La moda italianase instala en Enersis

21 octubre, 2016
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Enel espera replicar su logro en distribución en la península: que toda su red opere con medidores inteligentes. La meta en Santiago es lograrlo el 2019, pero deben superar algunas barreras.

El estilo italiano llegó para quedarse en Enersis. Y no sólo es cuestión de nombre. El holding, que ahora es Enel Chile, dejó atrás su pasado con los ojos puestos en España y ahora mira hacia “la bota”: la idea es replicar el modelo eléctrico de este país en Sudamérica.

Este nuevo espíritu es llevado a todo ámbito. La Copa Chilectra, campeonato de fútbol infantil emblema de la distribuidora, tuvo como premio, por primera vez, viajar a Italia para enfrentarse con el Inter de Milán, dejando atrás más de una década de encuentros con el Real Madrid. Por primera vez a este evento, asistió un gerente general de la ex Enersis. Se trata de Nicola Cotugno, quien asumió en agosto.

Esta inspiración itálica también se ve en uno de los focos de negocio: adecuar la distribución eléctrica a los requerimientos crecientes y nuevos usos para la energía, siendo la masificación de los medidores inteligentes una de las herramientas que, dicen, ayudará a que los chilenos se beneficien de esta nueva era.

La firma comenzó con un plan piloto de recambio de medidores que terminará en noviembre con 50.000 aparatos. El objetivo es conseguir que los 1,8 millones de clientes en Santiago adopte esta tecnología, con una inversión de unos US$ 250 millones. De esta manera se imitará, aunque a menor escala, lo conseguido en Italia, en donde suman 32 millones de estos medidores.

Si bien desde algunos sectores han relativizado el impacto de esta tecnología, Cotugno defiende su masificación. “Estamos convencidos de la buena experiencia que hemos tenido en Italia, España y otros países y estamos listos para cambiar dos millones de medidores en Santiago en un par de años”, comenta desde Milán, donde funciona a plenitud la experiencia de la red digital.

Opina que el plan propuesto se enmarca dentro de un proceso mayor, donde se avanza hacia la generación distribuida como también de la masificación de la energía en todos los usos de la vida diaria.

Esto entrega, dice, un mapa al detalle de la red, mejorando la respuesta ante fallas y la mejor operación del sistema, teniendo beneficios en indicadores como la reducción de las interrupciones de servicio. A su vez, al usuario le da herramientas para conocer su consumo en tiempo real a través del celular, entregando opciones de, por ejemplo, programar actividades que consuman electricidad en horarios de menores precios.

Pero Enel no tiene la cancha despejada: tiene una traba regulatoria, ya que casi la totalidad de los medidores son de los clientes y el objetivo es que estas nuevas instalaciones sean un activo de la empresa.

“El país tiene la posibilidad de apostar, o no, por un desarrollo importante, y si quieres dar ese paso, hay sujetos que tienen la responsabilidad de entender lo que es lo bueno para el país en términos de desarrollo estratégico como lo es el Ministerio de Energía”, dice.

Si todo sale bien, el ejecutivo cree que en 2019 podría estar operativa la red completa de la distribuidora en Santiago.

Para algunos expertos el costo de los medidores puede ser otra barrera para la masificación, sin embargo, Cotugno dice que un medidor cuesta 70 u 80 euros, pero considerando su vida útil, su costo se reduce a 2 o 3 euros al año.

Cuenta que en Italia se pagó el recambio masivo con un recargo marginal a la cuenta, pero dice que en Chile la Comisión Nacional de Energía (CNE) analizará varios esquemas, tema que se discutirá en detalle a inicios de 2017.

La compañía proyecta hacer una importante inversión con miras, también, a un cambio en la ley de distribución de electricidad -que está en proceso participativo- en donde apuestan por que existan incentivos para fijar la remuneración de las distribuidoras, donde pesen más los servicios. Así, Cotugno apuesta porque las otras distribuidoras también adopten esta tecnología. “Si ponemos en marcha objetivos ambiciosos en la calidad del suministro, no hay mucha posibilidad de no sumarse”, dijo.

Si bien en la discusión del Valor Agregado de Distribución (VAD) -que se realiza cada cuatro años-, que constituye la remuneración de las empresas por la entrega de la energía, no estarán incluidos los medidores inteligentes, Cotugno apuesta por que sí lo estará en el próximo proceso.

Fuente: Diario Financiero

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