La insuficiencia del Fondenor

18 mayo, 2012

18-05-2012  La Tercera – Opinión

La presentación del proyecto de ley de Fondo de Desarrollo del Norte (Fondenor), que contempla la entrega de 225 millones de dólares para 40 comunas mineras entre los años 2013 y 2015, ha generado cuestionamientos principalmente por los montos, que son considerados insuficientes, ya que fija un límite máximo de tres millones de dólares por comuna.

Dado el ambiente de efervescencia en varias ciudades del norte, especialmente Calama, y el reclamo histórico por el contraste entre la riqueza generada y el aporte del Fisco a esas regiones, era previsible esperar rechazo a una medida que se centra en un aporte económico. Al concentrarse en cantidades a destinar a las comunas, el Fondenor establece implícitamente un esquema de comparación inabarcable, ya que mientras el aporte de las empresas mineras al Estado, y que operan en el norte, es de varios miles de millones de dólares anualmente, los montos que Fondenor puede ofrecer difícilmente satisfarán las expectativas populares y políticas.

Es justo reconocer la buena intención detrás de la iniciativa, pues el Estado sí tiene una deuda con gran parte del norte minero. Sin embargo, el enfoque de la ley Fondenor reducirá el problema de las demandas del norte a un tira y afloja de cuánto dinero y a cuántas comunas se entregarán estos recursos, pero no resolverá el problema incubado por largo tiempo.

Detrás del descontento del norte está el reclamo de la descentralización efectiva del país. Mañana pueden ser los puertos en Valparaíso o San Antonio, así como ayer fueron Aysén o Magallanes en su reclamo de regiones extremas, y como podría ser Arica. El fondo del problema es que el país ha avanzado muy poco en su descentralización económica y política, lo que constituye una profunda inequidad, que en los tiempos agitados que vive el país, puede seguir generando manifestaciones.

La descentralización tiene que ver con recursos, pero va mucho más allá de ello. El Fondenor sería mejor recibido en el marco de una estrategia tangible y creciente en que las regiones y comunas percibieran la voluntad de mayor autonomía y generación de capacidades respecto del poder metropolitano.

En el caso del norte chileno, una estrategia de desarrollo regional debiera considerar también las iniciativas que las propias compañías mineras están impulsando para fortalecer a las ciudades en que tienen influencia. Minera Escondida en Antofagasta y Collahuasi en Iquique, por nombrar dos ejemplos, tienen programas relevantes. En el caso de Calama, Codelco ha presentado el proyecto Calama Plus que apunta en esa dirección.

La verdadera insuficiencia del Fondenor no se relaciona con la cantidad de dólares que contempla, sino con intentar enfrentar un problema de gran calado y que requiere un enfoque amplio, en base a una lógica de compensaciones de dinero que nunca alcanzarán las expectativas. Mucho sentido tendría dentro de un marco de regionalización real.

Por Juan Carlos Guajardo Director ejecutivo Centro de Estudios del Cobre

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