Oficinas de Santiago concentran empleo femenino y minera Gaby lidera en faenas

22 octubre, 2012
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22-10-2012 El Mercurio – Noticias
La meta del sector es llegar al 10% en los próximos tres años:
Oficinas de Santiago concentran empleo femenino y minera Gaby lidera en faenas
Con programas especiales de flexibilización y capacitación, las empresas buscan incentivar la entrada de mujeres a la mina

Hasta hace no mucho, que entrara un cura o una mujer a un yacimiento minero era de mala suerte. Para la cultura popular, su sola presencia en la mina escondía la veta, y sin veta, no hay minería.

Pero hoy, y ante la abrumadora necesidad de mano de obra calificada, el sector ha tenido que dejar atrás esas creencias populares y comenzar a incentivar el ingreso de mujeres a la minería, haciendo subir el 7,1% de participación que tienen hoy.

Es lo que explica María Olivia Recart, vicepresidenta de Asuntos Externos de BHP Billiton Metales Base, quien dice que “la industria minera tiene dificultades para satisfacer sus requerimientos laborales, de modo que al fomentar la diversidad aumentamos también el número de personas con potencial de incorporarse a nuestra compañía”.

“Está claro que la integración de la mujer a la gran minería es una necesidad, considerando la gran cartera de proyectos y de inversiones programados para los próximos años”, dice Jaime Lillo, gerente de Desarrollo Organizacional, de Antofagasta Minerals.

Por eso, dicen en el sector, hoy se ha desatado una verdadera competencia por sumar mujeres a las compañías. Prácticamente todas las mineras informan la composición de sus dotaciones laborales por género, y la gran minería ha hecho esfuerzos que incluyen inversiones, capacitación y flexibilización en el lugar de trabajo.

A pesar de esto, el ingreso de mujeres al sector parece seguir en niveles muy bajos. Como explica Elizabeth Ayala, experta del Centro Minero de la Fundación Chile, existen muchas barreras de entrada que dificultan el ingreso de las mujeres a la minería, como la natalidad y la misma cultura de las compañías, que piensan en los mineros antes que en las mineras.

Y eso explica no sólo el bajo ingreso de mujeres a la minería, sino que también que el 88% de ellas no se desempeñen en los yacimientos, sino que cumplan labores administrativas.

Por eso es que en las mineras más grandes del país las dotaciones con mayor presencia femenina son las corporativas, principalmente de Santiago, donde se ubican las oficinas generales de las compañías, todas con más de un 20% de presencia de ese género (ver tabla).

El yacimiento que tiene una mayor presencia femenina es Gaby, de Codelco, donde el 23% de los trabajadores son mujeres.

En el rubro, no existen metas de participación, aunque son muchas las mineras que hablan de lograr un 10% de presencia femenina total en el rubro en los próximos tres años una meta, al parecer, no tan difícil de lograr.

¿Cómo revertirlo?

La gran dificultad está en aumentar los empleos femeninos en yacimientos, no sólo por los costos personales, sino que también por la falta de calificación de la mano de obra femenina.

Por eso, y para acelerar la entrada de mujeres a las faenas es que el gobierno y las grandes mineras han impulsado programas como Mujer y Minería, que a través del Sence ha capacitado a más de 1.600 mujeres para trabajar en el sector. Este tipo de programas está directamente enfocado a revertir el otro gran problema del género en el sector: menos del 18% de las matrículas en carreras ligadas a la minería son llenadas con mujeres.

Pero, además de capacitar, las empresas se están poniendo metas (aún muy lejos de la paridad total), que permitan incrementar la cantidad de mujeres en cada compañía.

Codelco, por ejemplo, estableció como política que al menos el 20% de las nuevas contrataciones sean mujeres. Es más, el viernes pasado fue el mismo ministro de la Minería, Hernán de Solminihac, quien anunció a las primeras 20 mujeres del programa Sence Minería que fueron seleccionadas para trabajar en la División El Teniente de Codelco.

A su vez, las compañías mineras privadas han suscrito acuerdos de buenas prácticas laborales que buscan asegurar la equidad de sueldos entre hombres y mujeres, y aumentar la participación en las distintas áreas productivas, generando horarios flexibles después del posnatal.

Angloamerican, por ejemplo, ha impulsado la iniciativa Diversidad de Género que, además de incentivar el ingreso de mujeres, ha buscado mitigar la entrada de trabajadoras -aún resistida dentro de las mineras- con acciones que, explica Edwin Ugarte, gerente de Planificación y Reclutamiento de Anglo American Cobre, busquen reafirmar “la correcta integración social y cultural de hombres y mujeres, anticipando potenciales inconvenientes que se podrían generar a partir del aumento de la dotación femenina”. Además de la capacitación, dice Ugarte, en Angloamerican el posnatal no tiene tope de sueldo y la compañía financia sala cuna o cuidadora hasta los dos años, para Chile y Perú. Todo con miras a subir en dos puntos el 12% de presencia femenina que tiene la empresa hoy.

Esperanza, de Antofagasta Minerals, también ha buscado fomentar el ingreso de mujeres a la faena. Hoy, en ese yacimiento el 15% de los conductores de camiones de alto tonelaje son mujeres, cifra que esperan casi duplicar en ocho meses, cuando concluya un curso 100% femenino en esta tarea.

En la misma línea, Teck, una de las compañías que tienen el más alto promedio de la industria, con el 16%, ha realizado un trabajo enfocado. Mientras en Carmen de Andacollo se trabaja estrechamente con Prodemu y Sence, para potenciar el reclutamiento femenino, en Quebrada Blanca el trabajo es junto a la Secretaría Regional de Minería y el Sence.

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