¿Qué depara el 2016 para el metal rojo?

17 noviembre, 2015
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Ha sido uno de los debates más recurrentes en la industria. Las proyecciones del precio del metal rojo y sus efectos en la economía nacional, no han dejado a nadie indiferente. Frente a este escenario de incertidumbre y a sólo semanas de la emisión de balances sobre el comportamiento del rubro este 2015, expertos e instituciones dan a conocer sus perspectivas sobre el cobre; el “sueldo de Chile”.

Camila Morales
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Era diciembre del año 2010 cuando los medios de comunicación informaban sobre un hecho histórico. Con un crecimiento del 23% durante ese año, el cobre alcanzaba su valor más alto en la historia al llegar a transarse en la Bolsa de Metales de Londres (LME) a US$ 4,1 la libra aquel jueves. Fue una noticia aplaudida por diversos actores de la industria nacional.

Desde el sector público y privado surgieron elogios y proyecciones positivas sobre el futuro de la producción del metal rojo. Incluso, algunas instituciones se aventuraban a afirmar que aquellos niveles de precios permitirían gatillar decisiones de inversión y que los márgenes para la capacidad instalada continuarían altos.

Es así como el precio promedio del cobre durante el 2010 superó en 46% al del año previo, posicionándose como el mayor valor nominal de la historia y uno de los mayores en términos reales. Para los expertos, en este escenario la demanda de China explicaba casi un tercio de este incremento, por lo que a pesar de su moderación, continuaba siendo el motor de consumo del metal.

¿Qué vino después? Lo que sigue ya es conocido por todos. Posterior a este periodo de bonanza con altas inversiones en el sector, los altos precios del metal rojo comenzaron a declinar, se registró una moderación del consumo de China, y la consecuente volatilidad en los mercados financieros -entre otros factores políticos, económicos y sociales-, dificultaron las proyecciones del precio del cobre.

Tras casi cinco años de aquel día de diciembre de 2010 en que el cobre anotó un registro histórico, la industria ha evidenciado las repercusiones de la inestabilidad del precio de este metal a tal punto que, según expertos, su descenso amenaza la rentabilidad minera y nuevas obras. Un golpe bajo para las empresas mineras que han aterrizado en el país.

Con este escenario como telón de fondo, ¿qué sucederá con el cobre en 2016?, ¿cuáles son los principales desafíos para amortiguar la baja en el precio? Expertos responden a esta y otras interrogantes a semanas de culminar un año que nuevamente se ha caracterizado por bajas históricas del metal.

Nuevo año, los mismos desafíos

Economía china, judicialización de proyectos, nuevas regulaciones y normas, baja en las leyes y alza en los costos de producción. Estos son algunos de los factores que emergen en la discusión a la hora de argumentar la baja sostenida en el precio y en la producción de cobre durante este año.

En la opinión del gerente de Estudios del Consejo Minero, José Tomás Morel, “el reto permanente es la contención de costos. En este desafío hay un rol para las empresas, que en sus decisiones de gestión deben profundizar la búsqueda de mayor productividad. Pero también hay un rol importante para el Estado, que debe velar por mantener un marco regulatorio que no imponga costos excesivos e infundados a la actividad minera”.

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En el periodo enero-septiembre de 2015 las importaciones de cobre de China registraron un alza de 1%, frente al aumento de 16,2% en igual periodo de 2014. (Foto: Codelco)

En relación al ítem costos, Chile ha sabido de alzas. Los gastos de producción promedio en la industria pasaron de US$ 89 centavos a US$ 2,55 por cátodo de cobre en diez años, lo que incluye costos operacionales, depreciación, intereses y costos indirectos. Un aumento del 187% en los gastos de producción en una década, según un estudio realizado por Sonami.

Para el académico de la Universidad Católica de Chile, Gustavo Lagos, este factor es elemental combatirlo para tener mejores perspectivas del cobre en 2016. Pues, aunque Chile muestra ventajas en potencial geológico, los costos de producción es una de las aristas que incluso se encuentra bajo la media en comparación a otros países mineros, de acuerdo a un informe de Cochilco.

“En la industria se debe aumentar leyes de corte para mantener producción a menor costo, reducir actividades superfluas, reducir los aumentos de remuneraciones en los futuros contratos colectivos, racionalizar los contratos de terceros, reducir personal propio, incluidos profesionales y ejecutivos”, argumenta el académico.

Con los vaivenes del precio de los commodities, los costos de producción se han posicionado como una tendencia a nivel mundial donde Chile destaca por su alto precio de la energía, ítem en que el país figura como el segundo país minero con mayores costos. Por ello, la eficiencia en las operaciones para reducir gastos como el energético, resulta elemental.

Así lo confirma Sergio Hernández, vicepresidente Ejecutivo de Cochilco, quien indica que “durante el reciente superciclo de precios el objetivo fue incrementar los niveles de producción, dejando en muchos casos relegado en un segundo plano la productividad o eficiencia en el control de costos. Hoy el escenario es distinto y se requiere enfocar esfuerzos en una producción eficiente, lo que en un contexto de escasez hídrica, altos precios de la energía y yacimientos cada vez más complejos, implica un esfuerzo aún mayor”.

Sumado a los factores nombrados, también hay otras aristas que el país debe tomar en cuenta para revertir la tendencia. En la opinión de Manuel Riesco, economista del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (Cenda), hay que compensar con un incremento en el gasto fiscal la fuerte baja en la demanda agregada generada por la caída en el precio del cobre, y mantener una política monetaria expansiva.

“En términos más generales, hay que alejarse de un modelo de desarrollo basado en la renta de las materias primas y avanzar hacia una economía basada en la producción de valor agregado; esta última es la única fuente de la verdadera riqueza de las naciones modernas. En lo inmediato, por ejemplo, sería recomendable seguir el ejemplo de Indonesia y exigir a las mineras que refinen en Chile todo el cobre que exportan, lo cual marcaría un giro en la dirección indicada”, detalla.

El factor China

En el periodo enero-septiembre de 2015 las importaciones de cobre de China – que incluye refinado, ánodos y concentrados- registraron un alza de 1%, frente al aumento de 16,2% en igual periodo de 2014. ¿Cuáles son las proyecciones en la demanda de este país asiático para el próximo año? Para Cochilco, las expectativas son más bien optimistas.

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Aunque el gobierno proyectó un precio de este metal para la ley de presupuesto del 2016 de US$2,98 la libra, las estimaciones de Cochilco ya desestimaron las expectativas del ejecutivo.

“Para 2016 proyectamos que la demanda de cobre de China crecería un 3%. Este crecimiento implica un volumen de demanda de 11,9 millones de toneladas de cobre refinado lo que representa cerca del 50% del consumo mundial. La demanda incremental se ubicaría en 347 mil TM, lo que equivale casi al 70% del aumento del consumo mundial previsto para 2016. Cabe destacar que este crecimiento (3%) se ubica por debajo de lo estimado en junio pasado, cuando se previó un aumento del 4%”, argumenta Sergio Hernández.

Una visión más escéptica es la que mantiene José Tomás Morel sobre este tema. A pesar de que el gobierno de ese país ha afirmado que el crecimiento de la economía china no debería bajar del 6,5% anual entre los años 2016 y 2020, las expectativas respecto a la demanda de metal rojo son más bien cautas a la hora de hacer una proyección.

“Evidentemente el mercado chino es fundamental para el comportamiento del precio del metal, ya que consume sobre el 45% de la demanda. Mientras China no se estabilice y no conozcamos las cifras reales de ese mercado, será difícil saber cuándo va a cambiar el escenario actual. Nadie sabe a ciencia cierta cómo evolucionará la desaceleración china, por lo que es difícil elaborar perspectivas”, indica el representante de Consejo Minero.

En relación a este tema, otro factor que algunos analistas posicionan en el debate, es la especulación. Para Manuel Riesco, el precio del cobre en el largo plazo no está determinado por sus llamados “fundamentos”, es decir, por la demanda productiva del metal, sino por la componente especulativa de la demanda total de cobre.

“Para entender el comportamiento del precio del cobre hay que recordar siempre que el mismo se determina exclusivamente por la demanda y que ésta tiene dos componentes: producción para consumo final y especulación. Es esta última la que resulta determinante en períodos de crisis de los países centrales y también en China. En resumen, la demanda productiva de cobre para consumo humano final, indican que ésta debería aumentar y no disminuir durante las dos décadas siguientes, tal como sucedió durante los años 1980 y 1990”, precisa el economista.

¿Y el precio?

A inicios de noviembre, Cochilco dio a conocer un informe sobre el pronóstico del precio nominal del metal rojo, donde se indica que para el próximo año, en un contexto de mediano plazo, el valor promedio anual estimado por los quince especialistas encuestados fue de US$ 2,43 la libra de cobre. De esta forma, la proyección del precio evidenció un importante retroceso de US$ 46 centavos respecto al mismo ejercicio efectuado en abril de 2015.

¿Cuál será el rango de precio efectivo en que se situará la libra de cobre? Aunque el gobierno proyectó un precio de este metal para la ley de presupuesto del 2016 de US$2,98 la libra, las estimaciones de Cochilco ya desestimaron las expectativas del ejecutivo. Para Gustavo Lagos, dado que China no repuntaría su crecimiento económico, el precio no tendrá ascensos relevantes.

“El precio se situaría en una banda entre 2,30 y 2,50 c/lb. Consensus Forecast proyecta un crecimiento industrial de China que resulta en no aumento del consumo de cobre en 2015, un 1% en 2016 y 1,5% en 2017. Por otra parte, la producción de mina aumentará en más de 4% en 2015 y 2016, a pesar de los cierres anunciados”, detalla el académico.

Mientras tanto, para José Tomás Morel “el valor de la libra de cobre estará entre los US$ 2,50 y US$ 2,60, tomando en cuenta la volatilidad en el mercado mundial generada, en gran medida, por la desaceleración China. A esto se suma la situación de las tasas de interés en Estados Unidos que agrega incertidumbre a la economía global”.

Una proyección más tajante tiene el economista Manuel Riesco, quien afirma que “en estos mercados puede pasar cualquier cosa, incluyendo recuperaciones tan súbitas como transitorias. Sin embargo, es probable que el precio del cobre continúe oscilando hacia abajo, traspasando su promedio de dos dólares por libra en el curso del próximo quinquenio y rozando sus mínimos históricos de un dólar por libra en el quinquenio siguiente, antes de iniciar una nueva recuperación secular”.

Es así como a sólo semanas de culminar este 2015 las proyecciones y expectativas del precio del metal rojo no se han hecho esperar. Con argumentos semejantes o disímiles, diversos expertos coinciden que, tal como precisa Sergio Hernández, el monto a pagar por la libra de cobre “no se modificará de manera relevante debido a la coyuntura actual del mercado del cobre”. ¿Estas proyecciones se concretarán? No queda más que esperar el dinamismo del metal rojo en 2016 para evaluar las expectativas del precio del cobre; el metal que en Chile vale oro.

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