Reforma laboral ¿El camino hacia un mayor diálogo en las empresas?

15 diciembre, 2014
cut trabajadores

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Ha sido definido como uno de los pilares del programa de gobierno de la presidenta Bachelet. La reforma laboral vuelve a poner en el tapete demandas históricas que aún esperan ser resueltas ¿Las modificaciones apuntarán al fortalecimiento del diálogo en las empresas? La respuesta aún está pendiente.

Camila Morales – Revista Nueva Minería y Energía
 

La primera huelga legal en la minería privada. Esta fue una de las noticias que a mediados de noviembre remeció a la industria, luego de que los supervisores de Anglo American aprobaran la primera detención de actividades de profesionales en la minería privada del cobre en Chile.

Más que calmar las aguas, esta decisión se sumó a la lista de hechos que este 2014 han generado debate en materia laboral. El empleo temporal, la negociación colectiva, la conformación de sindicatos y el aumento del salario; son los temas que tanto en el aparato público como privado han vuelto a reflotar.

Basta recordar cuando en el marco de las elecciones presidenciales, la entonces candidata Michelle Bachelet dio a conocer los “50 compromisos para los primeros 100 días de gobierno”, donde se incluía el fortalecimiento de la relación entre empleadores y trabajadores.

“Debemos perfeccionar y potenciar la negociación colectiva y de esta forma, la capacidad de los trabajadores para negociar mejores condiciones laborales y mejores salarios. Por ello impulsaremos una agenda laboral”, indica el programa de la candidata difundido en octubre de 2013.

A más de un año de este hecho, el escenario en materia laboral continúa siendo un tema pendiente. Mientras tanto, asociaciones, trabajadores, empleadores, autoridades y organismos internacionales, han dado a conocer su parecer sobre los cambios que el ejecutivo espera implementar.

El propósito es que antes de que finalice 2014 el gobierno envíe la reforma laboral al Congreso. En esta espera, la poca claridad de las medidas y las declaraciones de algunos integrantes del gobierno, ha encendido la llama de una discusión que parece estar lejos de acabar (ver recuadro 1).

Sindicatos, el foco de interés

De acuerdo datos de la Dirección del Trabajo, en Chile cerca del 12% de los trabajadores está sindicalizado, porcentaje que se encuentra muy por debajo de los países que integran la OCDE, donde el promedio es de un 30%, o países de la región como Argentina, donde los empleados que forman parte de una agrupación de este tipo es de un 37%.

Dado estos resultados, la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, ha demandado por años reformas que permitan aumentar el poder de los sindicatos al interior de las empresas. Para Nolberto Díaz, vicepresidente de esta asociación, actualmente existe una asimetría de poder que es necesaria modificar.

“Hoy, sólo un 12% de los trabajadores chilenos esta sindicalizado, y un porcentaje menor a eso negocia colectivamente. Estas cifras deberían llamar a la reflexión no sólo a los trabajadores y al gobierno, sino que también al empresariado chileno que aún entiende las relaciones laborales al interior de las empresas de una manera vertical”, explica el dirigente de la CUT.

Para esta asociación, es necesario que la reforma apunte hacia temas esenciales, como lo es establecer una negociación colectiva reforzada que considere la titularidad sindical, pisos mínimos de negociación y un tema que desde el ejecutivo lo han establecido como medida prioritaria: el fin del reemplazo en caso de huelga.

Pero, estos cambios no son medidas que todos comparten. Para Luis Lizama, abogado y ex jefe del Departamento Jurídico de la Dirección del Trabajo, negociar colectivamente a través de un sindicado atenta contra la libertad y la autonomía de los trabajadores.

“Las ideas de ‘monopolio sindical’ o ‘titularidad exclusiva’ son malas. Hasta ahora el gobierno ha descartado la afiliación automática sindical y la existencia de un sindicato único en la empresa, sin embargo, insiste en la eliminación de los grupos negociadores y el goce automático de beneficios por afiliación sindical. Es decir, sólo se puede negociar colectivamente a través del sindicato, lo que obliga a los trabajadores a ser parte de esta organización”, precisa Lizama.

A pesar de las desavenencias, desde el gobierno se muestran convencidos de que la reforma forma parte de la tríada esencial para reducir las brechas de desigualdad: reforma tributaria, educacional y laboral. Para lograrlo, el ejecutivo estima que la negociación colectiva debe desarrollarse exclusivamente por el sindicato más representativo.

“Hoy, de alguna manera, se aplica la lógica de dividir para gobernar. Están todos los incentivos para no tener sindicatos, o para tener muchos sindicatos que representan un número variado de personas. Los procesos se vuelven bastante caóticos, y eso debe cambiar”, indicó la ministra del Trabajo, Javiera Blanco, al momento de dar a conocer detalles de la agenda laboral.

El momento de las negociaciones

En materia laboral, las negociaciones están a la orden del día. Para fortalecer este proceso colectivo al interior de las empresas, las negociaciones entre el sector privado, los trabajadores y el gobierno, también se han intensificado durante este año.

Para Andrea Repetto, economista y directora del Centro de Políticas Laborales de la Universidad Adolfo Ibáñez, una reforma a los derechos colectivos y a la negociación puede ser una modificación virtuosa que es necesario apoyar.

“Es de suma importancia revisar el contexto completo en el que se desarrolla la negociación colectiva, incluyendo la formación de los sindicatos, el procedimiento de la negociación, la solución de conflictos, el reemplazo en huelga, el rol de los grupos negociadores y las materias que se pueden negociar. No se puede revisar una de las áreas sin mirar los efectos sobre el todo”, precisa Repetto.

En Chile, la cobertura de negociación alcanza un 10%, muy por debajo de países como Uruguay y Argentina, donde esta instancia en las empresas alcanza cerca del 90 y 60%, respectivamente, según datos de la Organización Internacional del Trabajo, OIT.

Es por ello que uno de los puntos claves de la agenda laboral se centra en el fortalecimiento de la negociación colectiva. “Conforme más sindicatos y empleadores negocien en conjunto, mejor serán las condiciones laborales de los trabajadores y la productividad de la empresa. Hay que desterrar miradas antiguas de que negociar o tener sindicato es malo”, dice el vicepresidente de la CUT.

De acuerdo a lo expresado desde La Moneda, se está analizando que durante el procedimiento de negociación colectiva se reduzca a tres años el tope máximo de la vigencia de los contratos o convenios colectivos, cuestión que la CUT ha abogado porque este tope quede establecido en un plazo máximo de dos años, con un piso mínimo de uno en los contratos.

Asimismo, se fortalecería el mecanismo de que un trabajador pueda sumarse a la negociación sin pertenecer al sindicato, pero tomando mayores compromisos en su posición de “adherente”, como el pago de la cuota sindical durante el proceso y sumarse ante una eventual huelga.

En relación a este nuevo escenario en la negociación, el abogado Luis Lizama considera que la modificación tiene errores de diagnóstico. “Se quieren eliminar los grupos negociadores como titulares de la negociación colectiva, aunque de los 827 mil trabajadores cubiertos por un instrumento colectivo, casi el 13% negoció a través de un grupo. O sea, en vez de promover la negociación colectiva se limitaría el acceso a la misma”.

¿Qué sucede en la minería?

La minería es uno de los sectores económicos donde predominan las negociaciones colectivas. (Foto: Codelco)

La minería es uno de los sectores económicos donde predominan las negociaciones colectivas. (Foto: Codelco)

Para quienes forman parte de la industria minera, gran parte de las temáticas que el gobierno está abordando en materia laboral se han resueltos en este sector. Diferentes horarios laborales, la implementación de sistemas de turnos y las negociaciones colectivas, son aristas que difieren de otras actividades económicas.

Esto se vio reflejado en las declaraciones de Diego Hernández, presidente ejecutivo de Antofagasta PLC, quien aprovechó su participación en un evento del sector para referirse al tema que las últimas semanas ha copado los titulares en los medios de comunicación.

“Hemos tenido demasiados cambios que crean incertidumbre, es posible adecuar y mejorar la legislación, pero no veo la necesidad de realizar una reforma radical. Nuestra preocupación es que en esta reforma se pongan requisitos adicionales que en su aplicación sean difíciles de cumplir”, declaró Hernández.

En esta misma línea, el abogado Luis Lizama cuestiona los efectos de esta reforma en la minería. “Los trabajadores de la minería han aumentado sus salarios un 82% y su productividad sólo creció en 36%. Con mayor capacidad de negociación lo que se debería esperar es un deterioro mayor de la competitividad de la industria”, indica.

Pero, existen otras aristas que la agenda laboral no incluye y que para los trabajadores aún forman parte de los desafíos. “Hay materias que la legislación aún no regula en detalle, como los efectos que genera en los empleados el trabajar sobre los 4 mil o los 5 mil metros sobre el nivel del mar”, ejemplifica Nolberto Díaz.

Asimismo, en el caso de la minería, abordar la relación de las empresas subcontratistas y sus trabajadores, así como los beneficios de este tipo de empleados en comparación a los que forman parte de la empresa mandate, es una realidad necesaria de inspeccionar, según los trabajadores.

¿Qué incluirá finalmente la reforma laboral? Para Andrea Repetto, lo primordial es “fortalecer las instancias de diálogo bien balanceadas entre empleadores y empleados. Aquí hay un espacio para que todos los actores ganen”, afirma.

Es así como “el tercer pilar estratégico del programa de gobierno”, como lo han definido desde el ministerio del Trabajo, es el protagonista de un clima donde la alianza público – privada aún no encuentra consenso.

La CUT y los cuestionamientos a la reforma

A pesar de que el ejecutivo logró conciliar acuerdos en las principales aristas de la reforma con la CUT, esta asociación ha manifestado sus discrepancias con algunos temas que tendrán cambios que “no atentan al problema de fondo”.

“Hasta el momento el gobierno ha señalado la manera en cómo va a abordar los 9 temas que son parte de la reforma laboral que propuso Michelle Bachelet en su programa de gobierno, y nosotros le hicimos presente nuestros 25 puntos que creemos debe abordar esta reforma”, indica Nolberto Díaz.

Entre los temas que no han sido nombrados en la reforma y que la CUT considera pertinentes incluir está la negociación interempresas, la modificación a los artículos 161 y 159 del código del trabajo que regula los despidos, sanciones a prácticas antisindicales y la eliminación de las empresas estratégicas.

Adicional a aquello, se suma la fecha en que será enviado el proyecto al Congreso. Si bien tras reuniones entre el gobierno y la CUT se estableció el 31 de diciembre como fecha tope para su envío, según trascendidos, el ministerio del Trabajo analiza enviar la reforma no antes del primer trimestre de 2015, cuestión por la que la CUT no descarta llamado a paros y manifestaciones.

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