Obras civiles en minería: Lento repunte

7 noviembre, 2017
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(Foto: Codelco)

Se espera que el sector minero y energético se reactiven durante el primer semestre del 2018, momento clave donde se debiese aprovechar esa bonanza para desarrollar e implementar mejoras en los procesos de producción de construcción.

Por Paula Chapple
Revista Nueva Minería y Energía
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La construcción de obras civiles juega un rol preponderante en la ejecución de proyectos mineros y también en obras del sector energético. Dado que la minería consume un tercio de la energía eléctrica que se genera en Chile y que la inversión en minería se ha visto disminuida por la baja de los precios de los commodities, el actual panorama también incide en el desarrollo de nuevos proyectos de generación de energía eléctrica.

No obstante, el Grupo de Trabajo de Minería del Comité de Contratistas Generales de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), revela que la actividad de construcción de obras civiles ligadas a la minería ha experimentado en los últimos dos meses un repunte. “Especialmente por la ejecución de proyectos que tuvieron un importante retraso en el proceso de licitación y de proyectos operacionales, a diferencia de proyectos greenfield, que hoy son escasos”, precisa el gremio constructor.

En energía, en tanto, sólo se ha notado un ánimo de actualización de Capex de ciertos proyectos de energías renovables no convencionales, pero no se vislumbra que se lleven adelante.

Industria cíclica

La recuperación en el precio del cobre tiene gran impacto sobre las utilidades de las empresas mineras y, por ende, para las arcas fiscales. Ello, sin embargo, no se traduce en un aumento inmediato de la cantidad de nuevos proyectos en la industria minera.

“Las compañías han usado estos excedentes para pagar deudas, dar dividendos a sus accionistas y últimamente retomar estudios de ingeniería, que son la pieza imprescindible antes de iniciar el proceso de aprobación y construcción de un proyecto”, explica Miguel Ángel Durán, director de la escuela de Minería y Recursos Naturales de la Universidad Central de Chile.

Con este escenario, la industria minera se mantiene en general expectante respecto a lo que está sucediendo con la demanda y con la proyección de precios, asegura la CChC. “Por lo mismo, y dado que las decisiones de ejecución de proyectos toman tiempo en implementarse, lo más probable es que estén preparando una actualización de los Capex de los proyectos que quedaron detenidos por efecto (de la baja) del precio del cobre”, agrega el Grupo de Trabajo de Minería de la CChC.

Es importante mencionar que, además del precio del mineral, hay otros aspectos que son tomados en cuenta para impulsar nuevos proyectos que involucran una inversión mayor, como por ejemplo el entorno político, la actitud de las comunidades y, especialmente, el cumplimiento de las reglas que rigen la evaluación ambiental de los mismos.

En este sentido, la reciente experiencia del rechazo que decidió el Comité de Ministros en relación al proyecto Dominga, puede generar dudas en los inversionistas, según advierten desde el gremio constructor. “Antes de que un proyecto llegue a la etapa de aprobación se hacen cuantiosas inversiones y, aunque cumpla con todos los estándares predefinidos, puede terminar siendo rechazado, como en este caso”, aseguran desde el grupo técnico de la CChC.

Para Boris Naranjo, director ejecutivo de Xpande Consultores, en el mundo minero se tiene la percepción de que el sector estuvo estancado hasta el primer trimestre del año 2017, ya que arrastraba la idea que el precio del cobre sería peor que 2016. En su opinión, esta situación obligó a ser cautelosos durante el año pasado en cuanto a activar proyectos de inversión de infraestructura.

“Sin embargo, una serie de factores dieron vuelta el escenario y hoy el cobre se cotiza a un buen precio, lo cual ha alentado a adelantar las mejoras en instalaciones e inversiones, y toda inversión implica aumentos en construcción de obras civiles”, destaca Naranjo.

En tanto, Miguel Ángel Durán, asegura que al ser una actividad cíclica, la minería terminará por reactivarse, por lo que requerirá de nuevos proyectos que a su vez necesitarán la construcción de obras civiles. ¿Cuándo? “Esto comenzará de manera paulatina, durante el próximo año con proyectos de mejoramiento de las instalaciones existentes, apuntando a un incremento más significativo en la construcción de nuevas obras para el año 2019”, estima el director de la escuela de Minería y Recursos Naturales de la Universidad Central.

En cuanto al sector energético, la entrada de nuevas capacidades (MW instalados) entre los años 2015 y 2016 lograron mantener un nivel de inversión que permitió llegar hasta el 2017 en “un buen escenario”, según destaca Alejandro Martínez, director de la consultora Amo Ingeniería.

“Se espera que los proyectos de inversión (en energía durante el período) 2017-2018 se incremente en al menos 40% (en MW), por lo tanto, ese aumento de inversión también se incrementará en obras civiles”, agrega Martínez.

Desafíos futuros

Si bien las industrias minera y energética han avanzado de manera importante en temas como cuidado al medio ambiente y seguridad industrial, ambos sectores tienen un pendiente en temas de productividad de la construcción, según advierte Boris Naranjo, ya que “los rendimientos de obra en esos rubros son muy diferentes a los de otros sectores económicos donde se realizan obras civiles”.

Se espera que los proyectos de inversión en energía durante el período 2017-2018 se incrementen en al menos 40%. Por lo tanto, ese aumento de inversión también se incrementará en obras civiles. En la foto, la Planta Pozo Almonte Solar.

Los proyectos mineros en el mundo requieren de dos grandes factores para su realización: la existencia de recursos geológicos de valor económico, y condiciones normativas y regulatorias que incentiven la inversión. Sin embargo, en este último ítem, Chile ha ido perdiendo posiciones a nivel mundial, siendo superado por Perú el año pasado, según el ranking del Instituto Fraser. “Por ello es muy importante tomar acciones que nos permitan retomar nuestro antiguo lugar de privilegio, para lo cual se debe mejorar los sistemas de evaluación medio ambiental que existen en nuestro país, lo que ha estado en boga últimamente, dado lo ocurrido con el proyecto Dominga”, dice Miguel Ángel Durán.

Si se piensa que los grandes inversionistas de los proyectos mineros son extranjeros, y tienen que decidir en función de dónde tendrán un mejor retorno de sus activos, la Cámara Chilena de la Construcción advierte que el país enfrenta hoy un escenario menos auspicioso al que tenía hace sólo algunos años. “Claramente Chile se está quedando atrás respecto de otros países que tienen potencial o ya producen cobre como Perú, Ecuador, Argentina o Panamá”, aseguran desde el gremio.

¿Qué hacer? Para los expertos consultados, se pueden implementar ciertas políticas que vuelvan a entusiasmar a los inversionistas como la baja de tarifas de energía; beneficios tributarios si distintos proyectos o empresas se unen para evitar duplicar activos (pipeline único de agua de mar, plantas concentradoras únicas, etc.); incrementar la productividad a nivel país, una mejor coordinación entre todos los organismos del Estado para una tramitación de permisos más ágil, y despejar eventuales incertidumbres que podrían generar –a juicio de los gremios- proyectos de ley como el que pretende modificar la propiedad de los derechos de agua o pertenencias mineras, entre otras iniciativas.

Sin embargo, a pesar del actual escenario, hay cierta coincidencia en la industria minera, energética y de la construcción que podría notarse un repunte más claro de la actividad a partir del segundo trimestre de 2018.

Ahora bien, si se consideran los indicadores de agosto recién pasado que ha presentado la Asociación de Ingenieros Consultores (AIC), se puede concluir que el esperado repunte de las actividades de ingeniería pre-inversional, aunque todavía leve, ya comenzó.

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