Nacionalización del cobre: Un debate con más de 40 años de historia

11 julio, 2014
cobre cochilco

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A pesar de ser un tema que ha estado pocas veces en la discusión, en un día como hoy, la sociedad ha volcado mayor interés respecto a este recurso. De acuerdo a la última encuesta CEP, si un 83% de los ciudadanos aprueba nacionalizar el cobre, ¿es viable realizar un cambio de esta envergadura? Expertos responden a esta pregunta.

Revista Nueva Minería y Energía
 

El 11 de julio de 1971 es una fecha que está escrita en la historia de la minería nacional. Aquel día, por unanimidad, el Congreso Nacional aprobó la nacionalización de la gran minería del cobre, en medio de celebraciones y protestas por parte de los diferentes sectores del país.

La medida encabezada por el entonces Presidente Salvador Allende, argumentaba el interés nacional y el derecho soberano del Estado a disponer de sus riquezas y recursos naturales. Es en esta época donde el cobre comienza a denominarse “el sueldo de Chile”.

Los cambios políticos y económicos ocurridos durante la década de los 80’, modificaron el escenario minero nacional. Y luego, con el retorno a la democracia, se incrementó la confianza de los inversionistas extranjeros por las nuevas reglas del juego que el país implementó.

Se iniciaba un nuevo capítulo en la historia de la minería de la mano de capitales foráneos y la siempre bien posicionada Corporación Nacional del Cobre, Codelco, la cual marcó protagonismo en la industria desde sus inicios.

A 43 años de aquella jornada en que senadores y diputados votaban a favor de nacionalizar un recurso clave para el desarrollo del país, aquel episodio aún descansa en la retina de los chilenos.

De acuerdo a la última encuesta del Centro de Estudios Públicos, CEP, un 83% de los consultados aprueba nacionalizar el cobre, posicionándose en el tercer lugar de más de una decena de preferencias que la encuesta nombraba en el marco de las elecciones presidenciales del año pasado.

Este alto porcentaje de aprobación a la medida generó discrepancias a nivel de la industria. ¿Es posible nacionalizar el cobre bajo el actual escenario en que se desarrolla la minería? Expertos dan a conocer su opinión respecto a esta propuesta.

Cautela ante posibles cambios

"No basta que en una encuesta se diga algo, se requiere que una parte de esa gente que está de acuerdo comience a presionar, a movilizarse”, destaca Hugo Fazio.

“No basta que en una encuesta se diga algo, se requiere que una parte de esa gente que está de acuerdo comience a presionar, a movilizarse”, destaca Hugo Fazio.

Junto con los cambios relevantes que el país experimenta a nivel político y social, se suma una fase de deterioro de las condiciones de competitividad de la industria minera. La paralización de proyectos, el alza de costos y el incierto abastecimiento de la energía ha inquietado a los inversionistas extranjeros.

Frente a este incierto panorama, el sector ha tomado mayor cautela sobre los cambios que puedan realizarse en el rubro, como por ejemplo la nacionalización del cobre. Así lo ratifica Julián Ortiz, director del departamento de Ingeniería en Minas de la Universidad de Chile, quien considera inoportuno realizar de manera inmediata un cambio de este nivel.

“Sin duda que realizar un cambio de esta envergadura de golpe es absurdo, dado que el financiamiento de una política de este tipo necesariamente implica dejar de financiar una serie de otros compromisos que el Estado tiene en relación a políticas sociales y a su normal funcionamiento. Sin embargo, el Estado podría establecer una política que tienda a incrementar su participación en la propiedad minera en Chile, que es lo que probablemente los ciudadanos encuestados quisieran”, explica Ortiz.

De concretarse todos los proyectos mineros que ha dado a conocer el Ministerio de Minería, Chile tiene el potencial para aumentar su producción de cobre en 9 millones de toneladas al año 2025, un 65% más que la producción actual. Con este panorama y en un hipotético escenario de nacionalización, la industria duda que el sector público pueda responder a esta apuesta de crecimiento.

“Una nacionalización total de la gran minería del cobre requeriría indemnizaciones a las empresas de un monto entre el 30% y el 40% del PIB del país. Por otra parte, la inversión necesaria para mantener el liderazgo como primer productor mundial de cobre, puede estimarse en US$ 10.000 millones/año, una inversión difícilmente sostenible por el sector público únicamente”, afirma José Botín, director del departamento de Ingeniería en Minas de la Universidad Católica.

Los expertos recalcan que el “modelo mixto” en que se desempeña la industria ha permitido una mayor competitividad en la explotación de los recursos. Pues, por un lado se encuentra una empresa pública para la explotación de los yacimientos de cobre nacionalizados a comienzos de los 70’, y por otro, la entrega del derecho a explotar los otros recursos mineros a empresas privadas, a través de una política de concesiones.

“La minería es un negocio cíclico y la empresa minera privada es más flexible que la pública para adaptarse a los ciclos de precios bajos, y por tanto, más competitiva. La actual coyuntura con los precios en descenso y, según la mayoría del sector, en el final del súper ciclo, no es favorable a un proceso de nacionalización”, recalca José Botín.

Sin embargo, para Hugo Fazio, ex vicepresidente del Banco Central y actual director del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo, Cenda, la explicación por la que no se ha realizado un cambio de gran envergadura en la minería radica casi en su totalidad en la falta de voluntad política.

“El país tiene experiencia en la nacionalización del cobre por lo que ocurrió en el gobierno de la Unidad Popular. Por eso, este cambio es viable siempre y cuando se den condiciones políticas favorables para realizar modificaciones tan profundas como ésta. Y para eso no basta que en una encuesta se diga algo, se requiere que una parte de esa gente que está de acuerdo comience a presionar, a movilizarse”, destaca Hugo Fazio.

Según el economista, para que ocurran cambios trascendentales en minería, también se debe trabajar en una política de gobierno para la cuprífera estatal. “A pesar de los recursos que ha generado Codelco, existen problemas para su capitalización. Y aquello es grave, ya que es evidente que destinar recursos a esta empresa estatal es mucho más rentable que tener los fondos colocados en activos financieros en el extranjero”, expresa Fazio.

El factor Codelco

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“Codelco tendría un rol central en cualquier proceso de nacionalización”, recalca el académico de la Universidad Católica, José Botín.

Codelco es una de las principales empresas cupríferas a nivel mundial. En Chile se ha transformado en la piedra angular de este “modelo mixto” que desarrolla el país y en este contexto, su participación como empresa pública le ha valido asumir un liderazgo que la propia industria le ha otorgado.

Este rol protagónico la transforma en una pieza clave cuando de cambios profundos se trata. En este sentido, para el director de Ingeniería en Minas de la Universidad de Chile, el problema radica en que la minería siempre ha sido vista como una buena fuente de ingresos para el Estado, pero los gobiernos nunca han considerado que sea una industria en la que hay que invertir para asegurar su sostenibilidad.

“Hemos visto que a Codelco no se le permite crecer y desarrollarse, mientras por otro lado, se lo cuestiona en cuanto a su desempeño comparándolo con las empresas privadas. Me parece que sí es posible generar una política que permita el aumento de la participación del Estado en la propiedad de yacimientos para su desarrollo, pero para eso, se debe definir un plan de inversión de las ganancias que Codelco genera, de modo de capitalizar en propiedad”, sostiene Ortiz.

De acuerdo a cifras de Cochilco, en 2011 Codelco registró el mayor volumen de producción en la historia de la cuprífera estatal. La minera alcanzó 1.796 millón de toneladas de cobre fino, lo que representó un tercio de la producción chilena del metal rojo. Un año más tarde, el panorama era otro. Las menores leyes del mineral y el agotamiento de los yacimientos hicieron que Codelco terminara 2012 con el menor nivel de producción desde 2008.

Esta variación, a juicio de algunos expertos, refleja el inestable escenario de Codelco a largo plazo, lo que evidenciaría la complejidad de nacionalizar la gran minería del cobre dada las actuales condiciones en que trabaja la cuprífera estatal.

“Codelco tendría un rol central en cualquier proceso de nacionalización. Probablemente debería asumir el liderazgo en el proceso y acometer un cambio de su organización para adoptar una estructura de conglomerado, con un grado de descentralización e independencia operacional significativamente mayor que el actual”, comenta José Botín.

Proyecciones del motor de la economía

El avance de la actividad minera requiere condiciones distintas a las actuales para pensar en una industria sustentable en el tiempo. Este desafío, en la opinión de los expertos, debe considerar un proyecto económico y socialmente sostenible para realizar cambios concretos. Pues, si la nacionalización del cobre parece una propuesta compleja, realizar modificaciones de menor envergadura aparece como una opción viable para transformar el escenario minero.

“Lo primero que se debe hacer es establecer una forma de tributación para la gran minería privada del cobre, donde sus excedentes no sean mayores a los que hay como promedio en la minería del metal rojo a nivel mundial. La experiencia ha demostrado que esta medida no espanta las inversiones como gran parte de las autoridades lo señala. Este sería el primer paso para comenzar a generar cambios profundos en la industria”, explica Hugo Fazio, de Cenda.

Con todo, la minería comienza nuevamente a transformarse en un tema nacional. Después de más de 40 años la inquietud por realizar cambios en ámbitos claves de la economía del país, parece ser la discusión en este nuevo escenario social. Tal como señala el director de Ingeniería en Minas de la Universidad de Chile, “en concreto, se debe analizar permanentemente qué beneficio trae esta actividad a nuestro país. No se trata sólo de aumentar los ingresos fiscales, sino de trasladar los beneficios de la minería a la población”, concluye Julián Ortiz.

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