La incertidumbre por el agua del Salar de Atacama

11 noviembre, 2018
Salar de Atacama agua

(Montaje digital: Fabián Rivas)

La vulnerabilidad que sienten las 18 comunidades atacameñas de la cuenca del salar de Atacama, proviene del desconocimiento que existe sobre la disponibilidad del recurso hídrico, tras décadas de extracción por parte Soquimich, Albemarle, Escondida y Zaldívar.

Por Cristián Venegas, desde Calama / Revista Nueva Minería y Energía

Nadie conoce con certeza la disponibilidad de agua de la cuenca del salar de Atacama. No hay estudios ni datos disponibles que permitan evaluar el nivel de estrés hídrico de estos sectores. Así lo explica la hidrogeóloga del Consejo de Pueblos Atacameños (CPA), Mariana Cervetto, quien asegura que hoy están en riesgo sistemas lacustres en salares, bofedales, humedales y bosques, que sustentan una biodiversidad única.

Un análisis similar es el que tiene el presidente del CPA, Manuel Salvatierra, quien sostiene que “hace 25 años que vemos daños irreversibles en toda la cuenca del salar, que afectan directamente las vegas y bofedales del sector sur, y las lagunas y ayllus en el sector norte, donde se concentran bosques de chañares, algarrobos y otros arbustos”.

Para el presidente de la comunidad de Peine, Sergio Cubillos, la situación de los derechos de agua es lo más preocupante, pues si se ejercieran todos los permisos concedidos, que suman 5.890 litros por segundo (l/s), estos excederían la recarga de la cuenca que es de 5.672 l/s. El dirigente precisa que en el sector sur del salar de Atacama se encuentran las mayores tasas de extracción, donde tienen permisos las mineras Escondida y Zaldívar, con extracciones de 1.399 l/s y 195,4 l/s, respectivamente.

Zonas más sensibles

Respecto del sector más sensible de la cuenca, Mariana Cervetto especifica que el sector Tilopozo-Pajonales se encuentra sobreexplotado seis veces según la Resolución Nº13 de la Dirección General de Aguas (DGA), que con fecha 22 junio del año 2018 declara zona de prohibición para nuevas explotaciones de agua subterránea a ese sector de aprovechamiento hidrogeológico, que también es denominado C2.

La hidrogeóloga considera además que la extracción de salmuera para la obtención de sales de litio podría estar afectando el normal funcionamiento de sistemas lacustres ubicados todos hacia el margen del salar y afectando la inmensa biodiversidad asociada, como las poblaciones de flamencos, por ejemplo.

A juicio del director de la Unidad de Naturaleza de la Fundación Desierto de Atacama, Jorge Vergara, las zonas más sensibles del salar son los bordes este y sur, lugares donde hay menos recarga de agua y la renovación subterránea es inferior. Bordes que coinciden con la zona donde están los ecosistemas con la mayor diversidad.

“Esta es una zona extremadamente sensible y ya en la primera mitad de los años ‘70 organismos de las Naciones Unidas, que hicieron prospecciones sobre temas de hidrogeología de en el salar, indicaron que esta era una zona muy sensible. Casi 50 años después nos encontramos que las empresas mineras sacan salmueras o agua dulce de esa zona”, comenta Vergara.

El director de la Unidad de Naturaleza de la Fundación Desierto de Atacama asegura que los daños se han podido corroborar, pues desde 1979 existen imágenes satelitales de la cuenca. Estos registros permiten visualizar que tanto en la zona sur como este, la configuración donde está la biodiversidad más rica del salar, el tamaño de las lagunas como de las zonas de vegetación han ido disminuyendo, además de la composición de la flora.

Agua y salmueras

Dos son las empresas que extraen litio, entre otros productos, desde el salar de Atacama: SQM Salar y Albemarle. Esta última tiene una capacidad de producción de litio de 44.000 toneladas anuales. Empresa que tiene autorizado el uso de 442 l/s de salmuera, y 23,5 l/s de agua, que solo se utiliza -menos de la mitad de lo autorizado- para el lavado de equipos menores y la producción de potasio.

La firma estadounidense no requiere agua para el proceso productivo del litio, pues utiliza la luz solar para producir de forma natural la concentración de las salmueras, es decir, mediante evaporación.

“Nuestras acciones siempre han ido en pos de asegurar un bombeo de salmuera respetuoso con el medio ambiente. Para ello, implementamos el más alto estándar en la medición de los niveles hidrogeológicos del salar y, particularmente, un sistema de monitoreo en línea de los caudales de extracción de salmuera y agua”, detalla la empresa.

En el caso de SQM Salar, cuya producción de carbonato de litio en 2017 fue de 44.600 toneladas métricas, su explotación de agua se ajusta a los derechos de aprovechamiento otorgados por la DGA y autorizados ambientalmente, permisos que la habilitan para explotar hasta un máximo de 240 l/s de agua desde cinco pozos ubicados en el acuífero aluvial del borde este de la cuenca del salar.

Respecto a la explotación de salmuera, la empresa detalló que se ajusta a la autorización otorgada que le permite extraer 1.500 l/s como promedio anual y llegará a un máximo de 1.700 l/s como promedio anual en los últimos periodos de dicha autorización.

Dos son las empresas que extraen litio desde el salar de Atacama: SQM Salar y Albemarle. Esta última tiene una capacidad de producción de litio de 44.000 toneladas anuales. (Foto: Cristián Venegas)

Cantidades, indicó la empresa, que “monitorea en forma continua para no exceder lo autorizado. Lo que se realiza con tecnología de punta concordante además con los requisitos impuestos tanto por la DGA y la normativa de Sernageomin (…) Desde el inicio SQM ha venido desarrollando acciones y estudios, a fin de mejorar su control ambiental. A esta fecha no existen impactos o efectos adversos sobre los sistemas con valor ambiental existentes en la cuenca”, afirmaron desde la compañía.

Extender permisos

Otra de las grandes encrucijadas que vive la cuenca del salar de Atacama, tiene relación con el sector del acuífero Monturaqui-Negrillar-Tiloposo, que es considerado uno de sus afluentes en el sector sur, pues Minera Escondida y Minera Zaldívar quieren extender sus derechos de explotación de agua de la zona hasta los años 2030-2031.

Para Antofagasta Minerals (AMSA) la aprobación del proyecto Continuidad Operacional, presentado en junio al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), resuelve su continuidad o el cierre, ya que sus instalaciones no están diseñadas para el uso de agua desalada y cualquier otra alternativa es económicamente inviable.

Minera Escondida, por su parte, presentó a evaluación el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de su proyecto Monturaqui (MTQ) en junio de 2017, iniciativa que busca extender la extracción de aguas subterráneas desde su campo de pozos en la zona por un período de 11 años (2020-2030), con un caudal medio de bombeo de 640 l/s, volumen que es 54% más bajo que la extracción actual.

El objetivo de la operación de BHP es mantener el volumen de producción anual en 1,2 millones de toneladas de cobre promedio durante la próxima década, en ese contexto, “MTQ es parte integral de la estrategia hídrica que significa una transición responsable hacia un abastecimiento de agua que privilegia el agua desalada. Es un compromiso que se ve reforzado con la medida de cesión total de derechos sobre el acuífero al 2030, lo cual asegura el cumplimiento de nuestro compromiso, de dejar de extraer agua de acuíferos a esa fecha”, recalcan desde la cuprífera.

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