Proyectos mineros: Recobrando el rumbo

26 febrero, 2018
Foto-ilustración Minería (Fabián Rivas)

(Foto - ilustración: Revista Nueva Minería y Energía)

(Foto – ilustración: Revista Nueva Minería y Energía)

Los últimos años en el sector minero han sido para el olvido. Pero este 2018 las cosas podrían ser diferentes. Actores de la industria coinciden en que el precio del cobre se mantendrá más alto que en los años anteriores, elevándose a US$3,06 la libra, según la proyección oficial de Cochilco. Estimaciones algo más optimistas, aunque no exentas de desafíos para el rubro.

Por Daniela Tapia
Revista Nueva Minería y Energía
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Un año de contrastes. Así parece haber sido 2017 para la minería en Chile, según coinciden varios especialistas, resumiendo con esa frase un año marcado por tibias señales de recuperación para el sector.

Si bien el año comenzó con una lenta pero constante recuperación del precio del cobre, que volvió a subir luego de un ciclo bajo que se prolongó por al menos tres años, la industria siguió mostrando cierta cautela. Cada vez que pudieron, los principales actores del sector recordaron una y otra vez que las mejores perspectivas estaban todavía lejos del escenario que vivió la minería en el período del llamado “superciclo”.

De todos modos, el cobre mostró un alentador comportamiento durante el año. Si su último precio del año 2016 había alcanzado los US$ 2,49 la libra en la Bolsa de Metales de Londres, el cobre cerró 2017 con un valor de US$ 3,25, marcando un alza de 30,10% en un año. Un incremento que no se veía desde 2010, cuando el metal subió 30,56% respecto al año anterior.

Las sucesivas alzas del metal rojo elevaron su precio promedio anual a US$ 2,79 en 2017, casi 60 centavos más que los US$ 2,20 que promedió el año anterior, marcando el punto más bajo del ciclo reciente.

De acuerdo a Sonami, esta alza del precio ha elevado las expectativas de los agentes mineros, lo que ha permitido que “las perspectivas para la industria en los años venideros se proyecten promisorias”, según destaca Álvaro Merino, gerente de Estudios del gremio.

Sin embargo, y pese al importante aumento en la cotización del cobre, 2017 también estuvo marcado por una caída en el PIB minero debido a una menor producción cuprífera del país. Un descenso que se explica principalmente por la prolongada huelga que afectó a Minera Escondida (43 días).

Desde la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), en tanto, afirman que el 2017 terminó siendo probablemente el último año de “ajustes” en torno a las reducciones de personal y de costos. “No porque no sea necesario continuar haciéndolos, sino porque el nuevo escenario de precios complica aún más la continuidad de dichos ajustes. Para la minería nacional no ha sido muy positivo toda vez que la producción de cobre del año pasado cayó 1,7% respecto al 2016”, explica Jorge Cantallopts, director de Estudios y Políticas Públicas de Cochilco.

Aspectos positivos

No sólo el precio destacó entre los aspectos positivos que dejó 2017. Desde el Consejo Minero también valoran el trabajo que se realizó en Alianza Valor Minero en relación a la definición de un marco para un diálogo permanente con las comunidades con un esquema de solución de conflictos; y la propuesta de creación de la oficina de grandes proyectos.

En el organismo también destacan la implementación del proyecto Eleva, de la mano de la Subsecretaría de Educación para la expansión del proyecto que la entidad ha venido desarrollando bajo el alero del Consejo de Competencias Mineras; la aprobación de un reglamento de seguridad que fue ampliamente discutido y liderado por el Ministerio de Minería, y el informe de productividad de la gran minería del cobre que realizó la Comisión Nacional de Productividad.

“Aunque el año pasado fue favorable para la industria en general, también hubo una baja importante en la producción derivada de la paralización de algunas faenas. En este contexto, el rechazo del proyecto Dominga y la última resolución de Pascua Lama son muy malas noticias para el sector”, dice Joaquín Villarino, presidente ejecutivo del Consejo Minero.

En el Consejo Minero esperan una estabilidad en el precio del cobre en torno a los US$3 la libra para este año. (Foto: Codelco)

Proyecciones 2018

Finalmente, a la hora de los balances, 2017 salió bien parado, en lo que se espera sea una tendencia positiva que pueda prolongarse en el tiempo. Al menos, para este año, las estimaciones son auspiciosas.

Estas proyecciones más favorables se sustentan en gran medida por el factor precio. Todo parece indicar que el cobre continuará con su tendencia al alza. Así al menos lo ha confirmado Cochilco, que elevó su propia proyección de precio para este año a US$3,06 la libra, valor superior a los US$2,95 la libra que la entidad estimó en su anterior pronóstico, en octubre pasado.

En el marco de la presentación del Informe de Tendencias del Mercado Internacional del Cobre, correspondiente al cuarto trimestre de 2017, el vicepresidente Ejecutivo de Cochilco, Sergio Hernández, agregó que para 2019 se estima que el precio del metal rojo promediará los US$3,11 la libra, alza que se explica principalmente por la percepción de vulnerabilidad de la oferta de cobre durante 2018, debido al número de operaciones mineras en Chile y Perú que deben desarrollar procesos de negociaciones colectivas.

Hernández también indicó que otra razón se relaciona con la expectativa de que podría producirse un déficit de cobre en el mercado dadas las recientes medidas implementadas en China de imponer restricciones a la importación de cierto tipo de chatarra de ese metal y limitar temporalmente la operación de algunas fundiciones por razones ambientales.

“Esta situación, además, se caracteriza por la fuerte exposición del cobre por parte de fondos de inversión y coberturas que han elevado la volatibilidad del precio y las expectativas que se mantenga la tendencia de depreciación del dólar estadounidense”, según explicó el representante de Cochilco.

De acuerdo a la entidad, considerando las condiciones de oferta y demanda, se prevé un déficit de cobre refinado de 175 mil toneladas para 2018 y de 97 mil para 2019.

“Estos volúmenes de déficit representan entre 4 y 2 días de consumo global, es decir, mercados técnicamente en equilibrio. Los inventarios globales se situarían por debajo del promedio de 2017 y la disponibilidad de chatarra se reducirá, a pesar de que el precio del metal permanecerá alto”, agregó Sergio Hernández.

Asimismo, desde Sonami estiman un crecimiento del PIB sectorial minero en 6%, debido a un importante aumento en la producción. Esta será impulsada fundamentalmente por el cobre, que crecerá en torno a 7%, llegando este año a un nivel cercano a las 5.900.000 toneladas.

Las razones que explican este fuerte incremento se sustentan en la baja base de comparación y la recuperación de la producción de Escondida, principal yacimiento de cobre de Chile y del mundo, que estará operando con tres plantas concentradoras.

En otras palabras, la minería podría ser uno de los motores que impulsarán el crecimiento de Chile durante este año, que se situará en torno al 3%, según proyecta Álvaro Merino, gerente de Estudios de Sonami.

Sin embargo, el ejecutivo advierte que estas proyecciones deben tener “una dosis de cautela” por posibles imprevistos que podrían ocurrir durante el año, como eventuales huelgas.

“Desde el punto de vista de la producción, se debe tener presente que este año se van a efectuar más de 25 negociaciones colectivas en la minería, de modo tal que si eventualmente paralizan algunas actividades mineras, tanto la producción como el crecimiento proyectado, podría ser menor”, reconoce Merino.

En tanto, en el Consejo Minero esperan una estabilidad en el precio del cobre en torno a los US$3 la libra. “Esperamos ver un mejor precio del hierro, oro y plata, aunque no tenemos tantos antecedentes buenos como en el caso del cobre”, admite el presidente ejecutivo de la entidad, Joaquín Villarino.

Ahora bien, en cuanto a la producción chilena de cobre de 2017 ésta se situaría en 5,47 millones de toneladas con una baja de 1,5% respecto del año previo. Mientras que para este año la producción chilena de cobre se expandiría 4,9%, situándose en 5,74 millones de toneladas, “asumiendo que Minera Escondida recuperará sus niveles de producción”, aclara Cochilco.

En tanto, la proyección para 2019 anticipa una producción de 5,91 millones de toneladas, según las estimaciones que maneja Cochilco (ver gráfico).

Retos a futuro

Si bien las proyecciones en general son positivas para 2018, este año también estará marcado por las negociaciones colectivas, las que tendrán lugar en varias de las compañías mineras más importantes que operan en Chile. Esto preocupa a la industria, ya que todavía está muy presente la experiencia vivida en Minera Escondida el año pasado.

Con este escenario, los gremios mineros han llamado a que los procesos de negociación se desarrollen con “altura de miras y con proyección a largo plazo”, generando valor para todas las partes.

En la industria hay confianza en que las mejores proyecciones reactivarán las inversiones. En la foto, la mina Antucoya, inaugurada el año pasado. (Foto: Antofagasta Minerals)

“Que reine e impere la sensatez en estos procesos y no tengamos negociaciones colectivas conflictivas con huelgas prolongadas. Sobre todo que se respete el Estado de derecho y el marco que las regula, aprobado en la última reforma laboral”, dice Joaquín Villarino, máximo dirigente gremial del Consejo Minero.

A esto se suma que junto con el férreo control de costos, uno de los grandes desafíos de la minería local será aprovechar la ventana de oportunidades que se está generando a partir de la mejora en el precio de los commodities y la reactivación de la inversión en el sector a nivel mundial.

“Es por ello que hemos reiterado la necesidad de parte del nuevo gobierno de explicitar que la inversión es bienvenida en el país. Hay que reencantar a los empresarios para que vuelvan a invertir en la minería local”, añaden desde Sonami.

Una apreciación que comparten en Cochilco, enfatizando en la necesidad de aumentar la productividad en un escenario de precios distintos, “donde en algún sentido múltiples actores buscarán recuperar parte de lo perdido en los ajustes concretados en los años previos”.

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