Revista Nueva Minería

(Foto: National Slag)

Convertir un pasivo ambiental, como lo son las escorias de las fundiciones de cobre, en una alternativa como material para la construcción de carreteras, edificios y obras civiles, es una de las ideas innovadoras que apuesta por reducir las áreas de almacenamiento de estos desechos mineros.

Camila Morales
Revista Nueva Minería y Energía
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Una problemática recurrente en la industria minera es la generación de residuos sólidos y su adecuado manejo en las fundiciones de cobre, tanto por la naturaleza de éstos, los cuales pueden ser peligrosos para la salud y el medio ambiente, como por los grandes volúmenes que el sector produce.

En Chile, por cada tonelada de cobre producido se generan alrededor de 2,2 toneladas de escoria, y a nivel nacional se producen aproximadamente 4,5 millones de toneladas por año de escoria, existiendo a la fecha una acumulación de decenas de millones de toneladas.

Por esta razón, es importante que las empresas cuenten con las condiciones adecuadas para la disposición final de estos desechos. No obstante, sumado a este objetivo, algunas ideas innovadoras han permitido replantear el propósito final de las escorias mineras.

Es el caso de Escorias CL, un proyecto liderado por Mariel Villegas y Gustavo Muñoz, ingenieros ambientales de la Universidad de Playa Ancha, quienes proponen utilizar los residuos de las fundiciones de cobre y darles un nuevo uso como materia prima para la construcción, mediante el reemplazo de los áridos naturales por material a base de las escorias de fundición.

Mariel Villegas comenta que la idea comenzó cuando buscaban una problemática ambiental como proyecto de tesis. “En ese momento llegamos a los pasivos ambientales, donde destacan las escorias de fundición de cobre por estar almacenadas en grandes cantidades, sin otorgarles un uso eficiente, ocupando extensas áreas de almacenamiento y sin un valor comercial”, explica.

Contribución al rubro minero

A través del uso de las escorias como áridos o como subproducto para la generación de lana mineral, concreto o cemento portland, estos jóvenes emprendedores esperan que su propuesta sea una contribución real a la industria extractiva para mitigar los efectos de los desechos de las fundiciones.

“Al implementar esta propuesta contribuiríamos a liberar los extensos terrenos que son destinados actualmente al almacenamiento de estos residuos, además de disminuir los costos asociados a su mantenimiento”, afirma Mariel Villegas, quien junto a su compañero de tesis, fueron uno de los ganadores del Concurso InnoMine, organizado por Fraunhofer y el Programa Nacional de Minería Alta Ley.

Gustavo Muñoz y Mariel Villegas, los ingenieros ambientales que proponen utilizar los residuos de las fundiciones de cobre como materia prima para la construcción. (Foto: Mariel Villegas)

Respecto a las proyecciones de la propuesta, esta ingeniera ambiental asegura que el objetivo inicial es lograr implementar de manera real este sistema de reutilización de residuos mineros y lograr masificarlo, “para mostrar una cara más amigable con el medio ambiente a una industria con impactos tan significativos como lo es la minera”.

Pero como toda idea innovadora, existen trabas o complicaciones a la hora de intentar masificar un proyecto. Al respecto, Mariel Villegas advierte que “la mayor complicación ha sido que en Chile es difícil concretar ideas como estas, debido a que la investigación y el desarrollo son escasos, sumado a que somos bastante jóvenes, por lo tanto, es difícil ser considerados seriamente”.

Otra de las complicaciones del proyecto se relaciona al rechazo que podría tener la población con construcciones elaboradas con residuos mineros por ser consideradas tóxicas. “Esta es una idea que es necesario desmentir, ya que estos residuos representan un potencial no explotado y esta idea vendría a cerrar el ciclo del proceso productivo”, precisa.

Pese a estas dificultades que podrían complicar el desarrollo del proyecto, Mariel Villegas confía en que Escorias CL se concretará para transformarse en un aporte real para enfrentar uno de los temas más complejos que debe sortear la minería: los pasivos ambientales.

“La industria minera en nuestro país es bastante innovadora en el ámbito de la producción, pero hace falta invertir en nuevas ideas ligadas al medio ambiente, que logren desarrollar una industria con un impacto menor, a la cual no se opongan las poblaciones, y donde los nuevos procesos no sean sinónimo de externalidades negativas, sino de crecimiento”, comenta Villegas.