Los dilemas de la minería en América

18 junio, 2018
minería latinoamérica

(Ilustración: Fabián Rivas)

(Ilustración: Fabián Rivas)

Pese a que cada país minero del continente posee desafíos particulares, hay retos transversales que las naciones buscan superar. ¿Cuánta relevancia tiene la innovación para cumplir ese objetivo? Representantes gremiales del continente responden a esta pregunta.

Por Camila Morales
Revista Nueva Minería y Energía
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La minería en América tuvo dos pilares fundamentales para lograr un desarrollo significativo en la segunda mitad del siglo pasado. Según un informe de la Cepal, tanto el crecimiento económico mundial como el desarrollo tecnológico de las grandes potencias, forjaron el escenario propicio para la minería.

Pasó el tiempo y el sector vivió otro momento importante en los años noventa. Casi como un efecto dominó, los países fomentaron la entrada de grandes empresas extranjeras para la masiva exploración y posterior explotación de los recursos minerales en el continente, especialmente en Latinoamérica.

Las facilidades regulatorias permitieron que la región pasara de obtener el 11% del presupuesto mundial en exploración en 1991, al 28% sólo seis años más tarde, en 1997. A partir de esta década es cuando Latinoamérica comienza a ser una zona competitiva en la producción mundial de minerales.

Es en esta época también en que cada nación decide tomar medidas acordes a su contexto y visión de crecimiento económico. Los países prolíficamente mineros comienzan a tener experiencias particulares en el desarrollo de la actividad, lo que repercute en los desafíos que cada uno debe superar.

Pese a ello, las naciones mineras tienen retos similares a la hora de evaluar la evolución del sector. ¿De qué manera superar estos desafíos? Hoy el fomento de nuevas tecnologías y sistemas innovadores es fundamental para el desarrollo de la minería en América, según coincidieron los principales representantes de los gremios sectoriales de la región, reunidos en Santiago con motivo de Expomin 2018.

“En la actualidad, la innovación es el desafío más grande que tiene el sector. Hoy estamos trabajando para una minería del siglo XXI, pero somos vistos como una minería del siglo XX”, advirtió Marcelo Álvarez, presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros.

Innovación: distintas realidades, un mismo fin

Para la industria del continente, la innovación es un proceso dinámico que debe incorporarse a todos los procesos desafiantes de la minería. Medio ambiente, proveedores, energía, agua, capital humano y comunidades, son solo algunos de los temas en que se hace urgente innovar.

En la opinión del presidente y CEO de la Asociación Minera de Canadá, Pierre Gratton, pese a que, por ejemplo, Canadá ha superado muchos retos de los que padece la industria en Latinoamérica, el país de todas formas mantiene desafíos para los cuales se hace necesario potenciar la innovación.

“En Canadá nos preocupa superar la falta de infraestructura de punta en el norte del país. En relación con este tema, las nuevas tecnologías pueden hacer mucho para desarrollar la minería en un sector que tiene altos costos energéticos”, dijo en el marco del seminario “Minería en América: Innovación para el desarrollo minero”, que se realizó como parte de las actividades de Expomin 2018.

Por su parte, Santiago Dávila, presidente de la Cámara de Minería de Ecuador, señaló que en su país “es imperante” tener tecnología de punta por la reciente llegada de la gran minería a esta nación. “Estamos viviendo el inicio de la minería industrial en producción, con el desarrollo de dos proyectos importantes. Por eso necesitamos transformaciones tecnológicas”, reconoció.

Una realidad similar es la que se vive en Colombia. Pese a que el petróleo es actualmente una industria más relevante que la minería, también se observa “entusiasmo en la exploración de proyectos de oro y cobre”, según destacó el presidente de la Asociación Colombiana de Minería, Santiago Ángel.

“La industria minera debe mostrar excelencia en el trabajo con su entorno, pues, en nuestro país la minería no tiene una buena reputación. Es por eso que debemos insertar nuevas tecnologías en el desarrollo de la actividad, para que las comunidades no crean que tendrán los mismos problemas ambientales que con la minería ilegal”, agregó el representante de la minería colombiana.

La poca aceptación de la minería en la sociedad, es un reto por superar. Para ello, la inversión en nuevas tecnologías para optimizar los procesos de la actividad y mejores métodos comunicacionales, son algunos de los puntos que los representantes gremiales concuerdan en que es necesario trabajar.

Por una mejor reputación

Pero la innovación y la tecnología no es lo único que preocupa a los gremios de la minería del continente. La reputación del sector también es un tema sensible para las industrias mineras de Canadá, Colombia, Ecuador, Argentina, Brasil y Chile, según reconocieron los representantes gremiales de cada uno de estos países que participaron en Expomin. Pese a que cada país tiene diferentes experiencias, todos coincidieron en que se trata de un asunto pendiente para la minería en general.

Uno de los casos que se analizó fue el de la minería de Brasil. Tras el desastre ambiental provocado por el derrame de residuos tóxicos desde un dique de Minera Samarco en noviembre de 2015, la percepción de la sociedad hacia la minería de ese país cambió completamente.

“Tenemos grandes problemas respecto a este tema. Aunque tenemos un potencial mineral muy elevado, ahora hay una distancia inmensa entre las comunidades y la industria. Luego del desastre de Samarco la buena reputación de la minería se esfumó. Por eso necesitamos nuevas tecnologías que aseguren que este trágico episodio no vuelva a ocurrir”, dijo Rinaldo Mancin, director del Instituto Brasileño de Minería.

Para el presidente de Sonami, Diego Hernández, los problemas que inciden en la mala reputación de la minería de Chile son otros. En su opinión, el bajo perfil que las empresas mineras mantuvieron durante muchos años y el centralismo de las políticas públicas los ha perjudicado.

“No somos buenos comunicadores, por eso debemos externalizar las buenas cosas que hacemos, como, por ejemplo, nuestra apertura hacia las ERNC. Por otra parte, debemos cambiar las políticas centralistas, porque en las regiones no ven beneficios directos, lo que perjudica la reputación de la industria”, comentó Diego Hernández.

En la opinión del representante gremial de Argentina, la reputación “es el desafío de innovación más grande” que tiene la industria minera del continente. “Es imperante que dejemos más valor agregado en las comunidades para demostrar lo que somos y dar a conocer nuestras intenciones con el entorno”, enfatizó Marcelo Álvarez.

El resto de los representantes gremiales también coincidió con este diagnóstico, al señalar la relación con las comunidades como un desafío permanente de la industria, lo que implica muchas veces cambiar el foco y la mirada que se tiene desde las compañías. Sin este cambio, “el abordaje del tema será erróneo una vez más”, advirtió Rinaldo Mancin, del Instituto Brasileño de Minería. “Hay que considerar una nueva forma de dialogar”, agregó.

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