuando estaba en plena fase de despegue. (Foto: Minera Caserones).

Familia y profesión: dos amores

Un hito particular en su historia fue haber conformado su familia bajo el alero de la minería, comenzando por conquistar y convencer a su mujer Verónica para que se casara, llevándola a vivir a un campamento minero. A Ricardo, su primer hijo, le siguieron María Daniela y Benjamín, quienes se integraron al núcleo familiar plenamente identificado con la actividad minera.
Y es que en su trayectoria, pasión y profesión se han transformado en sinónimos especialmente en un país de profunda tradición minera como Chile. “Así lo concebí desde el comienzo de mi vocación cuando aún cursaba la enseñanza media y durante mis estudios universitarios en los convulsionados años ’80”, dijo López cuando agradeció el galardón otorgado.

Gracias a sus logros y un destacado recorrido por los senderos de la minería, el ejecutivo es voz autorizada a la hora de proyectar el futuro de este sector ancla en la economía chilena. Y la pregunta es directa: ¿cómo necesitamos que sean los ingenieros de minas del mañana? ¿Cómo vemos a los ingenieros de minas del futuro?

Su punto de vista es claro. “Los vemos como profesionales calificados e íntegros, que actúan sobre bases éticas y técnicas, en forma segura, sustentable, respetuosa. Lo vemos como alguien que suma voluntades, que detecta inquietudes y alivia expectativas. Como un profesional que innova, introduce nuevas tecnologías, administra con eficiencia los procesos y a su gente. Que crea certeza donde hay incertidumbre, que enfrenta proactivamente los desafíos, que convive con el entorno y comparte faena con sus colegas”, manifiesta enfático. Sabias frases que, de seguro, se convertirán en aprendizaje obligado para las futuras generaciones de especialistas en minería.