Pequeña minería, grandes desafíos

14 septiembre, 2015
Colombia: Proyecto diferenciaría minería tradicional, artesanal y pequeña

Diferenciaran minería de gran y menor escala en Colombia

Los problemas ocurridos tras el aluvión que azotó al norte del país, sumado al descenso en el precio del metal rojo, dejan entrever los desafíos aún pendientes de este segmento de la actividad. En el mes de la minería, en el siguiente reportaje ofrecemos un diagnóstico sobre el momento que viven los pequeños mineros, trabajadores que en el anonimato dedican su vida a este rubro. 

Por Camila Morales, Revista Nueva Minería y Energía

Los vaivenes de la economía no han pasado desapercibidos para el sector minero. No es novedad que la baja registrada en el precio del cobre en los últimos años, ha complicado el funcionamiento de las operaciones existentes en el país y ha puesto en duda el catastro de grandes proyectos estimados hacia la próxima década.

Si a eso se suma el alza en los costos de operación y la baja en la producción, la fórmula que en 2006 logró que el cobre generara más del 34% de los ingresos percibidos en las arcas fiscales ya parece quedar atrás. Con un aporte al Estado de un 9% en 2014, el sector minero comienza a planear estrategias para mantenerse a raya.

Así lo han expresado las grandes compañías del rubro, quienes reafirman el complejo panorama que viviría esta industria en el corto plazo, si el precio del metal rojo continúa a la baja y no repunta. Frente a este escenario de inestabilidad, también surgen interrogantes sobre otro segmento del área: los pequeños mineros.

Si bien su nivel de producción es considerablemente menor que la mediana y gran industria, a los pequeños mineros se les atribuye un impacto económico local considerable. A modo de ejemplo, en Taltal, localidad alejada de grandes proyectos de la industria, la minería aportó en los últimos años cerca de US$ 43 millones a la ciudad, con una producción que bordea las 10.000 toneladas de cobre fino al año.

Pero a pesar de su activa participación en ciertas localidades del país, la pequeña minería se ha visto envuelta en desafíos que le han sido difíciles de sortear. Sumado a todos los problemas transversales de la industria, la serie de aluviones que azotaron diversas zonas del norte del país en marzo pasado dejó en evidencia los retos pendientes de este segmento.

El efecto precio

Sobrevivir. Esa es la palabra que han adoptado los pequeños mineros luego del descenso que ha tenido el metal rojo en la Bolsa de Metales de Londres. Si en marzo de este año la libra de cobre se transaba en US$ 2,82, cinco meses más tarde ese valor cayó a US$ 2,34, el menor nivel desde hace seis años.

Para Eduardo Catalano, presidente de la Asociación Minera de Copiapó, esta baja en el precio ha obligado a paralizar numerosas faenas de pequeños mineros que no han encontrado soluciones efectivas ni el sustento financiero para continuar operando.

“La baja en el precio es el principal problema que actualmente tenemos. Por eso para nosotros es muy importante el Fondo de Sustentación del Cobre, porque de otra forma no podríamos sobrevivir a este descenso. No es suficiente, pero es una gran ayuda”, precisa Catalano.

Con el propósito de amortiguar los efectos de los bajos precios del metal rojo, en marzo pasado el ministerio de Hacienda aprobó la aplicación del mecanismo de sustentación del precio del cobre pasando de US$ 2,72 a US$ 2,9 la libra, con un tope de 30 centavos.

A grandes rasgos, este mecanismo permite que los pequeños mineros reciban un préstamo cada vez que el metal cae bajo el valor de rentabilidad, tal como ocurrió en 2009, cuando el Estado otorgó a modo de préstamo cerca de US$ 10 millones bajo este mecanismo.

“El precio de sustentación es un gran anuncio de parte del gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, al dar un precio que estaba por sobre las expectativas. Esta era una medida que estaban pidiendo los productores, pues les permite mermar los costos durante la baja del cobre”, señala Igor Díaz, seremi de Minería de la región de Coquimbo.

Aunque el valor establecido por el gobierno fue más bajo que los US$ 3,07 por libra de cobre que el rubro de los pequeños mineros solicitaba, a juicio de la industria, el Fondo de Sustentación del Cobre es un mecanismo efectivo, tomando en cuenta que esta modalidad tuvo una retroactividad a partir del 1 de enero de este año.

Para el vicepresidente Ejecutivo de Enami, Jaime Pérez de Arce, este mecanismo es un método apropiado para cuando el precio del metal rojo esté en descenso. A su juicio, este fondo brinda mayor estabilidad a la actividad, a pesar de los reparos que el sector aún manifiesta.

“Respecto a las inquietudes de los pequeños mineros acerca de que el precio de sustentación no es lo más adecuado, nosotros queremos insistir en que este valor no sea fijado por una autoridad política, sino que vuelva a ser establecido por un comité de expertos del ministerio de Hacienda, tal como determinaba el D.S. 76, del año 2003”, comenta Pérez de Arce.

Hasta la fecha, el gobierno asegura estar trabajando en nuevas medidas para potenciar el área, luego de que cerca de la mitad de los 954 pequeños mineros de la industria del cobre analizaran la posibilidad de cesar sus operaciones, tras los constantes descensos del precio del metal.

¿Qué falta?

Como era de esperar, no todas las demandas se mueven en torno al precio del cobre. Además de esta arista, crucial para el óptimo funcionamiento de la pequeña minería, existen otros factores relevantes para el sector como es el caso de la etapa de exploración.

En la opinión de Zulema Soto, presidenta de la Asociación Minera Diego de Almagro, esta fase es la más riesgosa del ciclo de vida del negocio minero, con alrededor del 60% de los costos finales, por lo que resulta “prioritario” un mayor ordenamiento y acceso de capital para esta etapa.

“Los pequeños mineros trabajamos sin un plan minero premeditado y muchas veces no contamos con reservas económicamente explotables o en categoría probada o probable, sólo trabajamos con muy poco mineral a la vista o recursos inferidos, lo cual resulta ser muy difícil a la hora de proyectarnos”, detalla la presidenta de la Asociación Minera Diego de Almagro.

De esta forma, la premisa de que “mientras se explota se reconoce”, es la realidad con la que actualmente deben lidiar los pequeños mineros. Para cambiar esta problemática, las asociaciones de esta área han hecho un llamado al gobierno para centrar la atención en sus demandas.

Para Zulema Soto, es urgente que el gobierno avance en las materias pendientes del pequeño minero, pues, argumenta, “desde hace años que hemos tratado de conversar con los gobiernos de turno, pero nunca se ha dado la posibilidad. Por eso espero que ahora se hagan cambios concretos”.

En relación a este punto, en mayo de este año la ministra de Minería, Aurora Williams, reveló las intenciones del gobierno para fortalecer el sector por medio de un estatuto propio para la pequeña minería, a partir de mesas de trabajo que se realizan entre Enami, los gobiernos regionales, seremis y los pequeños mineros.

“Es importante superar falencias del sector como la falta de puentes para acceder fluidamente a recursos e instrumentos de fomento público-privados, las condiciones operacionales inestables en que se desarrolla y la dependencia a las fluctuaciones de mercado”, detalla Jaime Pérez de Arce.

Desde Enami argumentan que el principal desafío tiene relación con la actualización del plan estratégico de esta institución que data del año 2008. “En este plan, hemos ido consignando de manera participativa distintos lineamientos esenciales que ayudarían a potenciar la pequeña minería, destacando aspectos sobre cómo impulsar la producción en aquellos lugares con aportes exiguos”, precisa el vicepresidente de la empresa.

Sumado a aquello, la propiedad minera también es un tema pendiente del área, “pues, no sólo en el sentido del acceso y la constitución legal de nuevas áreas para la exploración o explotación, sino también en el valor ‘activo’ de un proyecto que conjugue el valor del mineral, su procesamiento, su valor de proyecto para la comunidad cercana y el medio ambiente”, agrega el vicepresidente Ejecutivo de Enami.

En este abanico de demandas, la perspectiva del desarrollo de las fundiciones y el salto de la explotación de óxidos a sulfuros, también son temas prioritarios para este segmento de producción que de la mano de Enami, busca hacer rentable el negocio minero a pequeña escala.
“Los óxidos son cada vez más escasos, por eso los pequeños mineros han comenzado a comercializar sulfuros, lo que requiere mayor apoyo económico y técnico por la dificultad que ello implica”, detalla el seremi de Coquimbo.

Paso a paso

Es así como el rubro de la pequeña minería busca superar la lista de desafíos pendientes con la coordinación de las instituciones competentes, como es el caso de Enami, empresa estatal que cumple un rol fundamental en este segmento de producción.

Sin embargo, la seguidilla de problemas que tienen a esta empresa en la encrucijada, ha generado mayor incertidumbre. Dificultades en la gestión comercial y la falta de modernización de las instalaciones, entre otras aristas, han provocado un déficit de caja que mantiene en alerta al sector.

Para el presidente de la Asociación Minera de Copiapó, Eduardo Catalano, “Enami es un actor trascendental de la pequeña minería. Por eso es fundamental que el ministerio de Hacienda le entregue a Enami mayores recursos, ya que posee un déficit importante”.

Pese a los desafíos propios del sector y a las dificultades que debe enfrentar la Empresa Nacional de Minería, los pequeños mineros se muestran confiados en mantenerse a flote, tomando en cuenta que Enami se ubica en el ranking de las diez mayores compañías exportadoras del país, con envíos por sobre los US$ 1.000 millones al año.

Es así como paso a paso este rubro busca evidenciar sus problemáticas para alcanzar un fortalecimiento real. Pues, en un negocio que requiere de alta inversión para alcanzar niveles de competitividad aceptables, el entendimiento entre el gobierno, Enami y el pequeño minero parece ser elemental.

“Espero que en los próximos años las dificultades que ahora debemos sortear disminuyan. Esa es la convicción de la gente del norte, de la gente de la minería que día a día trabaja duro para seguir aportando al crecimiento de la localidad en que la sitúa y, por qué no decirlo, del país en general”, concluye Catalano.

Fuente: NME

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