Plantas de desalinización: tendencia al alza

16 julio, 2017
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Planta desalinizadora de Minera Escondida. (Foto: Minera Escondida)

Planta desalinizadora de Minera Escondida. (Foto: Minera Escondida)

El agua de mar podría alcanzar el 46% de todo el recurso hídrico que demandará la minería del cobre en diez años más.

Daniela Tapia
Revista Nueva Minería y Energía
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El suministro de agua ha sido motivo de preocupación constante para la industria minera nacional, especialmente en el norte, donde prácticamente no quedan fuentes de agua dulce disponibles. Pero poco a poco, este problema va quedando atrás gracias a la larga costa marítima de Chile.

Ya son cada vez más las compañías mineras que han optado por desalar agua del Océano Pacífico y asegurar, de esta manera, el suministro necesario para sus operaciones. Otros incluso han optado por utilizar agua sin desalar para algunos procesos productivos.

Con todo, la opción de la minería por usar agua de mar –desalada y sin desalar- llegó para quedarse. Una tendencia al alza y necesaria, considerando que el consumo anual de agua para la producción de cobre se aproxima hoy a los 600 millones de metros cúbicos, y que podría crecer aún más en los próximos años.

Tecnológicamente, la desalación de agua de mar ha alcanzado una madurez que puede satisfacer las necesidades de agua a gran escala. En este sentido, la purificación de agua mediante el proceso de osmosis inversa se ha demostrado como la tecnología más ventajosa desde el punto de vista técnico-económico respecto de los procesos térmicos convencionales.

Hoy, en lugares tan disímiles como Antofagasta y Caldera existen instalaciones de este tipo que usan agua marina para consumo humano e industrial, y ya hay proyectos en la zona norte y centro del país para al menos incrementar este escenario de aquí al 2020.

De hecho, uno de los proyectos más ambiciosos está en manos de Minera Escondida que construye la mayor desaladora del continente y una de las más grandes instalaciones de este tipo en el mundo. Producirá 2.500 litros de agua industrial por segundo -216 millones de litros al día- para esta faena perteneciente al grupo BHP, y que entraría en operaciones durante este año. Esta es la segunda planta de este tipo que desarrolla el grupo minero, pues en 2006 ya inauguró una planta también para Escondida en la misma zona y que costó US$ 60 millones.

¿Qué viene a futuro? De acuerdo a las proyecciones de Cochilco, para el caso del agua de mar se estima que su consumo alcance el 46% del agua total requerida en la industria minera del cobre en diez años más. Proyección que evidencia que son cada vez más las mineras que se suman a la construcción de sus propias plantas desaladoras o al consumo directo de agua de mar.

En las siguientes páginas, Revista Nueva Minería y Energía revisa algunos casos de plantas desalinizadoras que han puesto en marcha algunas compañías mineras, y que han cambiado la visión de cómo usar el agua en sus procesos productivos.

La apuesta de CAP Minería

En diciembre del año 2014 se inauguró la mina Cerro Negro Norte, de propiedad de CAP Minería, en el que destaca la planta desalinizadora. Con capacidad para generar hasta 600 l/s y que contó con una inversión de US$ 400 millones, ésta se encuentra situada a un kilómetro aproximadamente al sur del puerto Punta Totoralillo, y para transportar el agua hasta la faena se construyó un acueducto de 80 kms, en la misma franja que el concentraducto.

¿Cómo se realiza el proceso? El agua de mar se extrae del océano Pacífico a una profundidad de 17 metros. Desde allí se envía a un pozo de bombeo que la hace llegar hasta la planta desaladora, situada a 1.300 m de la playa. Una vez allí, el agua se somete al proceso de desalación y potabilización y la salmuera resultante es devuelta al mar mediante un sistema de difusores que evita concentraciones de sal nocivas para el ecosistema marino.

“La planta utiliza la tecnología de desalación por osmosis inversa con un pre-tratamiento innovador, técnica especialmente interesante por su flexibilidad, ya que permite tratar diferentes tipos de agua bruta”, asevera la firma minera.

La planta desalinizadora de CAP puede producir diariamente hasta 34 mil metros cúbicos de agua 100% desalinizada, “lo que equivale al consumo de 230 mil personas o 14 piscinas olímpicas”, plantea la compañía. En 2015, la producción llegó a 15 millones de metros cúbicos (m3).

Por otra parte, la planta desalinizadora de CAP amplió su alcance original, que era abastecer sólo parcialmente al complejo minero Cerro Negro Norte. Actualmente la planta desalinizadora de CAP abastece de agua desalinizada a todas las faenas de CAP Minería en el Valle de Copiapó. Además, la planta se expandió en capacidad para poder proveer de agua a otros clientes mineros.

La gestión hídrica de Minera Candelaria

A cuatro años de su puesta en marcha, la planta desalinizadora de Minera Candelaria se ha convertido en el prototipo de la gestión hídrica que ha llevado a cabo la compañía, además de eliminar voluntariamente el consumo de agua fresca de la cuenca del Río Copiapó para su proceso productivo.

La planta, que se encuentra ubicada al interior de las instalaciones del Puerto Punta Padrones en Caldera, tiene capacidad para producir hasta 500 litros por segundo de agua desalinizada de calidad industrial que se obtiene a través de osmosis inversa, para abastecer las operaciones del distrito minero Candelaria en Tierra Amarilla.

Su construcción comenzó en agosto de 2011, luego de la aprobación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y consideró además una línea de transmisión eléctrica y un acueducto de 100 kilómetros de extensión, que conecta a la planta desalinizadora con las operaciones de Candelaria.

La planta desalinizadora entró en operaciones en enero de 2013 “y un hito importante es que desde agosto de 2015 es operada y mantenida por personal propio de Minera Candelaria”, destacan desde la compañía.

Con su puesta en marcha, “los requisitos hídricos del distrito están siendo abastecidos con aguas provenientes de fuentes sustentables”, aseguran en la firma. De esta forma, se ha dejado de bombear del acuífero de Copiapó, una cantidad de agua equivalente al agua desalada y tratada.

En cifras, el balance de aguas de la compañía indica que, en promedio, del total de agua que requieren las operaciones, un 85% corresponde a agua reutilizada o recirculada, un 12% a agua desalinizada y un 3% a aguas tratadas. Y es que la estrategia para el manejo del recurso hídrico que diseñó Minera Candelaria está basada en el concepto “Cero Descarga”, que permite reutilizar en promedio un 85% del agua usada en el proceso minero.

La alternativa de Sierra Gorda

Aunque la compañía Sierra Gorda SCM estudió e implementó un suministro de agua de mar sin desalinización para beneficio del mineral, también ocupa el proceso de desalinización para algunas etapas del proceso productivo como laboratorios, procesos productivos particulares y para abastecimiento de agua potable.

En este sentido, en la compañía optaron por el suministro de agua de mar sin desalinización, captada desde un sistema de enfriadores en una planta termoeléctrica ubicada en la bahía de Mejillones. Este suministro está diseñado para captar esa agua a razón de aproximadamente 1.490 l/s, recurso que es impulsado a Sierra Gorda.

El agua salada descartada, afirman en la compañía, no sólo es usada para sus procesos productivos de beneficio de mineral, sino que también es usada para sus sistemas de emergencia, como red de incendios, y para la aplicación de medidas medio ambientales, tales como humectación de superficie de botadero y de caminos mina, entre otros, lo que aporta a reducir las potenciales emisiones de material particulado de la faena.

En este contexto, del proceso de aducción, más del 90% del agua se usa directamente en procesos productivos de beneficio del mineral, y el porcentaje restante se utiliza para alimentar las Plantas de Osmosis Reversa (RO) para generación de agua desalada que es necesaria para algunas etapas del proceso productivo.

Actualmente el caudal de diseño de las Plantas RO son de 100 l/s y otra de 50 l/s. Estas plantas, según señala la firma, son relevantes para Sierra Gorda en especial para la producción de agua desalada que requiere laboratorios, procesos productivos particulares y uno de los principales usos es para abastecimiento de agua potable.

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